Taiwán y Hong Kong protagonizan este fin de semana la actualidad política del mundo chino. En efecto, en la vieja Formosa, los taiwaneses están llamados a pronunciarse en cuatro consultas relacionadas con la prohibición de la importación de carne de cerdo de EEUU que contenga trazas de ractopamina, un aditivo para piensos que en la UE está prohibido, la reubicación de un proyecto de terminal de gas natural para proteger los arrecifes de algas en el distrito Guanyin de Taoyuan, la reanudación de la construcción de la cuarta central nuclear en la ciudad de Nuevo Taipéi y la celebración de referendos junto con las elecciones. En Hong Kong, tras un año de demora respecto al calendario previsto, se llevarán a cabo elecciones legislativas.
El fragor de la batalla política en Taiwán otorga a estos referéndums un significado que va más allá del valor de lo meramente plebiscitario. El gobierno del Partido Democrático Progresista (PDP) teme una derrota que podría entenderse tanto como un varapalo a su política como el inicio de un rumbo ascendente de la oposición nacionalista liderada por el opositor Kuomintang (KMT), con la mirada puesta en las elecciones locales del 2022. El eje esencial de la crítica oficialista es la equiparación del sí con el interés de China continental. Las primeras espadas del PDP, desde la presidenta Tsai al primer ministro Su Tseng-chang o el vicepresidente Lai, repiten machaconamente que el KMT quiere llevar a Taiwán al desastre al arrimarle a China continental.
De los cuatro, probablemente, el de mayor significación política es el primero, el referido a la importación de carne de cerdo con ractopamina, que el PDP autorizó en 2020 contra el sentir mayoritario de la opinión pública. Se justifica el gobierno con razones básicamente políticas (no de salud pública): reanudar las negociaciones comerciales con EEUU, abrir camino para el ingreso en el Acuerdo CPTPP y, consiguientemente, reducir la dependencia del continente (43,9 por ciento de las exportaciones en 2020)… Pero también económicas: Corea del sur aceptó la carne de cerdo estadounidense con ractopamina en 2012, y si el referéndum para prohibir la carne de cerdo se aprueba y Taiwán no puede entrar en el CPTPP, el desastre, dice Taipéi, sería de proporciones incontrolables; por el contrario, aceptar lo inevitable permitiría captar grandes inversiones exteriores….
Para el KMT, los argumentos del PDP reafirman la convicción de que antepone su agenda política a la protección de la salud de las personas. No obstante, las dudas surgidas en algunas figuras díscolas como el alcalde de la ciudad de Nuevo Taipei, Hou You-yi o el alcalde de Taichung, Lu Shiow-yen, alimentan la incertidumbre. Para el KMT, perder el referéndum sería una auténtica hecatombe política. Dos de los referendos -sobre las importaciones de carne de cerdo que contienen trazas de ractopamina y la celebración conjunta de elecciones y referendos importantes- fueron una iniciativa suya. El tercero, sobre la reanudación de la construcción de la cuarta central nuclear en un distrito de Nueva Taipéi, fue propuesto por Huang Shih-hsiu, un defensor de la energía nuclear estrechamente asociado a esta formación.
La cadena de televisión Bloomberg News destacó el interés de Washington en el resultado de los referéndums, muy especialmente el dedicado a la importación de carne de cerdo con ractopamina procedente de Estados Unidos. Una decisión en contra de la importación podría molestar mucho en la Casa Blanca. Y advertía: si el pueblo taiwanés apoya la imposición de la prohibición de importar esta carne, se arriesga a enfadar a su principal valedor político y militar.
Una última encuesta de la cadena taiwanesa TVBS prevé un fracaso del Gobierno en el referéndum sobre la carne de cerdo, pues un 55 % apoya la prohibición, frente a solo un 33 % que se opone a prohibirla.
Según la Ley de Referéndums el voto afirmativo debe superar al voto negativo y siempre que los votos superen un cuarto del censo. Si no supera a los votos negativos, o si no se llega al umbral mínimo de participación, entonces el referéndum no se habrá aprobado o será nulo
La participación en Hong Kong
El domingo es el turno de Hong Kong. Básicamente, el resultado está escrito de antemano: sólo 11 candidatos de los 153 admitidos se declararon ajenos al frente pro-Beijing. Las principales figuras de la oposición se encuentran en la cárcel, bajo investigación o en el autoexilio.
Tras la reforma electoral, solo 20 de los 90 miembros serán elegidos por votación popular; a los 40 designados por la Comisión Electoral se sumarán después 30 diputados elegidos entre los representantes corporativos de las profesiones, también vinculados al gobierno.
La clave es la participación, el dato que puede o no legitimar la reforma electoral. La última encuesta del Hong Kong Public Opinion Institute muestra que el 36% de los entrevistados se inclina por no votar, lo que supone un aumento del 3% en comparación con la cifra de dos semanas atrás y un mínimo histórico para la ciudad. Entre el 2004 y 2016, la participación fue de alrededor del 80%.