Mientras Taiwán se niegue a aceptar el “Consenso de 1992”, no habrá ninguna base para su participación en la Asamblea Mundial de la Salud, dijo Zhang Zhijun, jefe de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado. Según explicó, su asistencia como observador durante ocho años consecutivos desde 2009 se debió a un “arreglo especial” labrado mediante negociaciones a través del Estrecho y bajo el reconocimiento mutuo del principio de Una sola China.
Mientras Taiwán se niegue a aceptar el “Consenso de 1992”, no habrá ninguna base para su participación en la Asamblea Mundial de la Salud, dijo Zhang Zhijun, jefe de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado. Según explicó, su asistencia como observador durante ocho años consecutivos desde 2009 se debió a un “arreglo especial” labrado mediante negociaciones a través del Estrecho y bajo el reconocimiento mutuo del principio de Una sola China.
La llegada del PDP a la presidencia no impidió la participación en la asamblea del año pasado aunque, por primera vez, en la misiva de la invitación, cursada a última hora, se incluyó un recordatorio de que el principio de “una sola China” era la base de la Resolución 2758 de la ONU y la Resolución 25.1 de la Organización Mundial de la Salud.
Desde la asunción de funciones por parte de Tsai Ing-wen y la negativa a ratificar el Consenso de 1992, Beijing suspendió todos los diálogos oficiales con Taiwán y ha redoblado sus esfuerzos para impedir la participación en las organizaciones internacionales.
Si bien el actual contexto nos remite a situaciones ya vividas con el comienzo del siglo, lo cierto es que lo es todo menos sorprendente. Aunque a última hora, fuentes de la OMS dejaron abierta la posibilidad de la participación, la negativa de Margaret Chan, la actual directora general y antigua ministra de sanidad de Hong Kong, le resta poca viabilidad. Por su parte, el Ministerio de Salud enfatizó la brecha que abre esta ausencia en el sistema internacional de salud pública.
Beijing culpó al PDP de la ausencia de la isla en la AMS por haber dañado la base política de las relaciones a través del Estrecho. Otro tanto azuza el KMT, que impidió una declaración consensuada de protesta del Yuan Legislativo. El Consejo de Asuntos de China Continental advirtió que la exclusión podría ampliar el foso a través del Estrecho. En el exterior, desde los aliados diplomáticos a EEUU, Canadá o Europa, expresaron su respaldo a la República de China.
Taiwán estará presente a su manera en la Asamblea Mundial de la Salud, del 22 al 31 en Ginebra, e intentará participar en reuniones y actividades paralelas. Algunos países se mostraron dispuestos a interactuar al margen de la AMS.
Esta semana también ha trascendido el veto a la participación en una reunión del Proceso Kimberly, el sistema que garantiza al consumidor que los diamantes que adquiere en su joyería no proceden de países o zonas de conflicto bélico. El espacio internacional de Taiwán parece cerrarse cada vez más.
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