Taipei, 15 de junio (CNA) El sacerdote jesuita español Andrés Díaz de Rábago (賴甘霖), natural de A Pobra do Caramiñal (Galicia), que había servido durante más de 50 años en Taiwán, falleció el miércoles a la edad de 104 años, según la Compañía de Jesús.
«El P. de Rábago se fue en paz al Señor a las 10:20 de la mañana del miércoles en la Enfermería de Nuevo Taipéi», dijo la sociedad un post de Facebook. «Según su deseo, su cuerpo será enviado y donado a la Facultad de Medicina de la Universidad Católica Fu Jen, más tarde ese mismo día».
Nacido en España en 1917, de Rábago fue criado en una familia católica y asistió a la escuela de medicina, donde obtuvo una licenciatura. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1940 y posteriormente se doctoró en medicina.
Los jesuitas le enviaron a servir como sacerdote en China continental, Timor Oriental y Filipinas, donde se doctoró en teología.
Con un doble doctorado en medicina y teología ética, de Rábago llegó a Taiwán en 1969 y pasó los primeros años impartiendo cursos de medicina, junto con sus obligaciones eclesiásticas.
Enseñó ética médica en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Taiwán, centrándose en temas como el respeto a la vida y la atención al estado físico y mental del personal médico.
A lo largo de sus años de servicio como sacerdote en Taiwán, visitó los hospitales para rezar con los pacientes, y siguió haciéndolo incluso después de cumplir 100 años. A menudo se le veía tomar el MRT, los taxis y otros medios de transporte para visitar a los pacientes de los hospitales.
En 2017, de Rábago recibió la ciudadanía de la República de China (Taiwán), convirtiéndose en el primer extranjero de Taipéi que se naturalizaba en base a décadas de servicio en el país.
Ese mismo año, también recibió el Premio a la Contribución Médica del Ministerio de Salud y Bienestar por su contribución a Taiwán durante casi 5 décadas.
Los últimos años de la vida del P. de Rábago los pasó en la enfermería de la Facultad de Teología Fu Jen de San Roberto Belarmino, debido a su débil salud.
El P. de Rábago había dicho que si se le permitiera elegir de nuevo, seguiría viniendo a Taiwán, «sacrificándome por los demás». Dijo que era muy feliz y que amaría y seguiría dedicado a Taiwán hasta el final de su vida.
El miércoles, el ex vicepresidente Chen Chien-jen (陳建仁) expresó sus condolencias por el fallecimiento de de Rábago.
«El Padre de Rábago es como nuestro padre y abuelo, siempre amable, cálido y cordial. Que el Padre de Rábago vuelva a la casa del Padre. En los brazos del amor de Dios, comparta la felicidad eterna». dijo Chen en un post de Facebook