La decisión que la Comisión Electoral Central (CEC) de Taiwán adoptó el pasado 16 de noviembre respecto al mecanismo de votación a aplicar durante los comicios del próximo 12 de enero pudiera favorecer más al Partido Democrático Progresista (PDP) que al Kuomintang (KMT) y amenaza con desatar otro conflicto político.
Según lo acordado, los electores recibirán dos papeletas para los comicios legislativos (una para votar al partido de su preferencia y otra para elegir candidato) y dos más para cada uno de los referéndums convocados, debiendo ejercer su voto simultáneamente en cuatro urnas diferentes. El KMT prefería desdoblar el sufragio diferenciando entre los comicios y las consultas. En varias ciudades y distritos controlados por el KMT y sus aliados, aseguran que organizarán las elecciones estableciendo esa diferenciación y desoyendo la decisión de la CEC.
El próximo día 12 de enero se elegirán 113 diputados (73 en los respectivos distritos electorales, 34 más por el sistema proporcional y 6 están reservados para las comunidades aborígenes). Además se celebrará un referéndum promovido por el KMT (para que el Parlamento disponga de poderes especiales de investigación sobre las implicaciones de Chen Shui-bian en casos de corrupción) y otro por el PDP (para aprobar una ley exigiendo al KMT que devuelva los bienes ilegalmente obtenidos durante su larga dictadura). Para la validez de la consulta se requiere la participación de más de la mitad del censo electoral. Conviene recordar que en el plebiscito celebrado en 2004, coincidiendo entonces con los comicios presidenciales, la tasa de participación fue del 45 por ciento, y aunque la mayoría (el 90%) de los votantes se mostraron a favor de las propuestas de Chen Shui-bian (sobre la adquisición de más misiles para responder a la amenaza continental y otro sobre las condiciones para el diálogo con China), fueron invalidados al no alcanzar aquel mínimo citado.
La decisión de la CEC, que pone fin a largos meses de debates y polémicas, facilita la participación de los electores en los referéndums. En 2004, muchos electores abandonaban el colegio después de votar para las presidenciales. En ello pudo haber influido la falta de hábito, pues era la primera vez, pero también el hecho de que la votación se desarrollara en dos secuencias claramente diferenciadas y con escasa conexión entre ellas, votando en los plebiscitos solo después de haber votado en los comicios.
La CEC rechazó otra propuesta consistente en imprimir los cuatro votos en una única papeleta, lo que perjudicaría aún más la posición del KMT, pero sienta un precedente importante que se deberá tener en cuenta en las decisivas elecciones presidenciales del 8 de marzo, cuando también se llevarán a cabo otras dos consultas, sobre la entrada de Taiwán en Naciones Unidas (promovida por el PDP) y sobre la entrada de la República de China en Naciones Unidas (promovida por el KMT).
No parece viable la desobediencia civil anunciada por algunas autoridades del KMT, quienes, mal que les pese, deberán respetar el acuerdo de la CEC, ya que, de lo contrario se multiplicarían las dudas y litigios acerca de la validez de los resultados electorales. Chen, al igual que su primer ministro Chang Chun-hsiung, han advertido con sanciones severas a quienes saboteen el formato de votación.
Esta modificación se suma a otras no menos importantes y que concurrirán en estos comicios, especialmente, la remodelación de las circunscripciones electorales y la reducción del Yuan legislativo, que pasa de los 225 actuales a 113 miembros.
A poco más de un mes de la cita electoral, crece la importancia de esta jornada, considerada una especie de ensayo en relación a las cruciales presidenciales de marzo en las que el KMT aspira a cerrar el paréntesis de la controvertida presidencia del PDP. Un largo insomnio para Beijing.