Las acciones de las autoridades taiwanesas para instar su aceptación como parte activa en los múltiples procesos en curso de integración económica se multiplican a gran velocidad. A la reanudación de las negociaciones con el continente a propósito de un acuerdo sobre el comercio de bienes, bajo la sombra de la aceleración de las negociaciones para un TLC entre China y Corea del Sur, se suman la reiteración de la firme voluntad de participar en plataformas de gran alcance como el TPP o la RCEP. Por otra parte, esta misma semana, el nuevo representante de Taiwan ante el Reino Unido, Liu Chih-kung, reiteró ante la prensa británica que su máxima prioridad era obtener el apoyo de Londres para la firma de un acuerdo de cooperación económica con la UE (Reino Unido es el tercer mayor socio comercial de Taiwan en Europa), al que habría que añadir el relativo a las inversiones bilaterales.

La Cámara de Comercio europea en Taiwan sugiere una profundización de la desregulación de la economía como eje clave para mejorar las posibilidades de acercamiento a los modelos de integración, mejorar el ambiente de negocios y ampliar las interacciones económicas con Europa. No obstante, es esa liberalización asociada a la integración la que suscita tantas reticencias en buena parte de la sociedad taiwanesa, temerosa de los efectos en su modelo de bienestar.

Taiwan es la 20ª mayor economía del mundo, la 18ª potencia comercial y la décima entre los países de APEC. En 2013, Taiwan firmó acuerdos de cooperación económica con Singapur y Nueva Zelanda.

SE PUEDE ACCEDER AL TEXTO COMPLETO A TRAVÉS DEL BANNER CORRESPONDIENTE.