Usted en la actualidad dirige el Observatorio de la Política China (OPCh), entendemos que el observatorio es un espacio para la reflexión y el análisis donde confluyen estudiosos especializados en el acontecer político de China, en ese sentido, nos gustaría que detallara los temas que aborda el observatorio, así como sus principales logros y desafíos.
El OPCh aspira a catalizar una reflexión iberoamericana y autóctona (por lo tanto diferenciada de la anglosajona, francófona u otras) a propósito del proceso de transformación que vive China, tamizado a partir de nuestras claves culturales. Presta atención especialmente a diversos rubros relacionados con la política interna y externa. En torno a ellos pretende establecer sinergias entre los diversos analistas de esta área geopolítica para estimular una visión independiente, plural, propia y adaptada a nuestros intereses.
Recientemente, En Beijing se realizó el XIX Congreso de Partido Comunista de China (PCCh), quisiéramos que priorizará 5 (cinco) aspectos que en su opinión son los más relevantes
Hablaría de “cinco reafirmaciones”. En primer lugar, del sentido histórico y cultural del proceso de modernización que arranca a finales del siglo XIX con el objeto de resituar a China en el mundo poniendo fin al ciclo de sometimiento y humillaciones del pasado. En segundo lugar, la reafirmación del PCCh como columna vertebral de ese proceso, lo cual exige un empeño mayúsculo en su fortalecimiento, cohesión y disciplina para garantizar la culminación del sueño chino. En tercer lugar, la solemnización del xiismo como una respuesta política a los desafíos del último tramo de la modernización, probablemente el más delicado de todos. En cuarto lugar, el objetivo de lograr una China sostenible que supere los desequilibrios actuales de todo orden (territoriales, ambientales, sociales, tecnológicos, etc). Por último, la recuperación de una posición central en el sistema global con una perspectiva alejada de las dependencias de Occidente y consumando una visión específica y equilibradora.
En 2021 se celebra el centenario de la creación del Partido Comunista (PCCh), según su opinión, ¿Cómo avanza China hacia la materialización del Sueño Chino?
El sueño chino refleja la aspiración colectiva a superar las causas que precipitaron el país en el atraso y la decadencia. Sin duda, ese objetivo está más cerca, pero, como dice un refrán chino, “si uno recorre 90 pasos de un camino de 100, habrá recorrido la mitad del camino”. Lo que resta del proceso para que China se afirme en el escenario global entraña muchos riesgos y peligros. En este momento, frente al predominio constante de la economía, que seguirá siendo naturalmente muy importante, los aspectos relacionados con la política, la tecnología, la justicia social o el medio ambiente adquieren una relevancia particular.
En mayo de este año se realizó el Primer Foro de la Franja y la Ruta para la cooperación Internacional en Beijing, al cual asistieron diversos países de América Latina, así mismo, algunos países de la región ya integran el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. En su opinión: ¿Cuál creer usted que debe ser el papel de América Latina en la construcción de la Iniciativa de la Franja y la Ruta?
América Latina debe establecer un diálogo con China a propósito de su implicación en el proyecto. En la Iniciativa de la Franja y la Ruta del siglo XXI no puede estar ausente la región latinoamericana. Son muchas las necesidades de todo tipo existentes en la zona, muchas las posibilidades de cooperación y el entendimiento para establecer una agenda y un fondo común para la implementación de proyectos es perfectamente viable.
En el marco de la Asociación de Cooperación Integral entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), nace el Foro China-CELAC. En cuanto a la II Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, a celebrarse en enero del 2018 en Santiago de Chile, ¿Cuáles considera usted, que sean los principales desafíos que enfrenta esta plataforma para consolidar una cooperación exitosa entre China y la CELAC?
La clave principal reside en aprehender el momento, es decir, constatar que ha llegado el tiempo de propiciar un salto cualitativo en las relaciones bilaterales. Es fundamental enriquecer la relación y que responda a los intereses y necesidades de ambas partes. La diversificación de los intercambios económicos y comerciales es parte de esa ecuación pero el objetivo de construir vínculos más integrales debe pasar a primer plano.