China y la prueba nuclear de Corea del Norte

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La detonación por parte de Corea del Norte de un dispositivo nuclear ha provocado una amplia reacción de condena internacional y mucha preocupación por sus consecuencias en Asia Oriental. China ha venido apostando por la desnuclearización de la península coreana y la solución de las diferencias a través de la vía negociadora excluyendo las sanciones. No obstante, ante el nuevo contexto, diversos indicios parecen indicar reconsideraciones en algún sentido.

Han colaborado: Mario Esteban Rodríguez, Enrique E. Yang, Sergio Cesarín, Augusto Soto, Sean Golden, Francisco Haro y Manel Ollé.

A todos, muchas gracias.

 

Respuestas de Mario Esteban Rodríguez, Centro de Estudios de Asia Oriental, Observatorio de Política Exterior Española, Fundación Alternativas.

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

Sí. El ensayo nuclear norcoreano ha supuesto una importante “pérdida de cara” para China, al hacer evidente a los ojos del mundo que la influencia de Pekín sobre Pyongyang no es tan grande como se creía.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

No. El peor escenario para China es que el régimen de Kim Jong-il colapse, de ahí que sólo apoyará sanciones económicas leves y seguirá manteniendo su ayuda a Corea del Norte.

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

Difícilmente en el contexto actual, ya que China considera que la línea dura seguida por Estados Unidos hacia Corea del Norte ha sido el detonante para que Pyongyang se haya decidido a desarrollar armamento nuclear. Lo que sí podría unir a ambos países es un esfuerzo común por impedir que se lance una carrera nuclear en Asia Oriental.

 

Respuestas de Enrique E. Yang, colaborador del Observatorio de la Política China.

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

Los sucesos ponen al descubierto la impotencia de China ante la zafiedad de su “hermanito correligionario”. Bajo el embalaje de “identificación ideológica”, la constante condescendencia china obedece, más que nada, a la propia conveniencia. Para China es deseable mantener en su frontera un dique de defensa frente a la presencia agresiva de las fuerzas rivales. Descontenta con tal situación, Corea del Norte prefiere deshacerse de su papel de eterno subalterno y trata de entablar conversaciones directas con EEUU, haciendo una demostración de fuerza con su experimento nuclear, en claro desafío a China.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

Mientras Corea del Norte no consiga ligarse con EEUU, ella y China siguen necesitándose, aunque discrepen a la luz del día. Hace tiempo que sus relaciones están relegadas a un puro aprovechamiento mutuo, francamente exentas de argumento moral o ideológico. China la defiende, aún cuando se vea obligada a aprobar condenas y sanciones. La desconfianza aumenta considerablemente, pero las relaciones se mantienen sin atisbo de cambio sustancial. China sigue teniendo en Corea del Norte, al igual que ésta en aquélla, un apoyo en su contienda con EEUU.

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

China y EEUU procuran un desarrollo estable en las relaciones bilaterales, esquivando con sumo cuidado posibles choques en Asia Oriental. La incorporación de China a la condena a Corea del Norte ha producido su impacto y viene bien para ir al encuentro con lo de un “responsable stakeholder” en la dinámica internacional, complicidad con que China se queda a gusto a petición de EEUU. Pero éstos tienen enfrente otros quebraderos de cabeza, nada menos importantes, que tratar y coordinar. De ese desenlace, dependerá la inflexión.

 

Respuestas de Sergio Cesarín, Investigador del CONICET, Argentina

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

En una perspectiva general, amplia e histórica por el contrario, la prueba nuclear de CN es un éxito de la paciencia y diplomacia china de largo plazo aplicada a la Península, ya que fue Mao a instancias de la URSS staliniana quien proveyó las bases tecnológicas y de conocimiento a CN en los cincuenta para que se transformara a futuro en un poder nuclear, desafiante ante Corea del Sur (CS) y el orden impuesto en dicho país por Estados Unidos. Como suele suceder, a veces los discípulos se tornan un poco díscolos.

Las actuales circunstancias, en mi opinión, sugiere separar hechos de palabras; en las palabras la diplomacia china intenta apaciguar y moderar la tensión; sin embargo en los hechos, China provee el 80% de la energía y el 70% de los alimentos que consume CN. Asimismo, reconocido es el hecho que bancos chinos triangulan dinero desde y hacia CN, vía Macao por ejemplo. Por lo tanto la supuesta crisis terminal del régimen no parece ser tal.

