El visto bueno legislativo al Acuerdo de Comercio y Servicios entró esta semana en una fase de máxima tensión caracterizada por la intensificación de la confrontación entre gobierno y oposición. El día 17, el KMT envió al Yuan legislativo el texto para su tramitación final. El malestar de la oposición condujo al boicot de la sesión el día 18, mientras el KMT le acusaba de interrumpir injustificadamente las sesiones. Por la noche, cientos de personas, en su mayoría estudiantes, apoyados por diputados de la oposición, tomaron el Yuan, impidiendo el desarrollo de las labores parlamentarias.
El visto bueno legislativo al Acuerdo de Comercio y Servicios entró esta semana en una fase de máxima tensión caracterizada por la intensificación de la confrontación entre gobierno y oposición. El día 17, el KMT envió al Yuan legislativo el texto para su tramitación final. El malestar de la oposición condujo al boicot de la sesión el día 18, mientras el KMT le acusaba de interrumpir injustificadamente las sesiones. Por la noche, cientos de personas, en su mayoría estudiantes, apoyados por diputados de la oposición, tomaron el Yuan, impidiendo el desarrollo de las labores parlamentarias.
El Acuerdo sobre el Comercio de Servicios establece 80 categorías que China debe liberalizar frente a los 64 –algunos ya abiertos al capital continental- que debe abrir Taiwan. Fue firmado el 21 de junio de 2013 y sometido al Yuan a partir del 7 de julio. Desde entonces, se celebraron los debates en comisión, audiencias informativas (16 en 9 meses), seminarios, reuniones con empresarios, etc., con el criterio de aplicarle el límite de tres meses en su tramitación previsto igualmente para los decretos-ley presidenciales. El KMT asegura que la oposición no quiere examinar el texto, sino solo hacer obstrucción, y que el acuerdo beneficia más que perjudica a Taiwan. El día 20 diversas manifestaciones se sucedieron en ciudades como Taipei, Kaohsiung, Taichung, Tainan o Hualien, reuniendo a varios miles de personas.
Los manifestantes plantearon tres reivindicaciones: anulación de la equiparación procedimental con un decreto-ley, explicación pública y diálogo con el presidente Ma, y aprobación de un sistema de control de auditoría para la firma de acuerdos a través del Estrecho en la presente sesión ordinaria.
Los representantes de seis federaciones profesionales han apelado a las fuerzas parlamentarias a encontrar una salida a la situación actual. La Cámara General de Comercio de Taiwan también reclamó una pronta ratificación del acuerdo. Encuestas manejadas por el gobierno aseguran que más de la mitad de los taiwaneses son partidarios de su entrada en vigor. Por otra parte, empresarios taiwaneses en el extranjero, partidarios del acuerdo, han acusado al gobierno de “no haberlo explicado de manera sencilla y explicita”, y que su desarrollo ha sido “catastrófico”, asegurando no entender las razones de la oposición al acuerdo.
Ma Ying-jeou insiste que este debe ser el año de la recuperación económica y que la condición esencial es “relajar las estrictas normas comerciales y la apertura de los mercados, así como la liberalización económico-comercial”. Este acuerdo se enmarca en dicho proceso que debe facilitar la adhesión al TPP y a la RCEP así como la firma de TLCs con otros socios. Ma apeló a la responsabilidad para garantizar que la ratificación se produzca en el actual periodo de sesiones, es decir, antes de junio, reclamando racionalidad para resolver el conflicto.
El atolladero de la situación actual supone un serio desgaste para el KMT y, sobre todo, para su presidente, que ha sido incapaz de generar un consenso público al respecto. El presidente ha tenido que dar marcha atrás en su convocatoria de una Conferencia de Conflicto de Poderes con el vicepresidente Wu Dun-yih, el primer ministro Jiang Yi-hua y el presidente del Yuan legislativo Wang Jin-pyng. Este último, de su mismo partido, se negó a asistir considerando que esta previsión constitucional (artículo 44) no era aplicable al caso, optando por seguir negociando, descartando el uso de la fuerza para desalojar a quienes protestan. El PDP exige disculpas al presidente y que el texto del Acuerdo sea devuelto al Comité de Revisión del legislativo. Tsai Ing-wen interpreta que la situación creada refleja un conflicto entre la ciudadanía y el propio presidente.
No es probable la retirada del pacto comercial pero sin duda el gobierno se verá obligado a hacer concesiones a la oposición. En primer lugar, en el procedimiento de revisión del articulado. En segundo lugar, con un compromiso para establecer mecanismos de seguimiento de los acuerdos firmados entre los dos lados del Estrecho.
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