WASHINGTON, 30 ene (Xinhua) -- Ignorando las repetidas protestas solemnes expresadas por China, el gobierno de Estados Unidos notificó el viernes al Congreso sobre su venta de armas por casi 6.400 millones de dólares USA a Taiwan. La venta es una decisión errónea, que no solamente socava los intereses de seguridad nacional de China y su causa de reunificación nacional, sino que una vez más lastima los sentimientos nacionales del pueblo chino.
Además, también provoca severos daños a la cooperación global y a las relaciones entre China y EEUU.
Hablando con franqueza, la venta de armas de EEUU a Taiwan se ha convertido en una enfermedad crónica que ha alterado las relaciones entre China y EEUU por largo tiempo.
En el Comunicado del 17 de agosto emitido en conjunto por China y EEUU en 1982, EEUU claramente señaló la intención de reducir su venta de armas a Taiwan tanto en cantidad como en calidad, para lograr finalmente acabar con tales ventas.
Aunque esas palabras son extremadamente claras, esta vez EEUU de nuevo tomó repentinamente una mala decisión para planear una nueva venta de armas a Taiwan, violando gravemente los principios de los tres comunicados conjuntos, especialmente los del Comunicado del 17 de agosto.
Esa acción interfiere violentamente en los asuntos internos de China, socava gravemente la seguridad nacional de China así como su causa de unificación nacional, y con ello inevitablemente proyecta una sombra en las relaciones entre China y EEUU.
El asunto de Taiwan está estrechamente relacionado con la soberanía y la integridad territorial de China, con sus intereses nacionales fundamentales y con los sentimientos nacionales de sus 1.300 millones de habitantes.
La Declaración Conjunta China-EEUU indica que «el principio fundamental de respeto hacia la soberanía y la integridad territorial del otro es la base de los tres comunicados conjuntos China-EEUU que guían las relaciones entre ambos países.
«Ninguna de las dos partes apoya algún intento con alguna fuerza para socavar este principio. Las dos partes acordaron que el respeto a los intereses fundamentales del otro es extremadamente importante para garantizar el firme progreso en las relaciones entre China y EEUU».
Las palabras aún hacen eco pero el gobierno de EEUU rompió la promesa y actuó de forma que minó seriamente los intereses fundamentales de China.
Como resultado, es totalmente razonable sospechar de la sinceridad de las promesas de EEUU sobre el «respeto a los intereses fundamentales del otro».
Con los esfuerzos hechos por los compatriotas de ambos lados del Estrecho de Taiwan, en años recientes han habido más diálogos e intercambios frecuentes entre ambas partes del Estrecho, y se han logrado relaciones comerciales y económicas más estrechas entre ambos lados del Estrecho.
Las relaciones entre ambos lados del Estrecho han empezado a caminar a través de una vía de interacción.
EEUU ha declarado reiteradamente que la paz entre ambos lados del Estrecho de Taiwan es «en beneficio de EEUU» y que da la bienvenida al desarrollo de esas relaciones.
Además ha señalado que espera que ambos lados del Estrecho de Taiwan fortalezcan su diálogo y sus interacciones en las áreas económica, política y otras, y que establezcan una relación más positiva y estable.
Sin embargo, mientras el escenario de las relaciones entre ambos lados del Estrecho se vuelve prometedor, EEUU toma una nueva decisión sobre la venta de armas para Taiwan.
La decisión no solamente es contraria a la voluntad principal del mantenimiento del desarrollo y de la cooperación entre la población de ambos lados del Estrecho de Taiwan, sino que también expone el uso que hace EEUU de dobles estándares y su hipocresía en lo que respecta a asuntos importantes relacionados con los intereses fundamentales de China.
China y EEUU, ambos potencias mundiales, tienen amplios intereses comunes e importantes responsabilidades en a una serie de importantes cuestiones relacionadas con la paz y el desarrollo de cada nación y de toda la humanidad.
A pesar de las altas y las bajas en los últimos 30 años, las relaciones generales entre China y EEUU han mantenido un desarrollo progresivo, mientras los intereses comunes y la cooperación entre los dos países se han expandido continuamente.
Eso no solamente genera beneficios concretos para los pueblos de ambas naciones, sino que además contribuye a la paz y al desarrollo mundial.
Obviamente, la actual situación en las relaciones entre China y EEUU es resultado de no fáciles esfuerzos, y ambas naciones necesitan dar un cuidado adicional.
La situación financiera global ha ido mejorando, pero continúa la incertidumbre.
Esto requiere que China, EEUU y la comunidad internacional en general hagan continuos esfuerzos de manera coordinada.
La cooperación entre China y EEUU es indispensable para solucionar la lucha contra el terrorismo, la no proliferación nuclear, el cambio climático, además de otros importantes asuntos de seguridad internacional y regionales.
Nuestra época requiere que China y EEUU mantengan relaciones sanas, estables y en desarrollo.
Desafiar esa tendencia histórica y tomar una decisión equivocada que socava tanto los intereses fundamentales de China como la situación global de la cooperación entre China y EEUU, no pueden ser consideradas como acciones sensatas por ningún gobierno responsable, sin importar si está influenciado por los residuos del pensamiento de la Guerra Fría o por presiones de ciertos intereses especiales.
China recientemente presentó varias protestas solemnes ante el gobierno estadounidense sobre el asunto de la venta de armas, solicitando a EEUU evaluar profundamente el serio daño causado por la venta, tomar con seriedad las preocupaciones de China y suspender esa trasacción.
De otra manera, la venta de armas causará efectos seriamente negativos en los intercambios y en la cooperación entre China y EEUU en importantes áreas, y finalmente llevará a consecuencias que ninguna de las dos partes desean ver.
Si EEUU continúa ignorando la firme posición asumida por China y decide tomar la decisión equivocada de vender armas a Taiwan, deberá asumir todas las responsabilidades de las graves consecuencias provocadas por tal decisión.