La expansión de la demanda doméstica es una prioridad fundamental para el próximo año y para conseguirlo el país "impulsará la reforma tributaria estructural, el aumento del gasto social, el incremento apropiado de los créditos y una tasa de cambio del yuan relativamente estable". Sin embargo, la restrictiva política de bienes raíces permanecerá sin cambios.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – China mantendrá en 2013 una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente para garantizar una estrategia de crecimiento económico que espera impulsar con la demanda doméstica, según un comunicado hecho público la víspera, al finalizar la segunda jornada de la Conferencia Central sobre el Trabajo Económico, celebrada en Beijing.
La expansión de la demanda doméstica es una prioridad fundamental para el próximo año y para conseguirlo el país “impulsará la reforma tributaria estructural, el aumento del gasto social, el incremento apropiado de los créditos y una tasa de cambio del yuan relativamente estable”. Sin embargo, la restrictiva política de bienes raíces permanecerá sin cambios.
La conferencia, que sentará los cimientos de las políticas económicas de 2013, permitió apreciar las primeras líneas de pensamiento económico del nuevo liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh).
Shi Lei, profesor de economía de la Universidad de Fudan, afirmó que “el nuevo liderazgo es probable que mantenga políticas estables y neutrales, debido a que todavía hay mucha incertidumbre por delante. Los riesgos inflacionarios están pasando, pero todavía no han desaparecido del todo. Seguir una política monetaria prudente es útil para encontrar el equilibrio entre crecimiento y precios”.
China ha mantenido una política fiscal proactiva desde finales de 2008, cuando el país liberó un paquete de estímulo por valor de 4 billones de yuanes (634.000 millones de dólares) para combatir el impacto negativo de la crisis financiera internacional. Desde 2010 la política monetaria de China no ha sufrido cambio alguno.
El Índice de Precios al Consumo (IPC), el principal medidor de la inflación, rebotó un 2 por ciento interanual en noviembre pasado, después del encarecimiento del 1,7 por ciento que registraron los alimentos en octubre de este año. El objetivo del país es conseguir que el crecimiento del IPC no sobrepase el 4 por ciento anual.
Ba Shusong, subdirector general del Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado, señaló que el comunicado refleja el aumento de la confianza del nuevo liderazgo.
“El impacto de los mercados externos han disminuido y la demanda interna está aumentando rápidamente gracias a las inversiones y el consumo”, comentó.
El Producto Interno Bruto (PIB) chino creció un 7,4 por ciento interanual en el tercer trimestre de este año, el más bajo en tres años, debido a la caída de las exportaciones y la baja demanda interna. Pero la economía está registrando una continua recuperación desde septiembre.
China está llevando a cabo una acelerada reestructuración industrial, al tiempo que alienta la innovación en productos, marcas, administración y modelos de negocio, añade el comunicado, en el que se asegura además que el país impulsará también la urbanización para incentivar el potencial del consumo doméstico.
Las autoridades seguirán también con las políticas de reforma y apertura, aumentando la protección de los derechos e intereses de los inversionistas extranjeros.
“China intentará estabilizar el monto de entrada de inversión extranjera directa y expandir la inversión en el exterior”, señala el documento. “El país continuará respaldando la cooperación comercial y económica bilateral, llevando a cabo una estrategia de zonas francas, y fomentando las importaciones para promover la reestructuración industrial”.