Lianghui 2023: Cifras y letras Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la Política China

In Análisis, Sistema político by Xulio Ríos

Llegaron a su término las “dos sesiones” (lianghui, en chino) de este año. Con la excepción de los congresos del Partido Comunista (PCCh), que se celebran cada cinco, esta es la cita política de mayor importancia en el calendario chino.

Dos cifras principales se han destacado del encuentro: 5% y 7,2%. La primera corresponde a la previsión de crecimiento para este ejercicio; la segunda hace referencia al incremento del presupuesto de defensa. En verdad, más de la mitad de las regiones de nivel provincial fijaron sus metas de crecimiento del PIB para 2023 en un 6 por ciento o superior, lo cual sugiere que ese podría ser el objetivo deseable aunque las incertidumbres que pesan sobre el rumbo de la economía china y mundial aconsejan moderación. La opción del 5 por ciento es también una forma de resaltar la importancia de la calidad sobre la cantidad del crecimiento. Y que no será fácil lograr el objetivo.

En cuanto al presupuesto para la defensa, realmente, si algo llama la atención es lo modesto de la cifra de crecimiento en su contexto, muy especialmente teniendo en cuenta el 23,6 por ciento de incremento de Japón (el plan de Kishida es duplicar el gasto militar hasta el 2 por ciento del PIB en cinco años)  o el 13 por ciento de India. Taiwán lo incrementará en un 13,9 por ciento. En el caso chino, la tasa de crecimiento fue del 6,6 por ciento en 2020, del 6,8 por ciento en 2021 y del 7,1 por ciento en 2022. Las tensiones en la seguridad regional y global auspician olas de gasto militar en muchos otros países. Beijing, que en 2027 celebrará el centenario de la fundación de su ejército, rechaza involucrarse en una carrera de armamentos pero mantendrá la actual tendencia. Oficialmente, sus cifras siguen siendo 3,5 veces inferiores al presupuesto de defensa del Pentágono.

Igualmente revelador es el nombramiento de Li Shangfu, ingeniero aeroespacial, como nuevo Ministro de Defensa. En 2018 fue sancionado por EEUU por autorizar la compra de armas rusas y tiene prohibida la entrada a dicho país. Esta circunstancia añade una complicación adicional al diálogo de defensa entre EEUU y China.

Tercer mandato de Xi Jinping

En cuanto al liderazgo, Xi ha revalidado su cargo como presidente, como era de esperar. La unanimidad en la elección es llamativa. Sin duda, se pretende lanzar un mensaje de unidad que contrastaría con la división y crispación que se registran en algunos países de Occidente, empezando por EEUU. Es una votación cargada de simbolismo. Para bien y para mal y tanto si es ficticia como si no. El monolitismo en la elite política no debiera pasar por alto una realidad social, por el contrario, con clara tendencia a la pluralidad. En una encuesta dada a conocer a mediados de febrero sobre el estado de la opinión china, realizada por la Universidad de Stanford y el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) revela una imagen contrastante de la sociedad china según la cual sería mucho menos uniforme de lo que sugieren muchos estudios anteriores. La realidad que muestran es que no todos los ciudadanos apoyan las políticas gubernamentales actuales y no todas sus opiniones reflejan las consignas del aparato.

El otro dato a consignar es la confirmación de la marginación institucional de los afines  a Hu Jintao, evidenciada en el XX Congreso del PCCh en octubre último: Wang Yang se jubila y Hu Chunhua se ha convertido en uno de los 23 vicepresidentes de la Conferencia Consultiva Política. Li Keqiang se jubiló a pesar de no tener la edad de jubilación mientras que Han Zheng, a punto de cumplir los 69 años, continuará en el candelero como vicepresidente. El gobernador del Banco Popular, Yi Gang, que muchos daban por amortizado, también sigue. En el área económica, perduran dos altos funcionarios económicos: el Ministro de Comercio Wang Wentao y el Ministro de Finanzas Liu Kun; también el director de la Comisión Nacional de Salud, Ma Xiaowei, que supervisó la política de «Covid cero».

El nuevo primer ministro Li Qiang, ex jefe de gabinete de Xi entre 2004 y 2007 en Zhejiang, tiene una gran cercanía personal y política con el presidente, a diferencia de las posiciones ideológicas de Xi y Li Keqiang, más matizadas, con el primero apostando por una reafirmación del ideario marxista mientras el segundo hacía gala de un pragmatismo de orientación más liberal. Li Qiang, sin experiencia a nivel del gobierno central, fue elegido con tres votos en contra y ocho abstenciones.

Pronto veremos si eso se traduce en un mayor protagonismo del primer ministro, tal como se estiló habitualmente en la política china, con la excepción del saliente Li Keqiang. En la conferencia de prensa que puso el cierre a las lianghui, Li Qiang destacó justamente por su sintonía presidencial. Durante el mandato de su antecesor, sobre todo desde 2018, el Consejo de Estado experimentó cierto vacío de competencias y poder en beneficio del Partido; habrá que comprobar si ahora se hace o no el camino de vuelta. A priori, lo más probable es que no y que el poder del Partido siga creciendo.

El principal asesor de Xi, Ding Xuexiang, y el antiguo colega de Xi, He Lifeng, fueron ascendidos a puestos de viceprimer ministro. Ding y He recibieron casi todos los votos de más de 2.900 legisladores, con el ex alcalde de Tianjin Zhang Guoqing y el ex secretario del Partido de la provincia de Shaanxi, Liu Guozhong, también seleccionados como viceprimeros ministros.

