¿Por qué la civilización china ha perdurado durante milenios? Entrevista con Xu Zhuoyun, profesor y decano de la Facultad de Historia de la Universidad de Taiwan, profesor honorario de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), y académico de la Academia Sínica, Taiwan.

In Entrevistas, Secciones by Xulio Ríos

La civilización china es la única de las cuatro civilizaciones antiguas del mundo que ha perdurado hasta nuestros días. Entonces, ¿cómo se han mantenido vivas las raíces culturales chinas durante miles de años? En el contexto actual de la globalización, ¿cómo deben los chinos considerar la posición de su cultura en el mundo? ¿Y cómo deben los jóvenes comprender la confianza cultural? Recientemente, un periodista del programa DeepChina tuvo una conversación con el historiador Xu Zhuoyun, quien ha dedicado su vida al estudio de “los asuntos de China”, para abordar por qué la civilización china ha perdurado durante milenios, así como sus esperanzas y perspectivas para el futuro de China.

Periodista: Siendo el vínculo cultural que mantiene unida a nuestra nación multiétnica, la cultura china nos ha permitido seguir siendo un país fuerte en Asia oriental tras miles de años y desarrollarnos de forma sostenible. ¿De dónde proviene esta duradera cohesión interna?

Xu Zhuoyun: En primer lugar, tras la unificación de la escritura a cargo de Qin Shi Huang, emperador de la dinastía Qin, el sistema de caracteres chinos se ha mantenido de generación en generación, lo cual está estrechamente relacionado con la integración de la cultura china. Además, los caracteres chinos, al ser visuales, pueden superar las barreras dialectales. Como resultado, a pesar de ser un país con un extenso territorio, una gran población y muchas diferencias regionales, China ha podido mantener una considerable homogeneidad cultural. El poder político podía cambiar, pero la identidad cultural bastaba para mantener la continuidad y la unidad de la comunidad. En resumen, el contacto estrecho entre las antiguas etnias de diferentes lugares estaba acompañado por un sistema de escritura unificada como vehículo de desarrollo cultural, de manera que las diversas culturas podían tener un desarrollo continuo y duradero.

En segundo lugar, desde la perspectiva del desarrollo cultural, aunque las diversas escuelas de pensamiento florecieron durante el periodo de los Reinos Combatientes, la ideología principal seguía siendo el confucianismo. La dinastía Qin administró el estado con el legalismo, que en realidad era una variante del confucianismo. Tras el establecimiento de la dinastía Han, aunque el pensamiento de Huang-Lao tuvo un breve auge, la dinastía Han finalmente gobernó combinando métodos legalistas con el ideal confuciano. Los eruditos confucianos, aprovechando su posición ventajosa en la política y la sociedad, promovieron la educación confuciana, lo cual permitió que este pensamiento echara hondas raíces en el corazón del pueblo y se fusionara gradualmente con la cultura popular. Incluso en zonas remotas, los funcionarios locales se esforzaban por la educación, desempeñando un papel importante en la aculturación. El confucianismo, el taoísmo y el budismo se fusionaron para convertirse en la ideología central de los valores universales chinos, en la cual el “ser humano” es digno y el “corazón humano” es el espejo y el núcleo para comprender todas las cosas del universo. La idea budista de que “la situación depende del estado de ánimo” y la idea confuciana de que “el resultado depende de los esfuerzos humanos” se fusionaron en China.

En tercer lugar, en el ámbito económico, China ha sido principalmente una sociedad agrícola desde la antigüedad. A través de mercados rurales, los productos agrícolas se distribuían y vendían a consumidores de todo el país. Esta red mercantil fue el canal para la circulación de recursos y riquezas en China. Con su vasta extensión territorial, China es una enorme economía que puede funcionar eficazmente solo a través del comercio mutuo regional. La función del intercambio económico ha cohesionado a China en una comunidad económica sólida e indivisible. Esta comunidad se ha integrado en una red general mediante un sistema nacional de carreteras, con una alta interdependencia entre regiones. Desde entonces, esta forma económica ha persistido en China, y la integración del sistema económico también ha reforzado la cohesión interna del orden cultural.

