Nueva edición del Hebdomadario de la Política Taiwanesa

In Noticias, Taiwán by PSTBS12378sxedeOPCH

Las relaciones entre Taiwán y Japón, siguen inmersas en un halo de buenaventura, contrastando con el agravamiento de las tensiones entre Tokio y China continental, que, por otra parte, han mostrado un primer signo de relativa esperanza tras la cumbre trilateral celebrada en Seúl el pasado día 7, la primera en los últimos 18 meses. 


Las relaciones entre Taiwán y Japón, siguen inmersas en un halo de buenaventura, contrastando con el agravamiento de las tensiones entre Tokio y China continental, que, por otra parte, han mostrado un primer signo de relativa esperanza tras la cumbre trilateral celebrada en Seúl el pasado día 7, la primera en los últimos 18 meses.

Japón es el segundo mayor socio comercial de Taiwán, y éste el quinto mayor socio comercial de Tokio. El comercio bilateral excedió los 60.000 millones de dólares el año pasado.

El día 6, Taiwán y Japón firmaron cinco acuerdos y memorandos de entendimiento que cubren aspectos como el comercio electrónico, las patentes, las vías férreas, la industria farmacéutica y el rescate aéreo y marítimo.  El número total de acuerdos firmados se eleva ya a 37, lo que evidencia que “los lazos son profundos y amplios”, dijo Ma Ying-jeou en una audiencia a una delegación japonesa presidida por Mitsuo Ohashi, líder de la Asociación de Intercambios de Japón, responsable de la gestión de las relaciones bilaterales en ausencia de vínculos diplomáticos.

En los últimos cinco años, Taiwán y Japón han suscrito tratados en diversos campos, incluyendo un acuerdo para trabajo y vacaciones, para la apertura aérea, para la protección de inversiones y sobre los derechos de pesca, además de establecer vuelos directos entre el aeropuerto Shongshan de Taipei y el Haneda de Tokio.

La firma del acuerdo pesquero en abril de este año,  el reconocimiento de la identidad taiwanesa a los residentes de la isla en Japón, el aumento del turismo y de las relaciones culturales, etc., ofrecen un contrapeso regional de relevancia al acercamiento entre Taipei y Beijing y, sobre todo, a la capacidad de atracción del continente en el contexto de una competición estratégica que sube enteros entre China y Japón.

Es evidente que Tokio, potencia colonial entre 1898 y 1945, mima a Taiwán, donde conserva una importante influencia no solo económica también política y cultural, y no solo entre las elites sino a nivel popular, sin que se respire la animosidad que despierta en el continente. Ello no obsta que el Taipei continuador de la República de China manifieste una discrepancia en origen muy similar a la del continente en los litigios habituales relacionados con la historia y sus secuelas o con las tensiones territoriales, si bien huyendo de coordinar posiciones y buscando otras vías que le permitan asomar la cabeza con un discurso más matizado.

A diferencia de Lee Teng-hui, reconocidamente filonipón, a Ma se le había acusado de poco inclinado a mejorar las relaciones con Japón. Sin embargo, su gestión parece desmentir dicho aserto.

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