¿Qué trajo la visita de Xi Jinping a Grecia? Elena Avramidou, Profesora Asociada, Universidad de Pekín.

In Análisis, Política exterior by Xulio Ríos

La reciente visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a Grecia (10-12 de noviembre) ha sido aclamada por ambas partes como el comienzo de una nueva era en sus relaciones bilaterales. A pesar del fuerte contraste en términos de tamaño y peso internacional entre los dos países y de déficit comercial de Grecia a favor de China (4: 1 en 2018 mientras era 10: 1 en 2000), ellos confían en  el incremento constante de sus relaciones  en el terreno común de sus civilizaciones antiguas, la igualdad, el respeto mutuo y la cooperación de beneficio recíproco, como ambas partes enfatizaron en cada ocasión.

El acuerdo para “una cooperación profunda […] en todos los sectores”, como marcó Xi Jinping, hizo posible la firma de 16 acuerdos de cooperación y memorandos de entendimiento sobre energía, transporte marítimo, aviación, inversión, productos agrícolas, atletismo, radio, televisión, educación, cultura y extradición.

En los acuerdos mencionados se incluyen también la apertura de una sucursal del Banco de China en Atenas, el cuarto banco más grande en el mundo que administra un capital de 230 mil millones de dólares; y una oficina de representación del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, siglas en inglés), el mayor banco del mundo que administra un capital de 338 mil millones de dólares. Y, por último, un memorando de entendimiento para el nuevo plan de inversión de COSCO, que comprende la construcción de un nuevo terminal y otras instalaciones en el Puerto del Pireo, el mayor puerto de Grecia, controlado desde 2015 por la compañía naviera estatal china.

Unos días antes se habían firmado más acuerdos de cooperación, incluidos energía, transporte marítimo, turismo, productos farmacéuticos, agroalimentarios y construcción. Fue en el marco de la visita del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, a  la segunda China International Import Expo (CIIE) en Shanghái, donde Grecia fue uno de los países invitados de honor. En esa ocasión, Xi habló de Grecia como un importante “centro de distribución logística” en el Mediterráneo para el transbordo de productos chinos.

“Es nuestro deber mejorar constantemente nuestra cooperación en todos los sectores, profundizando en los campos existentes y ampliando la gama de inversiones”, dijo el presidente chino en un artículo exclusivo publicado en el diario Kathimerini el día de su llegada a Grecia. En este artículo, el presidente chino describió su visión de las relaciones sino-griegas para el futuro, enfatizando en “un nuevo capítulo de importancia decisiva” y subrayando que Grecia y China deberían aprender de “la profunda sabiduría de sus antiguas civilizaciones”.

Ambas partes describieron sus colaboraciones  como una “historia exitosa” y expresaron sus confianzas en que el viaje de Xi a Grecia llevará las relaciones bilaterales a un nivel superior. Los griegos mencionaron el “voto de confianza” de China durante la crisis de deuda soberana que surgió en el país después la crisis financiera de 2007-2008. Los chinos compraron bonos soberanos griegos por valor de 6 mil millones de dólares al comienzo de la crisis financiera e invirtieron en Grecia en un período extremadamente crítico. Por otro lado, los chinos nunca olvidaron la ayuda de los armadores griegos en el embargo comercial impuesto en Beijing las décadas 50 y 60 del siglo XX, y el apoyo griego para la evacuación de los ciudadanos chinos de Libia.

Sin embargo, la visita del presidente chino a Atenas generó escepticismo y preocupación en los círculos occidentales, e incluso presiones a los griegos. El fortalecimiento de las relaciones griego-chinas no es bien visto en ciertos sectores europeos y estadounidenses, por el miedo de posibles implicaciones geopolíticas y estratégicas.

Las preocupaciones sobre la creciente asertividad de China se manifestaron en primer lugar cuando se firmó el acuerdo de concesión, con duración de 35 años, entre la Autoridad Portuaria Griega de Pireo y COSCO. Los europeos se mostraron sospechosos y con miedo  por la creciente influencia de China. Los medios internacionales especularon sobre el caballo de Troya griego y la influencia china que se extendió dramáticamente, lo que podría alterar la situación en Europa y debilitar el flanco sureste de la UE y la OTAN. Además, hablaron de amenaza en la cohesión europea y “una espina en el costado de la UE” después el bloque griego de la declaración de la UE sobre los derechos humanos en China en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra en 2017.