Además, China ha experimentado un proceso de interacción e integración étnica durante miles de años, y ha formado una nueva, grande y diversa nación tras integrar numerosas etnias o pueblos del norte y del sur. Esta nación, en la que conviven diversos grupos de personas, no se define por el origen étnico, sino por la identificación con una tradición cultural.

Los elementos mencionados anteriormente han asegurado que, a pesar de su inmenso territorio y población, China puede mantener una comunicación interna efectiva sin excluir a nadie, lo que ofrece un sentido común de pertenencia a los “chinos”. El desplazamiento poblacional dentro de China proporcionó oportunidades de mezcla entre diferentes grupos, y lo más importante, contribuyó a la creación de elementos culturales comunes. En términos generales, con la constante integración, la cultura china ha experimentado cambios graduales sin rupturas abruptas, permitiendo que el concepto de “China” se mantenga a largo plazo.

Periodista: ¿Por qué la cultura china puede ser tan inclusiva frente a los impactos de culturas extranjeras? ¿En qué se basa esta capacidad?

Xu Zhuoyun: Lo verdaderamente admirable de la cultura china radica en su capacidad de inclusión y asimilación. Tomando como ejemplo la dinastía Zhou Occidental, que estableció algunos de los rasgos básicos del sistema cultural chino, su característica de inclusión ya era muy evidente. En el proceso de convertirse en un ente poderoso, el pueblo de Zhou asimiló sin duda muchos grupos diferentes, cuyos orígenes culturales también eran diversos. Después de sustituir a la dinastía Shang, vivían en los feudos de Zhou al menos dos, tres o incluso más grupos de diferentes culturas, constituyendo una sociedad compleja y diversa. El sistema feudal de la dinastía Zhou condujo a un proceso de fusión cultural que duró varios siglos. A grandes rasgos, bajo la restricción de los rituales feudales, las clases altas del este del país mostraron una considerable homogeneidad cultural después de la dinastía Zhou Occidental. Sin embargo, en la población de diferentes estados feudales coexistían culturas heterogéneas con características locales diversas. Este panorama tanto diverso como unificado, aunque similar al de la cuenca del Nilo, tenía una mayor capacidad de inclusión para resolver los conflictos mediante la asimilación e integración.

Las dinastías Qin y Han confirmaron el confucianismo como pensamiento dominante de la cultura china. Este sistema cultural basado en el “hombre” es muy diferente de la cultura occidental basada en “Dios”. De ahí que la cultura china ha sido bastante inclusiva hacia otras culturas, siempre asimilando o desarrollando nuevos elementos e ideas. En resumen, a lo largo de miles de años, la cultura china ha pasado por innumerables altibajos, y los chinos dentro de este círculo cultural también han experimentado numerosas alegrías y tristezas. Al mirar hacia atrás en la trayectoria del desarrollo de la cultura china, se destaca más su mentalidad integradora. Por ello, cuando los chinos se encontraban con culturas extranjeras heterogéneas, a menudo eran capaces de asemejar su esencia para integrarla en su propio sistema cultural. Al mismo tiempo, si un sistema de pensamiento se volvía dogmático y rígido, siempre se hacían correcciones internas que brindaban a la cultura china una oportunidad de renovación.

Periodista: ¿Cómo se entiende el concepto de “China” durante las dinastías Song, Liao, Jin y Xia Occidental, así como las relaciones entre la dinastía Song y las otras tres dinastías?

Xu Zhuoyun: La dinastía Song estuvo rodeada por los regímenes de minorías étnicas como las Liao, Jin y Xia Occidental. El país de Liao fue fundado por los Khitán, el de Jin por los Yurchen y el de Xia Occidental por los Tangut, todos generalmente conocidos como “Tabγač”, antigua denominación de China en la lengua de los centroasiáticos, que literalmente significa “piedra de flor de melocotón”. Las sedas y porcelanas de Song se enviaban a Asia Central a través de Liao y Xia Occidental por rutas terrestres, y también llegaban al Mar Rojo y el Golfo Pérsico por rutas marítimas, pero en Occidente solo sabían que estas mercancías provenían del continente de Asia Oriental. La dinastía Song a veces estaba en guerra con Liao, Jin y Xia Occidental, y otras veces en paz. Para Song, el comercio pacífico era beneficioso para ambas partes. Al mismo tiempo, las relaciones entre los otros tres regímenes no consistían únicamente en guerras, sino también en intercambios de bienes y comercio pacífico. Lo más importante es que aceptaron en gran medida la antigua cultura china, por ejemplo, la educación recibida por los intelectuales de Liao y Xia Occidental también se basaba en los clásicos chinos. Gracias a esta conexión cultural, China ha podido volver a ser una comunidad.

