Entrevista con el Embajador Simón Shen Yeaw Ko, Representante de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en Madrid

In Análisis, Entrevistas, Secciones, Taiwán by Xulio Ríos

Taiwán está de actualidad cada vez más, ganando espacio creciente en la agenda regional de Asia-Pacífico. Abordamos aquí algunos asuntos concretos, de la mano de una voz autorizada.

  • Desde la llegada al poder de la presidenta Tsai Ing-wen, las relaciones a través del Estrecho han experimentado un progresivo deterioro, ¿cómo resumiría las causas principales de esta preocupante evolución?

Realmente así ha sido. Pese a que la presidenta ha sido clara desde su llegada al poder en que su política en las relaciones a través del Estrecho se basa fundamentalmente en el mantenimiento del actual estatus quo, Pekín ha preferido hacer oídos sordos y ha optado por la presión para tratar de reducir nuestro espacio internacional. Es de suponer que se trata de la reacción de un régimen autoritario que se siente incómodo por su vecino democrático.

 

  • El incremento de la presión de China continental se ha manifestado en los rubros tradicionales como la ruptura de lazos diplomáticos con algunos aliados, ¿cómo reacciona la opinión pública taiwanesa ante este hecho?

Es innegable que tales hechos suponen una preocupación para todos los taiwaneses, pero nuestra obligación es precisamente responder a las exigencias de nuestro pueblo, y estas pasan por la defensa de los intereses de la nación, de nuestra soberanía y de nuestra dignidad, no por entrar en una guerra de “diplomacia del dólar”. Nuestras relaciones diplomáticas han estado siempre basadas en el respeto por valores universales, tales como la igualdad, la libertad, la justicia y los derechos humanos, así como el principio de reciprocidad y cooperación sincera.

 

  • La presión militar también se está acentuando de manera notable, ¿teme Taipéi un giro inesperado que aliente una solución no pacífica por parte de Beijing?

Confiamos en que pese a las continuas amenazas y hostigamientos, que ponen en peligro la paz y la seguridad regionales, el Gobierno de Pekín no vaya más allá, porque cualquier acción militar dirigida contra Taiwán supondría una desequilibro en la región que, con toda seguridad, redundaría en un incremento en la inestabilidad no solo a nivel regional, sino en todo el mundo. Nuestra presidenta Tsai Ing-wen ha rechazado desde el principio la intimidación militar de China, insistiendo en la necesidad de retomar los contactos a través del Estrecho mediante el diálogo, en igualdad y sin condiciones previas.

 

  • En paralelo, es constatable la mejora de relaciones con EEUU, especialmente desde la llegada de la Administración Trump. ¿Puede EEUU poner freno a las intenciones de China? ¿O un mayor acercamiento aumentará la animosidad continental?

Nuestra relaciones con los Estados Unidos han sido históricamente siempre  muy satisfactorias, estables y amistosas. Y con el actual Gobierno continúan en la misma línea. No obstante, nuestra presidenta ha dejado claro que Taiwán no será nunca una ficha en un juego entre Estados Unidos y China, sino un jugador por derecho propio.

  • ¿Y cómo ve la posición de Europa en relación a estas tensiones? ¿Es suficientemente enérgica?

Desde hace tiempo, el Parlamento Europeo viene aprobando de manera continuada diferentes resoluciones a favor de Taiwán, de manera especial en lo que respecta a nuestra participación en organismos e instituciones internacionales.  Ello expresa la clara voluntad de la Unión Europea de dar a Taiwán el espacio que le corresponde en la escena internacional. Europa es un importante socio de Taiwán no solo en lo político, sino también en lo económico. A día de hoy, la Unión Europea es el quinto mayor socio comercial de Taiwán y su principal fuente de inversión extranjera directa.

 

  • A propósito de lo que llaman poder punzante de China, ¿qué manifestaciones de este sharp power han identificado en Europa?

China está jugando con malicia con ese nuevo poder, entre medias del hard power y del soft power, que a primera vista puede parecer inofensivo pero que precisamente por ello resulta tan devastador, y que se ha convertido en la principal baza a jugar por los  regímenes autoritarios para extender su dominio en la escena internacional. Hay ejemplos muy evidentes en países de Europa central y oriental. La inversión china en el puerto griego de El Pireo ha convertido a esta zona estratégica en uno de los principales puntos de entrada de  exportaciones chinas en Europa mientas que, curiosamente, Atenas opta por bloquear declaraciones de condena a Pekín en la UE. También hay constancia de que China ha tratado de influir en ciudadanos, funcionarios, políticos y legisladores de países como Alemania y Gran Bretaña a través de las redes sociales.

 

  • ¿Han detectado supuestos similares en España?

Los casos más llamativos en España han sido los de la empresa textil Zara y la aerolínea Iberia. Ambas han recibido la presión de China para cambiar toda referencia a Taiwán como país en sus páginas webs y material de promoción, amenazándolas con la adopción de medidas legales y procedimientos administrativos severos.

 

  • ¿Qué respuesta espera Taiwán de las democracias europeas ante estos hechos?

Pedimos a los gobiernos de los países afectados que se enfrenten a los intentos de censura del régimen chino y que adopten todas la medidas necesarias para ayudar a las empresas locales a resistir ante cualquier demanda de este tipo, pues  se trata de una actitud que viola los mecanismos de libre mercado y las disposiciones establecidas bajo la Organización Mundial del Comercio.

 

  • Tras el incidente con la devolución a China continental de ciudadanos taiwaneses involucrados en casos de fraude telefónico, ¿cómo definiría el estado de las relaciones bilaterales de Taiwán con España?

Es cierto que se han producido casos similares en otros países que se han resuelto de manera diferente, y que España ha sido el único país europeo que ha concedido la extradición de ciudadanos taiwaneses a China. Pedimos al Gobierno y a la justicia de España que afronten el caso de manera justa y respetuosa con los derechos humanos de los detenidos, que no pueden ni deben ser ignorados. Después del reciente cambio de Gobierno en España, nos encontramos afrontando una nueva etapa que esperamos sea de cordialidad y mantenimiento de las buenas relaciones entre ambos países.