La autoridad central emprendió una campaña nacional el martes para alentar a la gente a trabajar y vivir con frugalidad, pero éste no es el principio del combate de arriba hacia abajo de la extravagancia.
BEIJING, 28 may (Xinhua) — Los estilos de vida frugales están logrando cierta popularidad en China.
La autoridad central emprendió una campaña nacional el martes para alentar a la gente a trabajar y vivir con frugalidad, pero éste no es el principio del combate de arriba hacia abajo de la extravagancia.
Cuando Xi Jinping asumió el mando del Partido Comunista de China en noviembre de 2012, China empezó una lucha contra la extravagancia y llamó a la campaña un «punto de apoyo» para rectificar los estilos de trabajo de los funcionarios.
Los funcionarios del PCCh y del gobierno, quienes debían ser modelos de frugalidad, en cambio competían en ostentación y extravagancia, lo que conducía a gastos enormes, despilfarro y al fuerte descontento público. Para enfrentar esa situación, se introdujo una serie de directrices detalladas, tales como exigir a los funcionarios que viajen con comitivas más pequeñas y simplifiquen ls recepciones.
La extravagancia no sólo mina la confianza del público en el PCCh y en el gobierno, sino que también contrasta con la situación real de China.
En 2010, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió en una entrevista con la televisión australiana que los estadounidenses y australianos tienen unas de las mayores emisiones de carbono. «Si justo ahora más de 1.000 millones de ciudadanos chinos tuvieran los mismos patrones de vida que los australianos y estadounidenses, entonces todos nosotros nos encontraríamos en una época muy miserable. El planeta simplemente no podría soportar eso», afirmó.
Aunque Obama pudo haber hecho las declaraciones para expresar su preocupación personal, existe un elemento de verdad en sus palabras. Los elevados patrones de consumo y extravagancia sencillamente no son un camino apropiado para China. Más bien impondrán un peso insoportable sobre el más poblado de los países.
La frugalidad es una vitud tradicional de los chinos. Un antiguo dicho chino aconseja a la gente a evitar la búsqueda ciega de la extravagancia: «Aun si tiene 10.000 hectáreas de tierra de cultivo fértil, sólo puede comer una ración de arroz al día; si tiene 1.000 mansiones, sólo puede dormir en una cama».
Promover el estilo de vida frugal es vital para el desarrollo sostenible y para el medio ambiente, y significa una sociedad más sana.
Los órganos gubernamentales, instituciones, empresas estatales, organizaciones no lucrativas y funcionarios de todos los niveles deben poner el ejemplo acabando con la extravagancia. A los jóvenes se les debe enseñar que deben ser frugales.
En lugar de ser simples defensores de la frugalidad, es más efectivo que todos se conviertan en practicantes de ella.