En los hechos, compartir la responsabilidad con la comunidad internacional y hacer mayores aportes es lo que procura China desde hace mucho tiempo. La Constitución de China tiene una cláusula sobre el fortalecimiento de la educación en el espíritu del internacionalismo. Ya en 1956, Mao Zedong planteó que “China debe hacer aportes comparativamente mayores a la Humanidad”. La historia de la Nueva China es también una historia en la que China ha venido asumiendo cada vez más su responsabilidad internacional. En las últimas décadas, y a pesar de no ser rica, China ha suministrado grandes cantidades de ayuda desinteresada al exterior. China ha enviado cerca de diez mil efectivos/veces para operaciones de paz de las Naciones Unidas y es el país que más hombres ha enviado entre los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad. China ha desempeñado un papel importante en la solución global a la crisis financiera. Emeplo de ello es el caso de un país lejano y sin relaciones diplomáticas con China como Haití, al cual China enviò desde un primer momento equipos de rescate y médicos, para ayudar en la lucha contra las secuelas del terremoto. Ejemplos como esto se puede enumerar muchos más. China ha hecho, con acciones reales, contribuciones a la paz y el desarrollo del mundo.

El que China sea responsable o no, no lo determinan las palabras de algunos, ni debe ser mucho menos una meta que le imponen unos pocos países. En su tiempo, China se opuso resueltamente a la guerra de Kosovo desencadenada por la OTAN y Estados Unidos y a la Guerra de Irak y abogó enérgicamente por una solución pacífica mediante diálogo. Los hechos han demostrado que las guerras han dejado innumerables secuencias negativas. Después de la Conferencia sobre el Cambio Climático celebrada el año pasado en Copenhague, según se calman los ánimos, queda más claro el papel constructivo de China. El que China persista en tomar su propia decisión partiendo de lo justo o erróneo del asunto en sí y de los intereses comunes de los pueblos de los diversos países ha sido precisamente una manifestación de que China es realmente responsable.

China debe y puede hacer mayores aportes al mundo. Los innumerables problemas globales imposibilitan que ningún país lo enfrente por sí solo. La coordinación y cooperación internacional es la corriente de nuestra época. Como señaló Peter Mandelson, ex comisionado de la UE a cargo del Comercio, el mundo está entrando en una necesaria “época internacionalista”. El talante aperturista y la tendencia política a tomar en consideración tanto los intereses del propio país como los de otras naciones y asumir mayor responsabilidad internacional, es necesidad tanto del mundo como del desarrollo propio de China.

Es de esperar que según se desarrolla, China hará mayores contribuciones al desarrollo común; China seguirá participando activamente en asuntos públicos globales como la ayuda humanitaria internacional, las operaciones internacionales para el mantenimiento de paz y el enfrentamiento a las calamidades naturales y al cambio climático; China abogará y ofrecerá más operaciones de voluntarios y llevará su sonrisa y servicio al mundo; China se esforzará por aportar más riqueza intelectual y espiritual a la Humanidad al mismo tiempo que suministra más productos materiales al mundo. Mientras más se desarrolle China, mayores serán sus contribuciones al mundo.

China segurá asumiendocada vez más su responsabilidad internacional, no sólo en respuesta a las esperanzas de la comunidad internacional, sino también en correspondencia con sus intereses. De tal suerte, China hace patente su comprensión profunda sobre la tendencia general del desarrollo del mundo y, al mismo tiempo, adquiere un compromiso solemne ante el mundo. (Pueblo en Línea)

17/05/2010