WASHINGTON, 18 dic (Xinhua) — La recién revelada estrategia de seguridad nacional de Washington parece bastante obsoleta en una era que exige un espíritu de cooperación y multilateralismo.
Se espera que el documento, presentado el lunes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, guíe las futuras políticas estadounidenses con el objetivo de defender los principales intereses de seguridad del país norteamericano.
El nuevo manual de política es un mensaje inequívoco de la Administración Trump y su «Estados Unidos Primero» para mantener las ventajas e influencia «inigualables» de Washington sobre el resto del mundo por medio de su poderío.
Lamentablemente, Washington está usando la «fórmula de ayer» para responder a las preguntas de hoy, enviando un mensaje equivoco que alienta a otros países a colocar sus intereses propios por encima de los colectivos en una era en que la cooperación es muy necesaria.
Lo más preocupante es que la estrategia ha tachado a algunos de los principales socios globales de Washington, incluidos China y Rusia, de potencias «rivales» y «revisionistas», acusando a estos países de tratar de alterar el status quo que favorece a Estados Unidos.
Esto solo aumentará la brecha de desconfianza entre ellos y establecerá más obstáculos cuando tengan que trabajar juntos en algunos de los problemas globales más acuciantes, como la lucha contra el terrorismo.
El mundo, aunque la recuperación económica mundial está repuntando, todavía enfrenta perspectivas inciertas de crecimiento a largo plazo y una oleada creciente de movimientos proteccionistas. La confianza global en un fuerte crecimiento futuro aún no ha encontrado una base sólida.
Además, los desafíos no convencionales, como el cambio climático, están poniendo en riesgo la supervivencia del ser humano y conminando a todos los países a trabajar con responsabilidad.
Respecto a los problemas globales, Estados Unidos, la única superpotencia del mundo, se compromete en el documento a defender sus intereses nacionales a través de acciones unilaterales y se desentiende de su responsabilidad de desempeñar un papel constructivo.
El enfoque unilateral de Washington, que se ha traducido por ejemplo en su retirada de los principales tratados internacionales como el Acuerdo de París sobre cambio climático o su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, ha sido muy criticado y ha causado caos en muchas partes del mundo.
En casi todos sus aspectos, la política exterior de la Casa Blanca prioriza a EEUU sobre las normas internacionales, la competencia sobre la colaboración, la fuerza bruta sobre las habilidades sociales y las elecciones nacionales sobre la ovación mundial.
Los que formulan la política en Washington deben comprender que estamos en una época de interdependencia en la cual todos los miembros de la comunidad internacional están unidos y comparten un destino común. El intento por parte de un país de defender sus propios intereses sin tener en cuenta a las demás naciones no solo es en vano sino también contraproducente.
Washington siempre ha sostenido que otros países deben ser responsables, pero sigue rechazando adaptar su mentalidad a la nueva época. Ha llegado el momento de que adquiera un compromiso más provechoso para todo el mundo.