En 2015, en el apogeo de la crisis griega, los griegos esperaban un préstamo desde un tercer país, es decir China, como revelaron políticos y diarios. Sin embargo, según el ex ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, el préstamo chino a Grecia fue bloqueado por una llamada telefónica desde Berlín. A pesar de ello, las relaciones entre Atenas y Pekín se estrecharon durante el gobierno de SYRIZA y Grecia se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta y la Iniciativa 16 + 1; lo que causó más preocupaciones y aprensión en Europa. Así, el formato que busca promover  y desarrollar la cooperación entre China y los  Países de Europa Central y Oriental (PECO) a través de infraestructuras, transportes, comercio e inversiones, se convirtió en 17 + 1.

Expectativas griegas sobre China

En ese marco, ¿qué piensan los griegos de China? Según varias encuestas realizadas en los últimos años, así como un informe del año pasado del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales (IIER), los griegos tienen una actitud positiva hacia China. Califican las relaciones de los dos países como amistosas y tienen altas expectativas por el futuro. Por lo tanto, apoyan la cooperación más cercana y creen que las empresas chinas podrían ser beneficiosas para la economía griega y crear nuevos empleos. Sin embargo, fueron negativos a la concesión del Puerto del Pireo al naviero chino y protestas con mensajes “COSCO Go Home” aparecieron en las calles. Era el periodo de la privatización de los bienes públicos para abordar la crisis financiera; y había también el temor de los trabajadores portuarios por recortes salariales, despidos más bajos y peores condiciones de trabajo. Hoy en el Puerto del Pireo trabajan menos de 10 chinos, mientras se han creado 2.000 empleos. No obstante,  últimamente ha habido otras protestas contra el nuevo plan maestro presentado por COSCO para cuestiones de planificación y medioambientales.

Según el informe antes mencionado, los griegos parecen tener la visión más positiva de China entre los países de la UE. Destacan sus antiguas y gloriosas civilizaciones y consideran que existe un parentesco histórico y cultural entre ellas. En realidad, en cada reunión entre griegos y chinos, los dos empiezan a hablar mencionando sus largos y gloriosos pasados y dan los nombres de Sócrates y Confucio como los mejores representantes de sus dos civilizaciones. Sin embargo, se conocen poco el uno con el otro. Y, aunque los griegos piensan que la libertad y los derechos humanos de los ciudadanos chinos no se respetan plenamente, y que el ascenso de China podría ser una amenaza para la UE, al final son positivos en relación a la presencia china en Grecia y el mayor desarrollo de las relaciones sino-griegas.

La actitud, tal vez contradictoria, de los griegos hacia China debe considerarse en relación con la crisis económica de última década, la frustración, la desilusión y la desconfianza hacia los aliados europeos y especialmente Alemania; los sentimientos antiamericanos por el papel del “factor estadounidense” en la dictadura militar de 1967 y la invasión turca en Chipre en 1974; y, finalmente, la exitosa inversión china en Grecia cuando nadie confiaba en el país.

Sin embargo, no obstante la creencia en un parentesco cultural y el énfasis en la cooperación cultural entre los dos países, así como el número de actividades culturales organizadas en ellos, no existe un plan bien organizado y seguimiento. Por ejemplo, de septiembre de 2007 a septiembre de 2008 se organizó el Año Cultural de Grecia en China, que acercó mucho los dos países. Pero, con el final de las celebraciones (y el comienzo de la crisis financiera), casi cualquier actividad cultural y educativa se detuvo. Sólo en 2015, los dos países celebraron el Año de Cooperación Marítima y en 2017 el Año de Intercambios Culturales y de Cooperación en Industrias Creativas. Entre otros, se han firmado acuerdos de cooperación entre museos y para la coproducción de películas y documentales, incluido uno para la evacuación de los trabajadores chinos en Libia.

