¿Por qué China no sigue el camino de la modernización occidental? Chen Jin es investigador y miembro del Instituto de Historia y Documentación del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China.

In Entrevistas, Secciones by Xulio Ríos

En esta entrevista se abordan las particularidades de la modernización china y las diferencias con el modelo de modernización de Occidente.

Pregunta: China siempre ha dicho que su camino no es una “copia” del camino de modernización occidental. De hecho, si siguiera el modelo de modernización occidental ya existente, se ahorraría mucho esfuerzo y se evitarían conflictos ideológicos con Occidente. ¿Por qué no lo hace?

Respuesta: Esta pregunta ha dado con el punto crucial. Desde la Revolución Industrial, diferentes países y regiones han explorado sus propios caminos hacia la modernización basados en sus propias realidades. Debido a que la modernización ocurrió primero en Occidente, a éste se le atribuyó una “superioridad”, lo que le llevó a actuar como si su camino fuera el único correcto y cualquier otro no pudiera tener éxito. Esto es lo que Marx decía en el Manifiesto Comunista, que Occidente siempre quiere “crear un mundo a su propia imagen”.

Pero primero debemos aclarar que el camino chino se desarrolló durante la época de reforma y apertura. La reforma es una reforma integral del país y la apertura es una apertura integral hacia el mundo exterior. Por lo tanto, no se puede decir que la vía china no haya incorporado los avances de la civilización occidental.

En la China moderna, antes de 1949, en gran medida el país seguía prácticamente un camino “copiado” de Occidente, introduciendo literalmente el modelo occidental con la esperanza de poder resolver los problemas de China.

El fundador del camino chino, Mao Zedong, en 1949 hizo una descripción vívida de ese “viaje en busca de un camino”: “Los chinos pioneros, con innumerables esfuerzos y dificultades, trataban de encontrar la verdad en los países occidentales”.

Los chinos progresistas, leían todos los libros para estudiar las nuevas teorías occidentales. Era asombrosa la cantidad de estudiantes chinos enviados a Japón, Inglaterra, Estados Unidos, Francia y Alemania.

Para salvar la nación, había que reformar, y para reformar, había que aprender de los países extranjeros. En aquel tiempo, solo los países capitalistas occidentales eran considerados progresistas, ya que habían construido exitosamente estados-naciones modernos burgueses. Los japoneses aprendieron de Occidente con éxito, por lo que los chinos también aprendieron de los japoneses.

Aquellos que estudiaron estas nuevas ideas creyeron durante mucho tiempo que estos podrían salvar a China. Pero el resultado fue decepcionante. “Se puso en prueba todo y todo fracasó.”

La razón principal es que el camino occidental se desarrolló de manera natural en el suelo de Occidente. Sin embargo, en China, era como una “montaña que cayó del cielo”, donde resultaría imposible dar frutos útiles.

Entonces, Deng Xiaoping siguió con el juicio del razonamiento de Mao Zedong y afirmó: “los problemas del mundo no pueden resolverse con un solo modelo. China tiene su propio modelo”; “Es imposible pedir a todos los países que copien el modelo de Estados Unidos, Inglaterra o Francia”.

La vía de modernización de China tiene su propia dinámica interna y fuerza impulsora de desarrollo. “No es que sea la mejor opción, sino que es la única.”

Para no causar inestabilidad o riesgos y poder avanzar más rápido desde un punto de partida atrasado, obviamente se necesita mayor impulso y vitalidad, una estructura de reglas más rigurosa y mayor cohesión. El camino chino cumple con esta demanda histórica.

Ciertamente, gobernar China, un país cuya población es mayor que la suma de los países desarrollados del mundo, implica que las responsabilidades y misiones del gobierno chino son mucho más grandes, pesadas y complejas que las de cualquier gobierno occidental. Los chinos a menudo bromean que, si dejaran a los políticos de Occidente a venir a gobernar China según el modelo occidental, probablemente no podrían aguantar ni un mes, ya por no soportar la presión, o no poder seguir debido a que el pueblo les rechazara o ya porque se generaría finalmente un caos en el país.

Pregunta: En comparación con los caminos de desarrollo de otros países, ¿en qué se diferencia el “Camino Chino”?

Respuesta: Durante el proceso de modernización, los países en desarrollo se enfrentan a tres asuntos difíciles de resolver, o más bien, se ven a menudo en dilemas.

  1. Es imposible no reformar el sistema original. Sin embargo, después de que se lanzó la reforma, los gobiernos de algunos países tuvieron dificultades para controlar el proceso, el ritmo y la dirección de ella. Como consecuencia, zozobraron y fueron abandonados por las reformas que ellos mismos iniciaron.
  2. En el proceso de desarrollo gradual del país, las clases se dividen y las demandas de intereses se diversifican, lo que intensifica los conflictos sociales y la inestabilidad.
  3. La modernización implica una apertura integral al exterior de todos los ámbitos, pero en el proceso, algunos países pueden encontrarse en la peligrosa situación de perder el control autónomo de su desarrollo. Esto puede llevar a que sus intereses sean afectados o incluso manipulados por el capital internacional y las demandas políticas de otros países.

El camino chino ha evitado que el país caiga en las tres situaciones pasivas.

Pregunta: En el proceso de reestructuración de su camino después del final de la Guerra Fría, muchos países han aceptado la influencia occidental y se han inclinado hacia el “modelo occidental”. No obstante, observamos que al menos una veintena de países han experimentado diversas “revoluciones de colores” o revoluciones de la “primavera árabe”, ¿por qué?