Respecto a Estados Unidos, considero que CN es la pieza de ajedrez que China mueve frente a los Estados Unidos y Taiwán, algo así como si tú me alteras en mi relación con la isla, pues te genero un problema en CN. Así como USA es la llave para la reunificación en el estrecho, China es la llave para la solución del problema peninsular, no así para la reunificación, ya que a China le convienen seguir en su rol arbitral.

China ha demostrado con el caso de CN, la escasa capacidad de maniobra e imposición de los Estados Unidos sobre un issue regional que adquiere mayor gravedad. Si, como indican los analistas americanos, CN y Estados Unidos se sientan frente a frente a negociar será un éxito para la diplomacia china que pondrá al gigante de cara e igual e igual frente a un cuasi “estado fallido” y además, parte del “eje del mal”. Herido seguro está el multilateralismo regional pregonado para este caso, vapuleado y horadado en varias oportunidades como consecuencia de las tensiones por posesión de islotes, pozos petrolíferos y acceso a rutas marítimas.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

No lo considero así. Sin duda, la agresividad de CN incomoda a China, pero no su rígida posición; en el juego de fuerzas con Estados Unidos en el tablero mundial, CN es una pieza importante. Imaginemos escenarios a futuro y en todos China siempre aparecerá como el Estado protector de Corea del Norte frente a las presiones del Sur y la presencia militar estadounidense en CS y Japón.

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

Puede que haya más “sintonía en las relaciones” entre USA y China a fin de coordinar posiciones en el Consejo de Seguridad, donde USA tiene una posición defensiva ante la de facto alianza sino-rusa, lo que no significa que haya mayor “sintonía de intereses” entre ambos poderes. Las críticas internas en USA debilitan la posición de las “palomas” y legitiman la posición de los “halcones”. En este dinámico escenario es probable la adopción de posiciones más duras por parte de USA y sus aliados. La UE mantendría el embargo de armas a China, se daría aliento de políticas de rearme en Japón, mejora en la capacidad de India y, probablemente, más tensión respecto a Irán.

Creo que otros dos factores como el fracaso de Israel en el Líbano y el nombramiento de un Secretario General surcoreano en la ONU, dan tono a la mayor autonomía y poder de imposición a CN y China.

 

Respuestas de Augusto Soto, Profesor del Centro de Estudios Internacionales e interculturales (UAB)

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

No es necesariamente un fracaso. Desde la perspectiva de la diplomacia china, en los últimos tres años Pekín ha realzado su imagen de alto perfil. Pero ya se agotó el modelo y ahora viene una fase menos ritual y realmente imaginativa, que demanda iniciativas concretas y de mayor duración.

Aún está por verse el tipo de magnitud de la explosión, si fue una realmente nuclear o un alarde de poder con poder de fuego convencional. No es la primera vez que Kim Jong Il hace una maniobra de engaño que ha descolocado a sus vecinos. Pero incluso si se comprueba que ha sido nuclear, inevitablemente las conversaciones habrán de volver a un ámbito multilateral, incluso a siete bandas (con la inclusión de la UE), o a cualquiera otra iniciativa con participación china en primera línea.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

No creo en un cambio de tipo sustancial, ni en volumen ni repentino, porque el margen de maniobra ha de ser cuidadosamente reevaluado. Otros países, Japón, EE UU, argumentan sanciones o barajan siempre la hipótesis de un ataque. Con todo, China sigue siendo el pivote potencial para algún tipo de acomodo o arreglo.

Obviamente Pekín necesitará darle un contenido novedoso al segundo y cuarto elementos de la frase doctrinal que definía la relación bilateral en la era Jiang Zemin. A saber, jicheng chuantong, mianxian weilai, mulin youhao, jiaqiang hezuo (heredar las tradiciones, enfrentar el futuro, mantener la buena vecindad y profundizar la cooperación).