El primer Foro de Civilizaciones Antiguas tuvo lugar  en Atenas en 2017 y el tercero este Noviembre en Beijing (el segundo en Bolivia). Es una plataforma que tiene como objetivo promover el respeto, el diálogo y los intercambios entre diferentes civilizaciones; preservar el patrimonio cultural y humanitario; convertir la cultura en herramienta para encontrar nuevas soluciones a los problemas modernos y para dar forma a una política exterior moderna y multidimensional. En efecto, Xi dirigiéndose a los griegos, no habló de colaboración entre dos países sino de las relaciones entre dos civilizaciones, subrayando la igualdad de las dos partes y la colaboración basada en el interés mutuo. Es un encuentro entre la tianxia china y el oikoumene griego.

Finalmente, el presidente chino, visitando el Nuevo Museo de la Acrópolis, le aseguró al presidente griego, Prokopis Pavlopoulos, su apoyo total en los esfuerzos de Grecia para el regreso de los mármoles del Partenón, conocidos también como mármoles de Elgin, que están en el Museo Británico. Y agregó: “Nosotros también tenemos nuestros propios [tesoros] fuera del país y estamos haciendo todo lo posible para recuperarlos.”

Grecia y China comparten en realidad no solo la determinación y los esfuerzos para la repatriación de sus antiguos patrimonios, sino también una curiosa coincidencia histórica: ambos los países tienen sus “mármoles de Elgin”. Las obras de Fidias fueron saqueadas o robadas y enviadas a Londres por el séptimo conde de Elgin en 1805, y aquellas chinas por su hijo, el octavo conde de Elgin, en 1860, después de que las tropas británicas y francesas destruyeron el antiguo Palacio de Verano (Yuanmingyuan) en Pekín.

Todavía aunque no hay estudios chinos establecidos en ninguna universidad griega y hay solo un Instituto Confucio en Atenas; dos más esperan abrir dado que los acuerdos relacionados ya se han firmado. La cooperación entre universidades, la investigación y el intercambio de estudiantes, profesores y personal aún no existe, no obstante se han firmado varios acuerdos de cooperación. Y no hay ninguna señal para la apertura de un Centro Cultural Griego en Pekín, si bien hay un acuerdo bilateral que acoge con beneplácito el establecimiento de centros culturales en las dos capitales, y China se está preparando para abrir uno propio en Atenas. La falta de sinólogos, expertos en China y buenos traductores e intérpretes es otro problema que afecta también la traducción y publicación de libros. Al contrario en China hay una gran cantidad de traducciones de los clásicos griegos, pero no hay libros por la Grecia moderna. Y si es verdadero que la comunicación y la comprensión mutua depende también de ellos, entonces las dos partes deben trabajar en común para resolver este problema que es fundamental para promover más la colaboración en política, economía y cultura.

En resumen, excepto “el sentido compartido del patrimonio histórico” que une los dos países, las buenas intenciones, las relaciones amistosas y el apoyo mutuo, así como la búsqueda instintiva de los griegos de aliados alternativos durante el período de la crisis de deuda soberana, existe la necesidad práctica de resultados visibles en el campo de las inversiones y el turismo. COSCO es lo más destacado para China, mientras que los griegos sienten tal acuerdo es más beneficioso para los chinos. Además, Grecia también  considera que el acuerdo por los productos agrícolas (azafrán y kiwi en los recientes acuerdos) no es suficiente, y esperan el aumento del número de turistas chinos que visiten el país. El objetivo es conseguir medio millón de turistas chinos para 2021. Con ese fin, es un paso positivo la decisión de poner en marcha un vuelo directo que conecte Shanghái a Atenas (hay ya uno Pekín-Atenas). En el campo cultural, los acuerdos firmados y aquellos que están para firmarse entre museos son otro avance, pero siempre existe la falta de un Centro, Instituto o Fundación capaz de empujar y coordinar las actividades culturales que se organizan entre los dos países. Ahí hay una gran tarea por hacer.