Respuesta: En la búsqueda de nuevas vías de desarrollo, algunos países han ajustado o reconstruido su ecología política, e incluso han adoptado voluntariamente el modelo de gobernanza de los países occidentales desarrollados. Por supuesto, es importante respetar las decisiones de cada nación, sobre las cuales no vamos a comentar.

“Copiar” el modelo occidental es fácil, pero eso no garantiza necesariamente que se encuentre la “llave” lista para llegar a un futuro próspero. Las diversas “revoluciones” mencionadas sucedieron ya hace veinte años. A excepción de que un pequeño número de países que han tomado el rumbo correcto, la realidad que vemos es que en algunos de estos países continúan con cambios frecuentes de gobierno y aún no han logrado estabilizarse; unos están atrapados en guerras civiles prolongadas; otros tienen desarrollo económico lento o estancado y su situación en lo que respecta a la seguridad no ha podido volver a la normalidad.

¿Por qué no han podido tomar el camino correcto siguiendo la voluntad de Occidente? Tanto las élites occidentales como los propios actores protagonistas de estas “revoluciones”, después de la exaltación, reflexionan y se dan cuenta de que los “colores frescos” solo han traído una “aurora ilusoria” para su pueblo.

Pregunta: Según tú, ¿las “revoluciones de colores” y la “primavera árabe” no han aumentado la buena impresión de los chinos hacia el camino occidental? ¿La opinión pública occidental no ha tenido influencia en los chinos?

Respuesta: En los inicios de la reforma y apertura, efectivamente había personas que admiraban más el modelo occidental representado por los Estados Unidos y pensaban que acercarse a Occidente podría ser una opción viable para alcanzar la modernización. También había quienes estaban muy preocupados por las opiniones de los Estados Unidos y Occidente, escondiéndose bajo las cobijas para escuchar la radio de “La Voz de América” y difundiendo en privado periódicos occidentales que habían llegado a China vía Hong Kong, lo que era considerado una moda “vanguardista” en ese momento.

Ahora las cosas han cambiado. Los jóvenes que aún tienen un pensamiento “vanguardista” han experimentado grandes cambios en su mentalidad. Antes de salir a ver el mundo, “ya pueden mirar al mundo objetivamente”. En la mirada de los chinos, ya no se ve “la montaña que llegó del exterior”. La propaganda de Estados Unidos y Occidente en contra de China ha perdido el brillo que tenía antes.

Existe en Estados Unidos una agencia de análisis político y consultoría llamada Eurasia Group Foundation (EGF, por sus siglas en inglés). En su informe de encuesta mundial publicado en abril de 2020, señaló: “La opinión positiva de los encuestados en China hacia Estados Unidos ha disminuido un 20%, y la percepción positiva hacia la democracia estadounidense ha bajado un 15%. La mitad de los encuestados en China creen que la influencia de Estados Unidos ha empeorado el mundo”, “Los encuestados en China aprecian cada vez menos el sistema democrático estadounidense”.

Cuando terminó la configuración de la Guerra Fría, los académicos estadounidenses plantearon el “argumento del fin de la historia”, que sostenía que el camino capitalista y el modelo occidental serían las elecciones definitivas de la sociedad humana.

Es verdad que Estados Unidos ha ganado la Guerra Fría, pero no derrotó a la Unión Soviética, sino que la Unión Soviética se derrotó a sí misma; no fue el capitalismo que venció al socialismo, sino que el socialismo del modelo soviético cometió errores.

Cuando terminó la Guerra Fría en los años 90 del siglo XX, el grado de madurez del camino chino y los logros del desarrollo de China eran distintos a los de hoy. Pero desde entonces, el camino elegido por China se venía convirtiendo cada vez más en ventajas para el desarrollo del país.

Después del fin de la Guerra Fría, se ha ampliado la brecha entre casi todos los países desarrollados occidentales y Estados Unidos, mientras que la brecha entre China y Estados Unidos se ha reducido. Al final de la Guerra Fría, el Producto Interior Bruto de Japón era 2/3 del de Estados Unidos, y ahora es aproximadamente 1/4; el PIB de Alemania era cerca de la mitad del de Estados Unidos en ese momento, y ahora es aproximadamente 1/5; el agregado económico del PIB de China en ese momento era sólo aproximadamente 1/15 del PIB de Estados Unidos, y ahora es más de 2/3.

El camino de China ha ido acumulando gradualmente una situación estratégica más beneficiosa para su propio desarrollo. Aunque no ha sido ni será en el futuro un camino fácil, y aún enfrentará diversas dificultades, riesgos y desafíos inesperados, los chinos creen que debe seguir demostrando la importancia de su existencia en el proceso de desarrollo. De esta forma, la historia nunca terminará.

Autor: Chen Jin, investigador y miembro administrativo del Instituto de Historia y Documentación del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China;

Revisor: Zhu Lun, profesor distinguido de la Universidad Normal de Jiangsu, investigador del Instituto de Etnología y Antropología de la Academia China de las Ciencias Sociales.

Redactoras: Liu Xian, del texto chino, y Qiu Tingting, del español, doctora y profesora de la Facultad del Idioma Español de la Universidad Normal de Jiangsu.

Procedencia del artículo: DeepChina