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

En principio no se ve que la situación conduzca a una mayor sintonía de las relaciones entre China y EE UU porque una postura más agresiva, como querría EE UU, es delicadísima para la vecina China, que habría de sufrir las consecuencias si la combinación de medidas coercitivas resulta mal, que es lo más probable. Entre éstas, una nueva hambruna y sus inevitables masas de refugiados o la erupción de una pandemia, peligros inmediatos cuya preocupación EE UU comparte parcialmente y con mayor margen de maniobra.

Por último, si bien la nueva crisis abierta por Corea del Norte es preocupante para Pekín y para el mundo, la de Irak (una crisis descabezada) tiene una cotidianeidad más destructiva y sigue escondiendo un potencial de desestabilización regional muy inquietante para China. Al fin y al cabo, pese a lo delirante de la situación norcoreana aún hay un cerebro y una cadena de mando que calcula en Pyongyang y que tiene margen para hacerlo en la lógica de sus intereses de fortaleza sitiada. La situación norcoreana puede ofrecer una renovada ocasión para que China y EE UU discutan ambas crisis a la vez de acuerdo a sus intereses.

 

Respuestas de Sean Golden, Director del Centre d’Estudis Internacionals i Interculturals (UAB)

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

Creo que la política de la administración Bush impide cualquier otro resultado. Asesores del Ministerio de Asuntos Exteriores chino me aseguraron el pasado mes de marzo que los líderes chinos habían dicho a los norcoreanos que no tolerarían la presencia de armas nucleares en la península. Se quejaron de la insistencia norteamericana de exigir todo a la vez: reformas económicas y políticas y cambio de régimen, además del cese del programa nuclear. Para el Ministerio chino, había que seguir una política “evolutiva”, paso a paso, y de tratar los temas más urgentes primero, y que el tema urgente era el programa nuclear. Parecería que Corea del Norte quiere negociaciones bilaterales con EEUU, pero EEUU se niega a esto. La denegación norteamericana sería vista como una violación de los principios de coexistencia pacífica: una falta de respeto mutuo. En cualquier caso, creo que el “fracaso” de la política china se debe más a las condiciones impuestas por EEUU que por una debilidad de la política china.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

Si. Pero la reacción china será sutil.

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

En este tema, la política de EEUU puede ser contraproducente también. La “amenaza” norcoreana puede impulsar a Japón a un programa de rearme, algo que China no quiere. Beneficiaría la geoestrategia norteamericana cualquier tensión China-Japonesa porque frenaría los procesos de regionalización en marcha en Asia oriental. Además, EEUU podría acelerar la puesta en marcha de su escudo antimisil, provocando tensiones con China otra vez. Cuando el presidente Bush habla de la necesidad de incrementar las medidas de defensa de sus “aliados” en la región, no queda claro el status de China…

 

Respuestas de Francisco Haro Navejas, UAM-I/UIA, México

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

Habría que esperar un poco más para pronunciarse definitivamente en uno u otro sentido. Por el momento, es posible señalar que no es un fracaso por diferentes razones, entre las cuales destacan:

1. China seguirá construyendo su liderazgo alrededor del presente conflicto, donde podrá fortalecer su posición a favor de la paz y la estabilidad. Por lo pronto, está mostrando activismo y liderazgo en su reunión con Corea del Sur el 13 de octubre y al mandar con una oportunidad excelente a un enviado a la Casa Blanca el 12 del mismo mes. La coordinación y rapidez son excelentes, sobre todo cuando apenas Rice empezaba a moverse a Asia del este.

2. El Consejo de Seguridad no será desbordado ahora como lo fue en el caso de Irak, por lo cual será posible que las propuestas chinas de castigo a Corea del Norte salgan adelante, las cuales de existir no serán de la dureza que los americanos esperan.

Por otro lado, es una frustración pasajera en la medida que cualquier variable que indique inestabilidad pone muy nerviosos a los dirigentes chinos. Podría ser un fracaso en la medida que el liderazgo de Beijing no ha podido empujar la unificación paulatina de la península, lo que ayudaría a desactivar el conflicto. Aunque cabría preguntarse, ¿es la unificación algo que realmente interese ahora en la capital China?

