El ECFA, otro gran paso para normalizar las relaciones China-Taiwán

In Análisis, Taiwán by PSTBS12378sxedeOPCH

China y Taiwán firmaron el 29 de junio de 2010 en Chongquing, el “Economic Cooperation Framework Agreement“ (ECFA), otro gran paso en el proceso de normalización de las relaciones políticas entre ambos lados del estrecho. Entrará en vigor el 1 de enero de 2011, tras ser ratificado por el Yuan, el parlamento taiwanés. La elección de Chongqing tenía un significado histórico por ser la ciudad china donde Chiang Kai-shek y Mao Zedong celebraron, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial en agosto de 1945, su último y fracasado intento para evitar la ruptura definitiva entre el Kuomintang y el Partido Comunista Chino.

 

Ma Ying-jeou fue elegido en las elecciones presidenciales de marzo 2008 con el ambiguo mensaje político “no reunificación, no independencia y no guerra con China”. Una vez asumida la presidencia en mayo, impulsó con decisión el diálogo con Pekín con el objetivo de favorecer y “asegurar” la amplia cooperación económica y comercial ya existente, en un contexto internacional donde  no para de crecer la influencia política y económica de China en todo el mundo pero, muy especialmente, en el continente asiático.

 

En solo dos años, Pekín y Taipei han firmado 12 acuerdos comerciales, fruto de las 4 rondas de conversaciones celebradas entre dos instituciones semioficiales, la china “Association for Relations Across the Taiwán Straits”, presidida por Chen Yunlin y la taiwanesa “Straits Exchange Foundation”, presidida por Chiang Pin-kung. Se abrieron las comunicaciones marítimas  y aéreas, los intercambios turísticos y los contactos institucionales. En los primeros cinco meses de 2010, 70.445 chinos visitaron Taiwán, un 70% más que en el mismo período del año anterior.

 

Ya en junio y noviembre de 2008, se firmaron los primeros acuerdos comerciales y financieros. También fue importante el firmado en Nanking el 26 de abril de 2009 que permitió a los bancos de Taiwán empezar a operar en el continente. Otro paso histórico se dio cuando el 15 de diciembre de 2008 y tras 60 años de prohibición, se reanudaron las comunicaciones aéreas y marítimas directas entre ambos lados del estrecho.  Los intercambios comerciales se aceleraron en una doble dirección. Los empresarios taiwaneses  ya llevaban décadas viajando e invirtiendo vía Hong-Kong en el continente pero desde entonces fueron las empresas chinas las que pasaron a invertir en la isla. También se produjeron avances en el diálogo político. La OMS con la conformidad de Pekín, invitó formalmente a Taiwán a asistir a la Asamblea General celebrada en Ginebra del 18 al 27 de mayo de 2009. Participó por primera vez desde 1971 en una reunión internacional dentro del sistema de NNUU, como “Chinese Taipei” con un status de “observador” sin derecho a voto.

 

Ma Ying-juou es un político pragmático, más interesado en afrontar la cruda realidad económica que en aventurarse a provocar, con propuestas independentistas, al coloso chino. El presidente taiwanés parte de una realidad incontestable. Taiwán fue gobernado entre 2000 y 2008 por el Partido Democrático Progresista (PDP), pro-independencia, pero las empresas de la isla  han invertido unos 150.000 millones $ y cerca de 40.000 ya operan en el continente desde 1991. China es el primer socio comercial desde 2003, cuando sobrepasó a EEUU. Taiwan goza de un claro superávit comercial: sus exportaciones a China y Hong-Kong alcanzaron en 2009 los 62.000 millones $ mientras las importaciones chinas solo llegaron a 24.500 millones $. En el primer trimestre de 2010, las exportaciones al continente ya habían alcanzado los 26.200 millones $, representando el 42,8 % de total de las exportaciones taiwanesas, mientras sigue creciendo el superávit comercial a favor de Taipei.

