La invitación de la presidenta Tsai Ing-wen dirigida a China continental para encarar las relaciones a través del Estrecho con un nuevo enfoque puede acabar naufragando. Tsai quiere que Beijing tome nota de la realidad actual e innove en sus postulados para alcanzar una nueva normalidad. La oposición nacionalista tacha sus palabras de “más retórica y menos actuación”. Y desde China continental se habla de “vino viejo en odre nuevo”.

En un seminario sobre los 30 años de los intercambios en el Estrecho de Taiwán celebrado el día 5 en Taipéi, el vicepresidente del Consejo de Asuntos de China Continental, Lin Cheng-yi, reivindicó la utilidad del principio “buscar semejanzas con existencia de diferencias”. Lin destacó que el gobierno de Beijing decidió de forma unilateral cortar una parte sustancial de las negociaciones que se habían sistematizado con la isla, aunque los intercambios siguen, si bien en menor escala y entre funcionarios de poca jerarquía. Sin salir de los patrones existentes será imposible recrear juntos una nueva cooperación estructurada y estable, vino a decir.

Desde que en febrero de 2016, tras la apabullante derrota del KMT en las elecciones legislativas y presidenciales, Beijing acogió la Conferencia de Trabajo de Taiwán, el PCCh combinó la persistencia en sus puntos de vista esenciales, esto es, el apego al Consenso de 1992 como base irrenunciable del diálogo político, con la multiplicación de los intercambios con todos los partidos y grupos que reconocen que tanto Taiwán como el continente pertenecen a una misma China.

Ahora, las especulaciones en torno a un giro en la política hacia Taiwán aguardan ser confirmadas en el XIX Congreso del PCCh. Tras la reorganización del aparato político relacionado con Taiwán al que han llegado nuevas caras (Yang Mingjie, Zheng Shanjie o Dai Bingguo) y una vez conocido el resultado de las primarias del KMT, tendremos nuevos elementos de partida.

Por el momento, el más afectado por la nueva estrategia del PCCh podría ser el KMT –especialmente si no gana Hung Hsiu-chu en sus primarias internas- y no tanto el PDP, con quien persistiría en segar la hierba bajo los pies. El cambio de enfoque apuntaría a trazar vínculos directos con las generaciones más jóvenes, la clase media y las pymes de Taiwán quebrando el monopolio del KMT en la interlocución con el PCCh. Pero al PDP, ni agua.

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