El presente trabajo analiza la evolución de las relaciones bilaterales sino-argentinas en las últimas décadas, centrándose en los aspectos políticos y económicos. Si bien la historia de las relaciones entre ambos Estados no es nueva, los determinantes de la guerra Fría no permitieron un desarrollo dinámico de los vínculos económicos, aún cuando Beijing y Buenos Aires pudieron encontrar intereses comunes y manifestar posiciones mutuas en los organismos multilaterales. Luego de la década de los 90, China y Argentina pudieron transformar las ventajas políticas en una mayor materialización de las interacciones económicas, las cuales pueden resultar funcionales a una estrategia de diversificación de los patrones de inserción internacional que permita reducir los riesgos de una nueva relación “Norte-Sur” en el esquema de poder mundial del siglo XXI.