Raúl Castro entregó en abril la presidencia del Consejo de Estado a Miguel Díaz-Canel y continua al frente del Partido Comunista de Cuba (PCC) hasta 2021.
En su historia como líder cubano, Raúl ha mantenido una estrecha relación con China. Además de haber visitado tres veces el país asiático y haberse hecho amigo del pueblo chino, Raúl sabe cantar en mandarín.
CANTANDO EN MANDARIN
Aunque no sabe hablar chino, Raúl sabe cantar una canción en chino y ha tomado la iniciativa de interpretarla en varias ocasiones en su relación con el país asiático.
Se trata de una canción folklórica antigua con letra compuesta durante la guerra nacional de resistencia contra la invasión japonesa (1937-1945). Tiene el título de Dong Fang Hong, que significa «oriente rojo», y es todavía popular entre los chinos.
Cuando Kou Shunchao, estudiante chino becado por el gobierno cubano para estudiar medicina, se la oyó cantar por primera vez y de forma improvisada, «quedé con la boca abierta y emocionado», recuerda.
Fue en noviembre de 2008 cuando Raúl Castro acompañó a su entonces homólogo chino, Hu Jintao, a visitar a los estudiantes chinos en Cuba, país que lanzó en 2006 el mayor proyecto de becas para estudiantes chinos desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales en 1960.
«No esperábamos que el ‘abuelo’ Raúl supiera cantar en chino y que tuviera una pronunciación y un ritmo tan preciso», recuerda Kou, a quien le impresionó «lo amistoso y lo dispuesto a comunicarse con los jóvenes» que se mostró el ahora ya expresidente cubano durante esa interacción.
«Lo que más gratamente sorprende es que Raúl sepa cantar las tres estrofas completas de la canción», detalla Liu Yuqin, exembajadora de China en Cuba, que tuvo la oportunidad de conocer de cerca al líder cubano.
Raúl mencionó en más de una ocasión que aprendió la canción china en 1953 cuando era estudiante y viajó a Europa con motivo de un congreso sobre la juventud, donde se contactó con la delegación china.
VISITA DE 18 DIAS A CHINA
Raúl visitó China en 1997, 2005 y 2012, y mostró gran interés por el establecimiento de las zonas económicas especiales, la reforma de las empresas estatales y otras políticas innovadoras con peculiaridades chinas.
Liu recuerda que Raúl, antes de su primera visita a China en 1997 como vicepresidente primero, pidió extender su estancia en el país asiático hasta un total de 18 días para conocer mejor las políticas y los resultados de la reforma y la apertura de China.
«Es algo fuera de las prácticas internacionales usuales que un vicepresidente visite otro país durante tantos días», afirmó la entonces consejera política de la embajada de China en Cuba.
China aceptó la petición cubana y envió a los funcionarios encargados de la reforma y la apertura para acompañar a Raúl y la delegación cubana en su visita a Shanghai, Guangzhou, Shenzhen y otras ciudades chinas.
Unos meses después, Raúl invitó a los mismos funcionarios a visitar Cuba para que estos presentaran las prácticas chinas de reforma y apertura a sus homólogos cubanos.
Según Liu, Raúl mostró muchas ganas de aprender de las experiencias chinas de desarrollo económico y aprovechó cualquier momento de encuentro con la delegación china para conocer más detalles.
Durante los últimos años del siglo XX, Raúl protagonizó una reforma experimental de distribución en algunas empresas estatales, abandonando el igualitarismo indiscriminado e implementando un sistema de distribución según el propio trabajo de cada uno.
«Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo», destacó Raúl.
A ojos de Liu, la idea de que «socialismo no es igualitarismo» ha sido bien recibida por la mayoría de los cubanos, especialmente la ampliación del trabajo autónomo, una de las reformas clave de Raúl.
CARTA DESDE CUBA
Pang Bing’an, conocido como «Pancho» entre los amigos cubanos, fue el primer periodista chino, junto con un colega de la Agencia de Noticias Xinhua, en entrar a Cuba, a mediados de abril de 1959, para cubrir los logros de la Revolución.
Pang aprovechó una ocasión en la que Raúl aparecía ante público para entrevistarlo cara a cara, la única entrevista que realizó con ese líder cubano de perfil bajo durante sus siete años de permanencia en la nación caribeña. Recuerda a Raúl como «joven, pero con mucha reputación».
En el año 2000, Pang escribió un libro en el que narró su vida periodística y cotidiana en la mayor de las Antillas.
El entonces embajador de Cuba en China, Rodríguez Arufe, le pidió a Pang que firmara dos libros para entregárselos más tarde a los hermanos Castro.
Pang indicó en la dedicatoria que siempre había compartido con los cubanos tanto los momentos gloriosos como los difíciles y expresó que la amistad entre los chinos y los cubanos perdurará siempre.
«Recibí el ejemplar de su libro ‘Mis vivencias personales en Cuba’ que me envió mediante nuestro embajador. Le agradezco ese gesto, y las fraternales palabras de su dedicatoria», fue la inesperada respuesta personal que Pang recibió dos meses después por parte de Raúl, en una carta en la que el líder cubano se dirigía a él como «Pancho».
«Fue verdaderamente emocionante y aprecio mucho la amistad que Raúl me concede. Y creo que esa amistad no es solo para mí, sino para todo el pueblo chino», afirma Pang. Fin