Durante esta solemne y sagrada ceremonia, yo, así como los miembros de mi administración, una vez más aceptamos las responsabilidades de este cometido de toda la población. Esta responsabilidad recae sobre nuestros hombros. Debemos ser siempre conscientes de los riesgos a los que nos enfrentamos, mientras hacemos todo lo que esté a nuestro alcance para cumplir con las obligaciones establecidas en la Constitución, de modo que podamos cumplir con las responsabilidades que nos han sido confiadas por los ciudadanos de este país.