 

Sin embargo, un factor fue decisivo para llevar a Ma a la rápida negociación y firma del ECFA. La cruda realidad nos muestra que los países de Asia-Pacífico, ante la crisis económica global y el fracaso de la Ronda Doha de la OMC, están potenciando su comercio exterior por otras vías: a) la proliferación de una numerosa y compleja red de acuerdos bilaterales de libre comercio o FTA y b) otra vía consiste en la constitución de grandes áreas de libre comercio, que engloben a varios países, como es el caso del China-ASEAN Free Trade Agreement (ACFTA) en vigor desde el 1 de enero de 2010.

 

Taipei, Tokio y Seúl observan con mucha cautela como Pekín negocia y firma acuerdos comerciales con sus vecinos y principales clientes comerciales. China sigue penetrando económicamente en toda Asia. El ACFTA constituye una área comercial entre China y 6 miembros de ASEAN (Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia). Cuando en 2015 se incorporen los otros cuatro miembros (Camboya, Laos, Myanmar y Birmania) abarcará un mercado de 1.900 millones de personas. Incrementará la interdependencia económica ente China y los 10 países de ASEAN. Lo que provocará el interés surcoreano y japonés, que ya forman parte del ASEAN+3, a incorporase a medio plazo a esta grandiosa área comercial. China también ha firmado FTA con Chile (2005), Pakistán (2006), Nueva Zelanda (2008) y Perú (2009) y está estudiando o negociando con otros 20 países. También Corea del Sur firmó FTA con Chile (2004), Singapur y EFTA (2006), ASEAN (2007 y 2009), India (2009) y otros dos importantes FTA con EEUU (2007) y la UE (2009), aún no ratificados. Tampoco cabe descartar un futuro acuerdo comerciales o FTA entre China, Japón y Corea del Sur o incluso uno trilateral entre los tres países.

 

Ma Ying-jeou, temía que Taiwan quedase, además de aislado diplomáticamente, también ahogado comercialmente. La economía del país, 17º exportador mundial, está principalmente orientada a la exportación y no puede quedar fuera de los procesos en curso hacia una integración económica en Asia. Ahora, con el ECFA con China Taiwán intenta asegurar la competitividad de sus empresas en los mercados chino y de los países de ASEAN, donde sus productos compiten con las grandes empresas chinas, surcoreanas y japonesas. También confía en el ECFA para atraer a algunas empresas multinacionales a establecerse en Taiwán como un puente privilegiado para entrar en el mercado chino. Se pretende dinamizar la economía, incrementar la producción industrial y crear hasta 260.000 nuevos empleos en la isla. Cabe recordar que la economía taiwanesa se contrajo un 2% en 2009 si bien el gobierno espera que vuelva a crecer un 6% en 2010. El Ministerio de Economía Shin Yen-shiang predijo que el ECFA hará crecer la economía entre un 1,65% y el 1,72% anual. Va a beneficiar especialmente a los grandes conglomerados taiwaneses mientras puede afectar seriamente la viabilidad de algunas PIMES que difícilmente podrán competir en precio con algunos productos chinos.

 

El ECFA se firmó en unas condiciones muy favorables para los intereses comerciales de Taipei. Reducirá hasta eliminar en solo dos años los aranceles a las exportaciones de 539 categorías de productos manufacturados taiwaneses por un valor de 13.840 millones $ que representan el 16,14% del total de las exportaciones taiwanesas al continente. En concreto. 72 de aquellos 539 productos ya verán convertidos los actuales niveles de aranceles en cero a partir de enero de 2011, en otras 437 categorías se eliminaran los actuales aranceles a principios de 2012 y finalmente para los restantes 30 categorías se reducirán en tres años hasta llegar a cero en enero de 2013. Por su lado Taipei eliminara los aranceles que actualmente impone a 267 categorías de productos chinos por un valor de 2.850 millones $ que representan el 10,53% de las importaciones de productos chinos por parte de Taipei. En ambos casos, los sectores principales afectados son el petroquímico, textil, maquinaria, y transporte. Cabe destacar que mientras el ECFA abre el mercado chino a 18 categorías del sector agrícola no se abre en cambio el mercado taiwanes a los productos agrícolas chinos.

