La elección de Tsai Ing-wen como presidenta del PDP, la principal fuerza opositora en Taiwan, marca la cuenta atrás del mandato de Ma Ying-jeou, a quien le restan dos años. Tsai venció en elecciones internas a su único rival, Kuo Tai-lin, ex sub-jefe distrital de Kaohsiung. La elección se produce en un momento dulce para el PDP, con un KMT desgastado y contra las cuerdas ante la grave crisis que atraviesa la política en relación al continente, asunto que había convertido en el gran punto fuerte de su mandato.
La elección de Tsai Ing-wen como presidenta del PDP, la principal fuerza opositora en Taiwan, marca la cuenta atrás del mandato de Ma Ying-jeou, a quien le restan dos años. Tsai venció en elecciones internas a su único rival, Kuo Tai-lin, ex sub-jefe distrital de Kaohsiung. La elección se produce en un momento dulce para el PDP, con un KMT desgastado y contra las cuerdas ante la grave crisis que atraviesa la política en relación al continente, asunto que había convertido en el gran punto fuerte de su mandato. En una intervención reciente, Tsai Ing-wen apeló a una reforma constitucional que aumentara moderadamente el número de escaños del Yuan para reflejar mejor el pluralismo de la sociedad, mientras otra de su partido apuesta por rebajar la edad mínima para votar.
En paralelo, el ex líder del PDP, Shih Ming-teh, presentó, junto a Su Chi, ex secretario general del Consejo de Seguridad Nacional y miembro del KMT, las conclusiones de un seminario que se alargó por espacio de nueve meses en el que políticos, académicos y expertos relacionados con las principales fuerzas del país han debatido sobre la superación del concepto “una sola China”, que consideran “no refleja” el estado actual del Estrecho. Los participantes en el seminario apuestan por el concepto de “Una China mayor”, marco en el cual se legitimaría una figura legal internacional que superaría las denominaciones actuales respectivas. En ese contexto, ninguna parte firmaría un tratado militar que pudiera perjudicar a la otra, y ambos gobiernos podrían participar por igual en el sistema internacional compartiendo el derecho a establecer relaciones diplomáticas con los demás países del mundo.
En Beijing, al comentar este nuevo concepto, se recordó que cualquier propuesta innovadora debe respetar el principio de una sola China y que en ningún caso las relaciones pueden equipararse a las existentes entre dos estados…
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