A pesar de la distancia geográfica, China se consolida como el segundo socio comercial de Cuba, después de Venezuela. En los últimos meses, las relaciones bilaterales se han intensificado, multiplicándose los contactos al máximo nivel, en lo que se adivina como una revalidación de la sólida apuesta del gigante asiático por América Latina y que encuentra poderosos aliados y validos en otros escenarios ideológico-formales más próximos (Venezuela, Bolivia, etc.). En lo económico, el ámbito de las relaciones bilaterales se va ampliando cada vez más, incluyendo la asistencia técnica china en la acuicultura o la colaboración oftalmológica cubana. Las inversiones conjuntas en biotecnología y neuroingeniería van en aumento. En el sector turístico, en el pasado marzo ambos países crearon un Grupo de Trabajo Conjunto que se reunirá en julio próximo por primera vez.
Energía, transportes, informática y comunicaciones, níquel, fármacos y azúcar son otros rubros en los que aumenta el intercambio comercial que en 2006 duplicó la cifra del año anterior, superando los 2.400 millones de dólares. La presencia china es apreciable en la industria electrónica, las comunicaciones, la agricultura, el transporte y los electrodomésticos. El crecimiento de ambas economías (en los dos casos superior al 10% en 2006) y la voluntad política de ambos gobiernos parecen pronosticar una ampliación de las relaciones, basadas en la similar adhesión al socialismo y en el escrupuloso respeto a las singularidades de los respectivos procesos nacionales.
Durante la visita de Felipe Pérez Roque, ministro de exteriores de Cuba, a China (del 15 al 17 de abril), este no dudó en definir el actual como “el mejor momento histórico” de las relaciones bilaterales. Roque, que se entrevistó, entre otros, con el vicepresidente del Estado, Zeng Qinghong y el consejero de Estado, Tang Jiaxuan, constató la buena disposición existente en Beijing para fortalecer los intercambios entre ambos partidos comunistas y los respectivos gobiernos, ya mostrada en 2001 cuando Jiang Zemin visitó la capital cubana y reiterada con la visita de Hu Jintao en 2004 y que marcó el inicio de una nueva etapa que ahora mismo parece entrar en su fase de mayor despegue con la proliferación de los contactos económico-comerciales y políticos. La conocida simpatía de Raúl Castro por el modelo chino (y el entendimiento a tres bandas con Venezuela) bien pudieran facilitar esta activación.
Antes de llegar a Beijing, el ministro cubano, que también visitó previamente India y Vietnam, inauguró un Consulado General en la provincia sureña de Cantón. Roque aseguró que Cuba suministrará en 2007 a China más de 10.000 toneladas de níquel (las reservas de Cuba, las segundas mayores del mundo, ascienden a 14,6 millones de toneladas) y que asegurará a este país sus necesidades estratégicas en esta materia.
Cada año que pasa aumenta la multiplicación de visitas de dirigentes partidarios, gubernamentales y militares. Wu Guanzheng, miembro del Comité Permanente del Buró Político del PCCh, presidió la última delegación recibida en Cuba, y mantuvo contactos al máximo nivel (Raúl Castro, Ricardo Alarcón, Carlos Lage, Machado Ventura, Remírez de Estenoz, entre otros), pocos días después del fin de la visita del ministro Roque a China. Wu visitó Varadero, a donde podrían llegar numerosos turistas chinos en los próximos años. La audiencia concedida por Fidel, aún convaleciente, es bien expresiva de la importancia que ambos conceden a los lazos bilaterales. Wu calificó el encuentro de “sumamente profundo y fructífero”.Roque ha estrechado estas relaciones que, además de las cuestiones bilaterales, incidirán en las consultas sobre la situación internacional para definir marcos de entendimiento y colaboración en Naciones Unidas y otras instancias multilaterales.
En otros ámbitos, cabe señalar que unos 500 estudiantes chinos completan su formación en Cuba, mientras que 160 jóvenes cubanos estudian en China. Por otra parte, recientemente se inauguró en Xining, capital de Qinghai, el primer hospital oftalmológico mixto y en 2007 está previsto que se abran otros dos establecimientos similares en las provincias de Hebei y Shanxi.
El embajador chino en La Habana, Zhao Rongxian, considera que las perspectivas de las relaciones entre Cuba y China son “excelentes”, enfatizando que Cuba es un país importante en la región y que las coincidencias políticas facilitan el desarrollo de relaciones que interpreta como un puente de cara al conjunto de la región.