 

Asimismo, Pekín abrirá a las empresas taiwanesas el acceso a 11 sectores de servicios, (entre ellos banca, seguros, auditoría y sanidad, frente a los 9 sectores que Taipei abrirá a los chinos en la isla. Los bancos taiwaneses en el continente podrán hacer operaciones comerciales utilizando el yuan un año después de establecer sus sucursales e incluso dar, en determinadas condiciones,  préstamos en yuan a las empresas taiwanesas con sede en el continente. También los bancos chinos podrán convertir sus oficinas de representación en Taiwán en sucursales tras un año operando en la isla. Además del acuerdo comercial, ambas partes firmaron un acuerdo sobre la protección de los derechos de la propiedad intelectual, un tema muy sensible para los taiwaneses que han visto en las últimas décadas como eran pirateados, falsificados o reproducidos ilegalmente en el continente, sus productos industriales o los derechos de autor.

 

Pekín persigue con estas concesiones dos claros objetivos: a) mejorar su mala imagen ante la sociedad taiwanesa que se mantiene, por razones políticas, muy suspicaz ante la firma del ECFA y b) dar un apoyo indirecto a una recuperación económica que facilite la reelección de Ma en las elecciones presidenciales de 2012. Sin embargo, la apuesta de Ma Ying-jeou es muy arriesgada en la medida que existe una fuerte oposición interna del PDP, liderado por Tsai Ing-wen que ha encontrado en el ECFA un filón de oro para resucitar otra vez como una clara alternativa política al Kuomintang en 2012. El PDP logró movilizar el 26 de junio a decenas de miles de manifestantes en las calles de Taipei para protestar contra un acuerdo que califican como “un caballo de Troya” que puede limitar la soberanía del país. La oposición exige un referéndum popular previo para su definitiva aprobación, algo a lo cual el gobierno no va a acceder.

 

Ma Ying-jeou intenta separar la vertiente económica de la política. Siguen abiertos algunos contenciosos políticos como la compra de armas de Taiwán a EEUU por un valor de 6.400 millones $ o el programa que Taipei sigue desarrollando para contar con misiles de medio alcance para mejorar su defensa mientra China siga a suvez apuntando con sus misiles hacia Taiwán. Pero volviendo a la economía, a Ma le quedan solo dos años para demostrar  a los votantes como el ECFA es efectivamente ventajoso para el país. Aunque antes deberá superar un primer examen parcial en las elecciones municipales que se celebrarán en cinco grandes ciudades en noviembre de 2010.

 

Taipei también confía en sacar algunos réditos diplomáticos. Desea incrementar las relaciones comerciales y culturales, aunque sean informales, con terceros países. Hasta hoy solo pudo firmar FTA con 5 países centroamericanos que solo representan el 0,25 de su comercio exterior global. Tras firmar el ECFA, se espera poder firmar acuerdos comerciales similares con otros países asiáticos para no quedar marginados dentro de la red de FTA que sus socios comerciales han establecido con otros países competidores. Pero no queda claro que Pekín de luz verde a esta  pretensión de Ma Ying-jeou.

 

¿Puede afectar a largo plazo la firma del ECFA al mapa geoestratégico del Noreste de Asia? Es harto difícil aventurarse a dar una respuesta. Pero la cooperación económica puede favorecer, a través del diálogo un acercamiento político entre China y Taiwán. E incluso un marco de estabilidad política y de mayor integración económica en la región. Existen experiencias positivas en Europa y en otros continentes.

 

Para facilitar el diálogo político Pekín prefiere ver a Ma Ying-jeou reelegido en 2012 como presidente y al Koumitang como partido gobernando en Taiwán. Pero el curso de la historia difícilmente se puede cambiar rápidamente. Los recelos alimentados en más de 60 años solo se pueden suavizar y corregir con el tiempo. Para China que históricamente siempre se ha sentido el centro de un imperio, la reunificación es un objetivo nacionalista irrenunciable. Para Taiwan que es una democracia parlamentaria con una fuerte personalidad política es también irrenunciable el derecho de los taiwaneses a decidir libre y democráticamente su futuro político. Mientras tanto, EEUU sigue con atención este proceso gradual de acercamiento entre Pekín y Taipei.

 

Se necesitará tiempo para rehacer las relaciones de confianza entre ambos lados del estrecho. El ECFA, aunque solo es un acuerdo-marco de cooperación económica, tiene una gran importancia política. Cabrá esperar que pueda también ser un factor clave para el entendimiento entre las partes.