Un índice de crecimiento demográfico anual de 0,57 por ciento en la década pasada, o un aumento neto 73,90 millones de personas, subraya la necesidad de mantener la política de planificación familiar y la tasa de crecimiento poblacional del país en un nivel razonable.
El aumento neto en la población fue de 130 millones de 1990 a 2000, 56 millones más que en el período de 2001 a 2010. Quedan claros así los beneficios de la planificación familiar.
Dada su gran población, China necesita continuar con su política de control demográfico, ya que su población continuará creciendo durante las dos décadas próximas, antes alcanzar el pico propuesto de 1.500 millones.
La publicación de cifras detalladas del VI Censo Nacional el jueves demuestra que la proporción de habitantes menores de 14 años cayó en 6,29 puntos porcentuales en los 10 años pasados y que aquellos cuyas edades fluctúan entre 15 y 59 años disminuyeron en 1,91 puntos porcentuales.
Durante el mismo período, el número de personas mayores de 60 años aumentó en 2,93 puntos porcentuales.
La carga cada vez más pesada de una población envejecida es un producto de la exitosa puesta en práctica de la política de planificación familiar.
Al mismo tiempo, la acelerada disminución de la población menor de 14 años sugiere que una eventual carencia de trabajadores planteará una amenaza al desarrollo económico del país en un futuro próximo.
Es definitivamente acertado que China mantenga un índice de natalidad relativamente bajo. Pero el país no puede permitirse tampoco una caída tan aguda en su tasa de crecimiento poblacional, como la experimentada en las pasadas dos décadas.
Es posible que deban pasar varias décadas para poder aquilatar en su justa medida los efectos de una política demográfica. Por lo tanto, las fluctuaciones en el volumen de la población se deberán supervisar de cerca en los años venideros. Además, se necesitarán estudios que permitan detectar las actitudes de los jóvenes hacia la procreación.(Pueblo en Línea)
29/04/2011