Finalmente, James Soong (PPP, Partido el Pueblo Primero), anunció la presentación de su candidatura a las elecciones presidenciales taiwanesas que tendrán lugar el 16 de enero próximo, a la par que las legislativas. Los primeros sondeos efectuados a renglón seguido evidenciaron un claro impacto en las posibilidades electorales de las dos principales candidatas: Tsai Ing-wen (PDP, Partido Democrático Progresista) y Hung Hsiu-chu (KMT, Kuomintang).
Previo al anuncio, algunas encuestas otorgaban a Tsai una tasa del 50,4 por ciento de apoyo, frente al 26,9 de Hung. Con la irrupción de Soong, Tsai bajaría al 39,6 por ciento y Hung al 19,4. Los apoyos a Soong rondarían el 24 por ciento.
Tanto Hung como Soong se ubican en el movimiento pan-azul de los partidarios de la reunificación, frente a los verdes o soberanistas. No obstante, si a Hung se le considera más partidaria de acelerar el proceso de aproximación al continente, Soong se ubicaría en las posiciones más tradicionalmente asociadas al KMT, partido que abandonó en 1999, en torno a la defensa del statu quo. Hung califica a Soong de “fenómeno temporal”, pero una parte de sus seguidores podrían cambiar de candidato, pasando a apoyar a Soong. Esta circunstancia alimenta los rumores de que, llegado el caso, el KMT podría incluso “abandonar” a Hung para asegurar un hipotético triunfo de Soong como mal menor. La suma de las cuotas de apoyo de los dos candidatos “azules” supera el nivel de respaldo a Tsai.
El KMT no puede pasar por alto la lección de 2000. Entonces, la elección de Lien Chan como cabeza de cartel provocó la presentación de Soong como independiente. La “división azul” dio como resultado la victoria del candidato del PDP, Chen Shui-bian, revalidada en 2004 por una ligerísima ventaja frente al dúo, esta vez unido, de Lien Chan-James Soong (49,89 por ciento frente a 50,11 por ciento).
En lo inmediato, la tesitura añadida para el KMT es cómo gestionar la presentación de Soong. Si se enfanga en una campaña de descrédito del PPP y su candidato, tal como parecen indicar las primeras reacciones, esto podría reforzar la división y, por lo tanto, las posibilidades de Tsai. De entrada, Soong tiene muchas más posibilidades de afectar al liderazgo de Hung que al de la candidata del PDP, que sigue en cabeza en las encuestas. Ignorarlo, por otra parte, resulta difícil cuando el goteo de miembros del partido que anuncian su apoyo a Soong está en marcha y requiere medidas de clarificación del discurso para ser contenido. Eric Chu, el presidente del KMT, apela a la unidad azul; su vicepresidente, Hau Lung-bin, ex alcalde de Taipei, acusa a Soong de llevar tiempo alejándose del “ideario azul” para colaborar más cercanamente con el PDP.
James Soong se presenta como el candidato del consenso, la tercera vía capaz de unir a la sociedad taiwanesa en torno a un proyecto de futuro que destierre la confrontación y asegure una nueva política. Tiene 73 años y no pocos le atribuyen un desmesurado afán personalista. Con una trayectoria pletórica de altibajos, esta es su tercera candidatura a la presidencia.
La cómoda ventaja que hasta ahora venía mostrando Tsai sobre la candidata del KMT podría no solo reducirse sino también diluirse en función de los cambios que puedan gestarse en el movimiento pan-azul. No obstante, el PDP dice no estar preocupado y no alterará su estrategia. Al menos por el momento. La campaña de los diferentes candidatos gana en trascendencia y puede llegar a ser decisiva para aquilatar el comportamiento y la fidelidad de los electores, entre quienes podría cundir la indecisión a medida que pasen las semanas.