Vilnius-Taipéi-Beijing: un triángulo en movimiento Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la Política China

In Análisis, Taiwán by Xulio Ríos

La victoria electoral opositora en Lituania presagia un cambio sustancial en las relaciones de este país báltico con China continental y Taiwán. Los socialdemócratas del LSDP ganaron 52 de los 141 escaños parlamentarios en las elecciones celebradas entre el 13 y el 27 de octubre, mientras que el partido de centroderecha Unión Nacional de la actual primera ministra Ingrida Šimonytė quedó en un distante segundo lugar con sólo 28 escaños.

Gintautas Paluckas, del LSDP, lideró el partido en las elecciones de este año y probablemente servirá como primer ministro al frente de una coalición de centroizquierda en el Seimas, el parlamento de Lituania. Tras las elecciones, Paluckas dijo a los medios de comunicación lituanos que deseaba restablecer plenas relaciones diplomáticas con China, reparando la ruptura causada por la inclusión de «taiwanés» en el nombre de la oficina de representación de Taiwán en Vilnius. Paluckas dijo que el nombre de la oficina de representación, que se abrió el 18 de noviembre de 2021, había sido un «grave error diplomático».

Las oficinas de representación de Taiwán en el extranjero generalmente se denominan «Oficina Económica y Cultural de Taipei» u «Oficina de Representación de Taipei», de acuerdo con la preferencia de los países anfitriones de evitar cualquier referencia que pueda implicar que Taiwán es un país separado de China.

En su día, Beijing respondió a esta controversia sobre el nombre retirando a su embajador y expulsando al embajador de Lituania, además de suspender los servicios ferroviarios de carga directos a la nación báltica y restringiendo severamente el acceso de los productos lituanos al mercado chino. China degradó las relaciones diplomáticas con Lituania al nivel de encargado de negocios.

Ya en mayo de este año, el presidente Nauseda pidió mejorar las relaciones con China y dijo que la oficina de representación debería adoptar la palabra «Taipei» en lugar de «Taiwán» de acuerdo con los estándares internacionales.

La oposición en Taipéi vislumbra un revés inminente, aunque coincide con el gobierno del PDP en que esa mejora de las relaciones de Vilnius con Beijing no tiene por que significar que Lituania deba abandonar sus relaciones comerciales con Taiwán.

Un deterioro más amplio

Aunque Taiwán es el botón de muestra quizá más relevante del deterioro de las relaciones con China a instancias de una derecha lituana más abiertamente alineada con Washington  que coordinada con Bruselas, lo cierto es que el nivel de desencuentro va más allá de la isla.

En efecto, antes incluso del conflicto por la denominación de la oficina de representación, Lituania había anunciado en mayo de 2021 el abandono del foro de cooperación China 17+1 en el que participaba junto a países de Europa central y del este e incluye otros países de la Unión Europea (UE), calificándolo de «divisivo». Igualmente, el gobierno conservador tomó varias medidas como el bloqueo de inversiones chinas. El Parlamento lituano también condenó el tratamiento de la minoría uigur en China.

En los tres últimos años, la cooperación entre Lituania y Taiwán se activó en todos los ámbitos, incluyendo el comercio o la tecnología, pero también en otros aspectos. Ante la guerra en Ucrania, acompañada en Vilnius con una fuerte implicación, Taipéi proporcionó en torno a 10 millones de dólares para un fondo conjunto de reconstrucción. En este país falleció recientemente un soldado voluntario taiwanés Wu Chung-ta, veterano del Comando de Fuerzas Especiales del Ejército de Taiwán, combatiendo en la línea del frente.

Más allá de Taiwán, el tema más sensible de la agenda, es probable que el nuevo gobierno lituano aborde un replanteamiento general de las relaciones con China. Al igual que aconteció, por ejemplo, en el caso de Australia, ello vendría a demostrar lo efímero de los tropiezos de este tipo, difíciles de sostener de forma duradera cuando no se sustentan en un sólido consenso interno.

Por otra parte, acentúa el diferente enfoque general de la relación con China en los sistemas liberales entre unas fuerzas conservadoras que enarbolan de nuevo la bandera ideológica del anticomunismo y las progresistas, más inclinadas al pragmatismo y el diálogo basado en el respeto mutuo.