Naufragio crítico en el Estrecho de Taiwán Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la Política China

In Análisis, Taiwán by Xulio Ríos

La muerte de dos marineros de China continental como consecuencia del volcado de su barco al huir de la persecución de la Guardia Costera taiwanesa que habría propiciado colisiones durante la acción, ha provocado un nuevo episodio crítico en las relaciones a través del Estrecho.

Aunque en Taipéi se reitera la procedencia y total legitimidad y legalidad de la actuación calificando de “accidental” el desenlace, en Beijing la reacción ha sido no solo de total condena sino que se han dispuesto acciones dificilmente reversibles en el actual contexto. Taipéi lleva años reprimiendo los barcos procedentes del otro lado a quienes acusa de pesca ilegal en su entorno marítimo inmediato.

Y de igual modo que la visita en su día de Nancy Pelosi trajo consigo un nuevo escenario condicionado por la práctica disolución de la línea media del Estrecho o de la propia ZIDA taiwanesa con acciones del EPL que trazan una nueva normalidad en la región, esta nueva crisis tendrá consecuencias de alcance.

Lo primero es el incremento de las patrullas regulares en las áreas marítimas de Xiamen-Kinmen, localidades perfectamente visibles la una de la otra. Son estas aguas donde pescadores de ambos lados suelen capturar los abundantes cruasán amarillos y los peces banderín, también pomfret de plata o blanco.

Lo segundo es el rechazo efectivo de la consideración de dichas aguas como áreas restringidas, disolviendo de un plumazo el acuerdo tácito que afectaba a dicha consideración de las aguas alrededor de Kinmen, Matsu y otras zonas periféricas controladas por Taiwán y en las que, en teoría, Taipéi tiene derecho a ejercer la defensa en caso de penetración de embarcaciones de bandera continental.

A ello se sumarán las inspecciones periódicas y regulares. De hecho, la Guardia Costera de China continental abordó ya un barco turístico de Kinmen en la región y realizó una inspección sorpresa, lo que generó más preocupación.

Según la Administración de la Guardia Costera de Taiwán, el término «aguas prohibidas» se refiere a las aguas territoriales, que se extienden 12 millas náuticas alrededor de Taiwán propiamente dicha y distancias variables alrededor de las islas periféricas.

«Aguas restringidas» se refiere a una zona contigua, que los estados utilizan para reforzar su capacidad de aplicación de la ley en el área situada fuera de sus mares territoriales. Esta zona contigua se extiende 24 millas náuticas alrededor de Taiwán propiamente dicha y distancias variables alrededor de las islas periféricas de Taiwán.

Los límites fueron establecidos de forma unilateral por el Ministerio de Defensa de Taiwán en 1992. Aunque Beijing no reconoce estos reclamos territoriales de Taiwán (ya que afirma que la isla es parte de su propio territorio), Taipéi sostiene que China continental ha respetado tácitamente estas delimitaciones, de modo que negarlas ahora constituiría un cambio del statu quo.

Lo tercero es que Beijing se reserva el derecho a tomar más medidas que, cabe pensar, irán orientadas a hacer efectivo su pleno control de las aguas como expresión de la nueva normalidad. Así, de igual modo que Beijing niega la línea medida del estrecho, esas aguas próximas pasarían a ser consideradas “aguas territoriales internas”.

La implementación de una política de hechos consumados y la inexistencia de diálogo alguno entre Beijing y Taipéi agrava el riesgo de que se produzcan errores de cálculo,  facilitando también la escalada de las tensiones. Aunque nada indica que Beijing disponga ahora una pura y simple anexión de las islas periféricas, la preocupación por que la situación  se pueda dalir de control ha ido en aumento.

El primer ministro taiwanés Chen Chien-jen pidió a ambos lados del Estrecho de Taiwán abordar la seguridad de las aguas de Kinmen y Xiamen con racionalidad e igualdad. El ministro de Defensa, Chiu Kuo-cheng, mencionó que el caso está siendo gestionado por la Guardia Costera y que las fuerzas armadas evitarán intervenir activamente para evitar conflictos. Y también Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Joe Biden, dijo  que Washington insta al diálogo para preservar la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán.

El presidente electo Lai Ching-te (PDP) ha prometido continuar apoyando la «aplicación firme de la ley» por parte de la Administración de la Guardia Costera. En la oposición, Eric Chu (KMT), insta al partido gobernante a reducir el riesgo de conflicto y apela a disminuir la hostilidad mutua para evitar una «espiral maliciosa».

Las islas Kinmen han sido consideradas durante mucho tiempo un posible punto crítico en las relaciones  entre Taipéi y Beijing porque están ubicadas a menos de 10 kilómetros de la costa sureste de China continental.