Periodista: ¿Cómo ve el camino de China hacia un Estado-nación moderno? ¿A dónde deberíamos dirigirnos en el futuro?

Xu Zhuoyun: La fuerza de un país no depende solo de un ejército fuerte, sino también de la cohesión del espíritu nacional y un sistema complementario. En 1902, Liang Qichao propuso el término “nación china”, y así surgió este concepto. Señaló: “Cuando hablamos de la nación china, no solo debemos enfatizar el nacionalismo a pequeña escala, sino también promover el nacionalismo a gran escala. El primero se refiere a la actitud del pueblo Han hacia otros pueblos del país, y el segundo se refiere a unir a todos los pueblos dentro del país para hacer frente a los grupos extranjeros. Es decir, reúne a los pueblos Han, Manchú, Mongol, Hui, Miao, Tibetano y otros para formar una gran nación única.”

Podemos hacer una mirada retrospectiva y ver que el camino de China hacia un Estado-nación moderno se debe principalmente a la gloriosa historia antes de 1840 y a la memoria compartida del Siglo de la Humillación entre 1840 y 1949. La Revolución de Xinhai fue el punto de inflexión en el que el pueblo chino empezó a desear cambios, y la reivindicación nacionalista tocó la fibra sensible de la indignación nacional, convirtiéndose en la razón principal del éxito de la revolución para derrotar a la dinastía Qing. La idea del Estado-nación tuvo su origen en Europa, y la revolución china tomó prestado este concepto para resistir el imperialismo colonial occidental. Hoy en día, China ya no necesita adoptar por completo la visión estrecha occidental sobre la etnicidad, ni recurrir a creencias para unir a los señores feudales, ni excluir a los demás proclamándose como el pueblo elegido.

China ha sido tradicionalmente un país de Tianxia, que quiere decir, país unificado bajo el liderazgo de un gobierno central, que incluía a muchos grupos étnicos bajo el concepto universal de “China”, el cual, siendo un concepto cultural, también ha acogido muchas diferencias locales. Desde las dinastías Qin y Han, este concepto ha integrado las culturas de muchos grupos étnicos de Asia Oriental. Hoy en día, muchos chinos del pueblo Han se identifican como descendientes de los emperadores Yan y Huang, y algunos otros grupos étnicos también comparten la teoría de ancestros comunes con los Han. Esta idea de definir la nación no por el origen étnico, sino por la identidad cultural, ha permitido que la nación china sea la única de las cuatro civilizaciones antiguas que ha perdurado cinco mil años sin interrupción.

Este es un camino que puede adecuarse a la “globalización” actual, y es un camino que puede seguir persiguiéndose. También es un camino factible para lograr el gran rejuvenecimiento de la nación china en el presente y en el futuro. Históricamente, la construcción de la nación china ha tenido mucho éxito. De cara al futuro, si la concepción de nación china podrá, o no, evolucionar hacia una idea de “mundo entero” y de valores “universales” del confucianismo, dependerá de la sabiduría de las generaciones futuras.

Autor: Xu Zhuoyun, se llama en el extranjero Cho-Yun Hsu, profesor y decano de la Facultad de Historia de la Universidad de Taiwan, profesor honorario de la Universidad de Pittsburgh(EEUU), académico de la Academia Sínica, Taiwan.

Redactora: Geng Zhen, del texto español, doctora y maestra de la Universidad Normal de Jiangsu.

Revisor: Zhu Lun, profesor de la Universidad Normal de Jiangsu, investigador del Instituto de Etnología y Antropología de CASS.

Procedencia del artículo :《道中华》(DeepChina