Wang Xiaohong y Chen Yixin fueron designados respectivamente, ministros de Seguridad Pública y Seguridad del Estado. Por su parte, Zheng Shanjie, próximo de Xi, ejercerá como director de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.

Y habrá dos mujeres, que a duras penas compensan la ausencia femenina en el Buró Político del PCCh. Se trata de la consejera de Estado Shen Yiqin y la ministra de justicia He Rong.

En suma, Xi ha llenado los niveles superiores del gobierno y las instituciones del Estado con más leales y consolidando en mayor medida su preponderancia en el poder. Entre las nuevas nominaciones destacan cuadros que acumulan una gran experiencia política.

Los mensajes principales

En el plano interno, la reordenación institucional aprobada y que afecta a diferentes departamentos indica un propósito de puesta a punto burocrática en áreas señaladas como determinantes para la recuperación económica pero también en lo que atañe al control político, ya nos refiramos al ámbito financiero o de la economía digital, por citar dos relevantes.

El impulso económico (empleo, consumo, vivienda, deuda, tecnología, ecología…) es la principal prioridad este año, asegurando la estabilidad e insistiendo en la profundización de las políticas de bienestar. Para los inversores exteriores, han proliferado las declaraciones a propósito de la continuidad de las políticas, incluido el apoyo al sector privado y al sector no público en general, con intervenciones directas del propio Xi en  tal sentido. El objetivo mayor es convertir a los grandes inversores internacionales en   aliados contra el desacoplamiento económico.

En lo político, a la par que el énfasis en la reafirmación de una modernización de cuño propio, adaptada a su propia realidad, comprometida con la cosmovisión china clásica y sin renegar de cierta recidiva socializante, se ha reivindicado la llamada “democracia popular de proceso entero”, presentada como una combinación de democracia electoral y consultiva que incluye elecciones, consultas, toma de decisiones y supervisión, abarcando los sectores económico, político, cultural, social y ecológico. La idea central sigue siendo el rechazo de la democracia liberal y la exploración de fórmulas alternativas que prioricen la estabilidad y la eficacia resolutiva.

En suma, la tetralogía con miras al segundo centenario apunta a resolver algunas encrucijadas del modelo: la calidad del crecimiento, el liderazgo tecnológico, el autosostenimiento, la prosperidad común….

En el orden internacional, el ministro de exteriores Qin Gang lanzó duras críticas a la estrategia del Indo-Pacífico de EEUU y lo que denunció como un proyecto de crear una OTAN en la región. Solemnemente, advirtió que Beijing y Washington se encaminan al “conflicto y la confrontación” si EEUU no cambia de rumbo.

Las advertencias se producen en un momento en que Estados Unidos y Taiwán están inmersos en un proceso de acercamiento acentuado desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca en enero de 2021. La última ilustración hasta la fecha, el anuncio de Taipéi del envío de soldados a Estados Unidos en la segunda mitad de 2023 para recibir entrenamiento de combate. Esta sería una iniciativa sin precedentes desde 1945. Según la Agencia Central de Noticias de Taiwán (CNA), la Brigada Blindada 542 y el Batallón 333 de las Fuerzas Armadas de Taiwán visitarán suelo estadounidense como parte de un intercambio militar bilateral. Será el primero de su tipo para los soldados taiwaneses a nivel de batallón. En el pasado, tropas de la isla habían visitado Estados Unidos, pero a nivel de compañía, o de unas pocas decenas de soldados.

A dicho plan se suma el anuncio de EEUU de estacionar hasta 200 soldados estadounidenses en la isla para participar en programas de entrenamiento para las fuerzas taiwanesas. Hasta ahora, la discreta presencia militar estadounidense se limitaba a unas pocas decenas de soldados.

Además, Qin Gang dejó otros dos mensajes: la multipolaridad es inevitable y China trabajará por ella y por lograr un equilibrio estratégico en el escenario mundial. También que  China multiplicará su actividad diplomática. Buen ejemplo de ello ha sido el importante golpe de efecto que irrumpió en las lianghui al informarse que con la mediación de China, Arabia Saudí e Irán alcanzaron un acuerdo que incluye el consenso para reanudar relaciones diplomáticas y reabrir embajadas y misiones. Esta gran victoria diplomática revela el claro aumento de la influencia de China en la región pero sobre todo refleja el dilatado efecto de su apoyo a la autonomía estratégica de los países de la región. Ganándose la confianza de las partes ha logrado construir un importante capital diplomático que parece fuera del alcance de otras potencias. Ahora China invitó a Irán y a los países árabes del golfo Pérsico a celebrar una cumbre en Beijing este año.

Es de esperar que Xi Jinping retome la agenda diplomática con el propósito de desempeñar un papel más importante en los asuntos mundiales.

Xiísmo

A la vista de las decisiones adoptadas en estas lianghui, cuesta creer que la solicitud de Xi Jinping para ser miembro del PCCh fuera rechazada varias veces antes de que finalmente fuera aceptada. Su persona y su discurso marcan hoy el destino del país. Ningún jefe de Estado chino ocupó el cargo por más de diez años, desde que Mao fundó la República Popular.