Las tensiones sino-vietnamitas han impactado de lleno en Taiwan. La crispación entre Beijing y Hanoi por la soberanía del archipiélago de las islas Xisha/Paracel, en el Mar de China meridional, tras la decisión de Beijing de desplegar una plataforma petrolífera en la zona, ha derivado en una explosión de cólera en Hanoi, que considera dicho territorio parte de su zona económica exclusiva. Las islas, reivindicadas también por Taiwan y por Filipinas, Malasia y Brunei, famosas por sus recursos de diverso tipo, petróleo incluido, están situadas en una de las rutas marítimas más frecuentadas del mundo.
Las tensiones sino-vietnamitas han impactado de lleno en Taiwan. La crispación entre Beijing y Hanoi por la soberanía del archipiélago de las islas Xisha/Paracel, en el Mar de China meridional, tras la decisión de Beijing de desplegar una plataforma petrolífera en la zona, ha derivado en una explosión de cólera en Hanoi, que considera dicho territorio parte de su zona económica exclusiva. Las islas, reivindicadas también por Taiwan y por Filipinas, Malasia y Brunei, famosas por sus recursos de diverso tipo, petróleo incluido, están situadas en una de las rutas marítimas más frecuentadas del mundo.
En los últimos días, y fundamentalmente a partir del martes 13, se registraron manifestaciones antichinas con una intensidad sin precedentes en las provincias de Binh Duong y Dong Nai. La ira de los manifestantes se cebó con centenares de empresas taiwanesas, incendiando varias de ellas –en torno a la docena- y provocando destrozos serios en muchas más –un centenar fueron asaltadas-, afectando en total a unas mil fábricas taiwanesas solo en Binh Duong (calzado, bicicletas y accesorios, confecciones, muebles…). Creyendo atacar la presencia china (continental), la ola destructora derivó en saqueos provocando que cientos de taiwaneses se refugiaran en hoteles o en estaciones de policía. Al menos, dos empresarios habrían muerto. El gobierno vietnamita informó de la detención de más de mil personas relacionadas con los incidentes y presentó disculpas por el “terror” inflingido a las víctimas, comprometiéndose a abonar las indemnizaciones correspondientes.
En medio de la refriega, el Yuan legislativo reiteró la soberanía de la República de China sobre las islas Nansha (Spratley), Xisha (Paracel), Zhongsha (Macclesfield Bank) y Dongsha (Pratas), enfatizando la importancia de un desarrollo en conjunto de forma pacífica.
Arrastrada a la disputa ante la incapacidad de los manifestantes vietnamitas de distinguir a chinos continentales de taiwaneses, Beijing propuso a Taipei cooperar en la gestión del contencioso; no obstante, Taiwan rechazó la oferta.
El gobierno de Taipei creó una célula de crisis y además de recabar la protección de sus nacionales ante las autoridades taiwanesas se concertó con las líneas aéreas para una posible evacuación en masa. También avanzó su intención de solicitar compensaciones al gobierno vietnamita.
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