El optimismo de Ma Ying-jeou

In Análisis, Taiwán by PSTBS12378sxedeOPCH

La celebración el diez de octubre del “Doble Diez”, aniversario del establecimiento de la República de China, previa al centenario que tendrá lugar en 2011, ha servido a Ma Ying-jeou para abordar un retrato generalmente optimista de la situación taiwanesa. Con el desempleo bajo control (5%) y unas expectativas de crecimiento que rondan el 9% para el presente ejercicio, la situación política estable y encauzada con la sorpresa de un PDP progresivamente arraimado a las tesis del KMT, el presidente taiwanés parece haber superado los momentos más críticos de su mandato, a la espera de que ello se confirme en las elecciones municipales parciales previstas para el 27 de noviembre.  

En su balance, Ma ha exhibido como éxito la mayor visibilidad internacional alcanzada por Taiwán, tanto en lo que se refiere a la normalización con EEUU (que le ha permitido reanudar las compras de armamento) o con Japón, además de lograr mejorar su participación en la OMS o mejorar su representación ante la OMC. 

Además de anunciar la creación de un comité consultivo en materia de derechos humanos que publicará un informe anual, enfatizó su compromiso con la justicia social y la lucha contra la pobreza, señalando que pasarán a formar parte de los temas centrales de su agenda, junto a las reformas ambientales y judiciales (erradicación de la corrupción).  

Pese al “educado” entendimiento con China continental y aun reconociendo los orígenes culturales comunes, Ma ha delimitado aguas con toda nitidez al reclamar tanto la inmediata liberación de Liu Xiaobo como la retirada de los misiles continentales que apuntan a la isla. 

Reivindicando el “consenso de 1992” (una China, dos interpretaciones) como guía para el entendimiento con el continente, elogió el AMCE (Acuerdo Marco de Cooperación Económica), rubricado en junio último, convencido de sus efectos positivos en las relaciones bilaterales y también en las expectativas de acuerdo con otros socios comerciales con los que ya se han iniciado contactos (Singapur, Indonesia, Vietnam, la UE, etc). La siguiente prioridad de las negociaciones será firmar un acuerdo de intercambio cultural y educativo. 

En los primeros tres trimestres de 2010, la inversión entre China y Taiwán creció un 45,9% respecto al mismo periodo del año pasado, alcanzando los 107.430 millones de dólares. De enero a septiembre, las exportaciones del continente a Taiwán aumentaron un 52,6%, mientras que las exportaciones crecieron un 44,3%. El número de empresarios de la isla que han viajado al continente se ha duplicado y la inversión se ha cuadriplicado con respecto al año pasado. El acuerdo para la implantación de sucursales bancarias abre expectativas a una mayor colaboración en el orden financiero. 

Pero no todo va sobre ruedas. En el marco de las celebraciones, el primer ministro Wu Den-yih y el ministro de defensa Kao Hua-chu han rechazado la propuesta continental de abrir intercambios sobre asuntos militares, asegurando que no ha llegado el momento, tampoco para el diálogo político, aunque Beijing mete prisa, asegura, para consolidar los demás aspectos. El ministro de defensa anunció que Taiwán pronto dispondrá de la capacidad técnica y logística para detectar los misiles o satélites chinos.  

En un sondeo de opinión publicado el 13 de septiembre, un 66% de taiwaneses se mostraban favorables al statu quo frente a un 16% partidarios de la independencia (4% en 2000). Tan solo un 5% se mostró favorable a la unificación. Dichas cifras quizás pueden explicar el giro histórico iniciado por el PDP, ahora dispuesto a comprometerse con la estabilidad en las relaciones con el continente. Si el radicalismo anticontinental promovido por el PDP parece tener los días contados, la combinación de pragmatismo económico y firmeza política exhibida por Ma bien pudiera ganar más adeptos con dicho abandono. El 27 de Noviembre sabremos si el KMT de Ma va ganando la partida.