Se espera que la visita de Li a Brasil fomente la asociación estratégica integral China-Brasil y salvaguarde los intereses en común de las naciones en desarrollo.
El primer ministro de China, Li Keqiang, llegó este lunes a Brasilia para realizar una visita oficial a Brasil por invitación de la presidenta Dilma Rousseff.
Durante su estancia en Brasil, Li conversará con Rousseff y ofrecerá una conferencia de prensa conjunta. El primer ministro también se reunirá con el presidente del Senado Federal del Congreso Nacional de Brasil y con el presidente de la Cámara de Diputados y asistirá a la ceremonia de clausura de una cumbre empresarial bilateral.
El primer ministro chino viajará después a Río de Janeiro y visitará exposiciones de manufactura de equipo chino.
Se espera que la visita de Li a Brasil fomente la asociación estratégica integral China-Brasil y salvaguarde los intereses en común de las naciones en desarrollo. Las partes firmarán acuerdos de cooperación en política, economía, comercio, finanzas, tecnología y agricultura.
Los líderes de los dos países firmarán un plan de acción conjunto que renovará, complementará y ampliará el plan de acción conjunto 2010-2014 y profundizará aún más la cooperación económica bilateral.
Durante su estancia en Brasil, Li firmará una serie de documentos bilaterales, como un estudio conjunto para evaluar la factibilidad de la construcción de un ferrocarril transoceánico que una el Pacífico con el Atlántico, creando así un corredor de exportación en la región.
Brasil es la primera escala de Li en su gira por cuatro naciones de América Latina, la primera visita a la región desde que asumió el cargo en el 2013. Además de Brasil, Li visitará Colombia, Perú y Chile y su gira concluirá el 26 de mayo.
Durante su periplo del 18 al 26 de mayo, Li analizará con los líderes de los cuatro países latinoamericanos la profundización de la cooperación en áreas como la industria, la infraestructura, la tecnología, la cultura y la educación, entre otras, en el marco de la asociación de cooperación integral entre China y la citada región.
En julio de 2014, durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, por América Latina, se fundó oficialmente el Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), con el propósito de generar una red amplia y bien diseñada en favor del desarrollo integral.
Al establecer esta nueva plataforma, las relaciones entre China y América Latina han entrado en una nueva etapa, caracterizada por un mecanismo de cooperación a tres niveles según la perspectiva china: con países de manera individual, con organizaciones subregionales y con la CELAC, que agrupa a todos los países de esta región.
Tan solo seis meses después de su establecimiento, la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC se celebró en Beijing, y en ella se aprobó un plan de cooperación para los próximos cinco años en el que se especifican áreas clave y medidas.
Entre los compromisos, destaca el elevar el volumen anual del comercio bilateral hasta 500.000 millones de dólares, y las inversiones chinas en la región a por lo menos 250.000 millones de dólares en la próxima década.
Según las estadísticas oficiales, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante seis años consecutivos y, al mismo tiempo, es el mayor socio comercial de Chile y Perú, y el segundo de Colombia.
China y la CELAC representan conjuntamente a un tercio de la población mundial, una quinta parte de la superficie terrestre del planeta y una octava de la economía mundial, y son fuerzas importantes para impulsar la situación económica actual, que es en general débil.
Durante la última década, incluso cuando estalló la crisis financiera global en 2008, tanto China como América Latina estaban protagonizando una época de bonanza económica, mostrando una fuerte resistencia a las turbulencias financieras mundiales y un elevado potencial de crecimiento.
A medida que aumenta la fuerza económica de los países en desarrollo, el panorama político mundial experimenta cambios profundos y complejos, y estas naciones muestran más voluntad y fuerza para expresarse y decir «no» a un orden político y económico global injusto e irracional.
En la arena internacional, China y los países latinoamericanos y caribeños cuentan con idénticas demandas y similares opiniones sobre la democratización de las relaciones internacionales, el principio de «responsabilidades comunes pero diferenciadas» sobre el cambio climático y la reforma del sistema financiero internacional, entre otras.