Del 23 de octubre al 2 de noviembre del 2024, el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán Lin Chia-lung, recién nombrado en mayo pasado, realizó una gira por cinco países de América Latina y el Caribe, en orden de destino, San Vicente y las Granadinas, Guatemala, Santa Lucía, Belice y San Cristóbal y Nieves.
El propósito de esta primera gira fue compartir con sus principales aliados diplomáticos en esta región, la nueva visión diplomática que está impulsando el gobierno del presidente Lai Ching-te, quien asumió el pasado 20 de mayo. Esta visión diplomática consiste en trascender de la diplomacia de “consolidación de lazos” a la diplomacia “de prosperidad mutua”, sustentada en la profundización de la cooperación bilateral, especialmente en el desarrollo de infraestructuras seguridad alimentaria, equipo médico y medicinas, agricultura, educación, industria y tecnología, entre otros, y la atracción de nuevos inversores taiwaneses. Lo anterior, en el marco de valores compartidos, tales como la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos.
A partir del triunfo del presidente Lai del Partido Democrático Progresista (PDP), se inició con un tercer período histórico del continuismo que representa la línea que defiende la soberanía de Taiwán frente a China. Dicho resultado electoral, tensó aún más las relaciones entre China y Taiwán, pese a que Lai ha reiterado su interés por abrir canales de diálogo y la intención de no provocar a China. Por su parte, Wang Yi (2024), ministro de Relaciones Exteriores de China reafirmó públicamente: “la independencia de Taiwán no fue posible en el pasado y no podrá ser posible en el futuro” (…) “Cualquier persona en la isla de Taiwán que promueva la independencia o la división del territorio de China, será severamente castigado por la historia y la ley”. Para disuadir a Taiwán, China ha incrementado las tensiones con una escalada militar sin precedentes, así como también presiones económicas y, principalmente, presiones para sus aliados diplomáticos.
En ese contexto y bajo la gestión de Lai, a partir del 2024, Taiwán está reforzando la relación diplomática con sus principales aliados, incrementando y reorientando el ámbito de su cooperación e inversiones. Esto afecta directamente la estrategia de aislamiento a la isla que ha implementado China desde la llegada de Xi y el PDP, la que ha consistido en quitarle aliados diplomáticos, con el fin de reducir su espacio internacional para obligarlo a negociar su reconocimiento al principio de una sola China, como región autónoma especial (RAE) de China.
Dentro de las principales implicaciones de esta gira están el incremento de tensiones, presiones y las amenazas de China a los países visitados, especialmente a Guatemala, considerado como el aliado más importante con el que Taiwán conserva relaciones diplomáticas en la región desde hace 90 años. En ese sentido, un día después de iniciada la visita a Guatemala por el ministro Lin, el portavoz de la Cancillería china Lin Jian instó a Guatemala “notar la tendencia general y tomar la “decisión correcta” (…) “183 países en el mundo han establecido relaciones diplomáticas con China, lo que podría demostrar la tendencia del principio de “una sola China” (…) “no se puede detener la inevitable unificación de China”, esto con el fin de ejercer presión y generar tensión.
Otra de las implicaciones es la coerción económica, tal y como sucedió en mayo del presente año, como consecuencia de la participación del ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, a la investidura del presidente Lai en Taiwán. Derivado de lo anterior, China no permitió el ingreso de varios contenedores con productos exportados de Guatemala: café, macadamia y cardamomo. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Wang Wenbin calificó la visita “como una violación del principio de una sola China” (…) además de que “esta situación perjudicaba la cooperación entre ambos países, incluyendo la exportación de productos guatemaltecos”. Es importante hacer notar que, a pesar de que Guatemala reconoce a Taiwán, realiza negocios con China; tiene exportaciones, aunque poco significativas, y en el caso de las importaciones, China es el segundo país más importante. Otra forma de ejercer presión es a través de su participación como país observador en organismos regionales, tales como el Parlamento Centroamericano, el que forma parte del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Con su participación como país observador también ejerce presión a Estados Unidos por estar cada vez más presente en su área de influencia, Centroamérica.
En el caso de Taiwán, en suma, las implicaciones están centradas en garantizar su reconocimiento diplomático por algunos años más. Sin embargo, en la medida que consolida la relación con sus aliados, la situación entre Taiwán y China se tensa aún más, lo que podría provocar, en algún momento, una reunificación forzada.