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

Es bastante difícil que se presente un alejamiento, aun cuando uno piense que el comportamiento en Pyongyang es irracional, que no lo es totalmente. Parece que el nombre del juego de los gobernantes del norte podría ser, como en las cartas, el engaño y el chantaje, lo que parece deducirse de la ausencia de radiación nuclear en la región hasta el momento. En todo caso, casi todo lo relativo al futuro de la península habría que enmarcarlo en las posibilidades de que Beijing y Seúl avancen firmemente en la construcción de un área de libre comercio. Dicho proceso de mayor integración económica, a mediano plazo, tiene que contemplar a fortiori la reactivación de la economía en el norte, cuyo lamentable estado es más peligroso que una bomba nuclear. Una guerra civil o una acción “preventiva” con o sin bomba, dice Bush, con todas sus consecuencias ambas, serían más devastadoras.

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

Yo lo pondría de la siguiente manera: es un paso más, y muy grande, para que la voz de los dirigentes se escuche más clara en los pasillos de las instituciones políticas americanas. Pero no solamente que se escuche, que incida directamente en la conformación del sistema internacional de mañana. Para que eso pase, que China sea una potencia, con todo lo que ello implica, habrá tanto sintonías como atonías. Ambos países tendrán que vivir con las discordancias que a veces serán muy fuertes.

 

Respuestas de Manel Ollé, Universitat Pompeu Fabra

 

¿Considera que la acción norcoreana constituye un fracaso de la diplomacia China?

 

En realidad es un fracaso de toda la comunidad internacional, del grupo de los seis países directamente involucrados en las conversaciones sobre le tema coreano, y en especial es un fracaso de la diplomacia norteamericana y china. Evidente que pone en entredicho la supuesta capacidad de influencia China sobre el régimen de Pyongyang. Hace menos de cinco meses, a finales de mayo de 2006, el primer ministro chino Wen Jiabao junto al ministro de asuntos exteriores Li Zhaoxing tuvieron un encuentro en Guangzhou con el ministro de asuntos exteriores norcoreano Paek Nam Sun, quien les aseguró la opción de la RDK por la desnuclearización de la península. Las conversaciones a seis bandas alrededor del problema coreano han situado a China en una posición clave que ahora queda en entredicho. El ensayo nuclear representa un fracaso para China, pero también, paradójicamente- una oportunidad de futuro para liderar la necesaria composición de un espacio regional asiático que reconduzca y equilibre las tensiones de la zona. Aumenta la necesidad de entendimiento con Japón y Corea del sur.

 

¿Puede afectar de modo sustancial a sus relaciones bilaterales con Corea del Norte?

 

China no tiene ningún interés en que Corea del Norte vuelva a arrastrarle a un escenario bélico en la zona –como en 1950-, por otro lado, al margen de supuestas afinidades ideológicas con el régimen del Pyongyang, ha llegado recientemente a acuerdos con los norcoreanos de explotación de los que parecen ser unos yacimientos petrolíferos en el Mar Amarillo de gran envergadura y de la máxima importancia para el futuro suministro energético chino. Ha decidido apoyar las medidas de sanción de la ONU pero se ha negado a hacer nada para implementarlas y niega la posibilidad del uso de la fuerza para su ejecución: lo cual las vuelve inviables: nadie imagina a las naves norcoreanas dejándose inspeccionar tras haber declarado que las sanciones eran equivalentes a una declaración de guerra. El interés de China es el de mantener el status quo en la península de Corea: en primer lugar para mantener su posición de arbitraje, en segundo lugar por las perspectivas petrolíferas que se abren en su relación bilateral con Pyongyang y en tercer lugar porque toda esta tensión debilita la capacidad china de presión militar sobre Taiwán y aumenta el ascendente militar norteamericano, abriendo incluso la puerta a la nuclearización de Japón..

 

¿En que medida puede marcar un punto de inflexión facilitando una mayor sintonía en las relaciones entre China y EEUU?

 

En principio servirá sobre todo para establecer puentes entre Japón, Corea del Sur y China. No parece que las relaciones sino-norteamericanas tengan que verse de inmediato alteradas: se fortalecerán o se enrarecerán en función del desarrollo posterior de los acontecimientos. La ejecución de las medidas de sanción de la ONU pueden marcar brechas importantes si conducen a episodios bélicos. Todo dependerá de si Corea del Norte sigue haciendo ensayos nucleares o muestra intenciones de diseminar su tecnología a terceros países u organizaciones…