Prueba de fuego para campaña anticorrupción

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Según cobra fuerzas la campaña anti-corrupción en todo el país, es natural que salgan a relucir más elementos corruptos. Según la declaración, los sancionados por corrupción y serias violaciones de la disciplina del Partido Comunista y del Gobierno constituyen solamente una minoría exigua. Sin embargo, la percepción del público diverge de este punto de vista, considerando que, en realidad, el abuso de poder se mantiene desenfrenado y permea la sociedad.


La cruzada contra la corrupción ha hecho progresos visibles, según declaraciones oficiales. Con todo, ese progreso es menos evidente para el público, que atestigua la presencia conspicua de este flagelo en el día a día, y vive convencido de que todas las campañas para erradicarlo han carecido de suficiente empuje.

Las diferencias entre Estado y sociedad a la hora de aquilatar el alcance real de la corrupción rebasan con creces el ámbito de la diversidad de puntos de vista, para extender sus ramificaciones a un enfoque de gran alcance sobre la lucha presente y futura contra la corrupción.

 

El más reciente énfasis de las autoridades en este tema, incluyendo la publicación de un libro blanco del Gobierno y la sesión plenaria del órgano de disciplina del Partido, es una respuesta imprescindible a las expectativas, la confusión y las dudas que rodean el desempeño de las autoridades en este campo.

 

La sesión, además de hacer el hincapié de rutina en el compromiso de enfrentar los abusos de poder, destacó siete categorías de violaciones, a las que los funcionarios a cargo de esta tarea deberán dar seguimiento en 2011. Esta es la forma habitual de abordar estos problemas en China, salvo que en esta ocasión el presidente Hu Jintao solicitó atención especial para situaciones que, de modo muy particular, generan el descontento público.

 

Abordar sin titubeos estos problemas dejará por necesidad un saldo muy positivo, que deberá traducirse en mayor apoyo popular, lo que a su vez dará pie a una disminución en la desconfianza pública respecto a la labor de las autoridades, en especial su capacidad para lidiar con la corrupción.

 

Se trata, para decirlo en pocas palabras, de una prueba de fuego que las las autoridades no se pueden dar el lujo de suspender.(Pueblo en Línea)

 

13/01/2011