De totalmente inválido y una herramienta política al servicio de Estados Unidos y algunas fuerzas occidentales para contenerla calificó China el jueves el informe de la ONU sobre la región de Xinjiang. Agregó que la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) se ha convertido en cómplice de los mismos contra los países en desarrollo.
En respuesta a la «evaluación de las preocupaciones sobre derechos humanos» en Xinjiang publicada por la ACNUDH el miércoles, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo en una conferencia de prensa el jueves que esta es un mosaico de desinformación y una herramienta política de Estados Unidos y algunas fuerzas occidentales para frenar el ascenso China utilizando a Xinjiang como excusa.
Tal «reporte» viola el mandato de la organización, sus principios apolíticos y objetivos, y refleja una vez más su rol de ejecutor y cómplice de Washington y algunas fuerzas occidentales contra los países en desarrollo, aseveró.
El portavoz apuntó que el informe ni siquiera se atrevió a resaltar los temas infundados de «genocidio», «trabajo forzado» o «esterilización forzada», exagerados por Estados Unidos y sus socios. Wang sostuvo que ello refleja que la mentira del siglo no funciona.
Los analistas opinaron que el informe no fue objetivo ni profesional y que sirvió de plano a satisfacer las necesidades de las fuerzas anti-China al agrandar más de lo que en realidad es el asunto de Xinjiang.
El informe minimiza el sufrimiento de la región a causa del terrorismo y el extremismo; esto es injusto y no representa en toda su magnitud la situación concreta. Cualquier Gobierno en el mundo debe asumir la responsabilidad de luchar contra el terrorismo para proteger a su población, anotó Wang Jiang, experto del Instituto de Estudios Fronterizos de China en la Universidad Normal de Zhejiang.
Asimismo, el texto toma como punto de partida el testimonio de 40 personas. Wang Jiang dijo que la muestra no era suficiente para alcanzar una conclusión seria en materia de derechos humanos. Además, sus identidades guardan dudas dadas las falsas acusaciones anteriores hechas por supuestas víctimas.
La cancillería y el Gobierno regional de Xinjiang desenmascararon a muchos mentirosos que aparecían con frecuencia en medios occidentales como «víctimas» de Xinjiang. Descubrieron que el Congreso Mundial Uygur respaldado por Estados Unidos y otras fuerzas anti-China fabricaban historias sensacionalistas que finalmente resultaron contradictorias y llenas de vacíos.
Wang Jiang manifestó que las palabras «probable», «muy probable» o «puede» se usaron con frecuencia en la «evaluación». Un lenguaje dudoso y no apropiado para un informe de la ONU que acusa a un país soberano, y debe saber que la prensa occidental cambiará el «muy probablemente» por «seguramente» como ya lo ha hecho.
Sin encuestas sólidas, el “reporte” de la ACNUDH peca de irresponsable, concluyeron los analistas y añadieron que es otro ejemplo de cómo Estados Unidos y sus socios manipulan a la agencia para atacar a otros.
El pueblo de Xinjiang tiene la última palabra en este tema. La región disfruta del avance económico, de una vida feliz y estable en los últimos años. Algunas personas, figuras religiosas y antiguos aprendices de centros de capacitación y vocacionales enviaron una carta a la alta comisionada para relatar sus historias, señaló Wang el jueves.
Diplomáticos extranjeros y viajeros que han visitado Xinjiang también destacaron que la región es muy diferente a lo descrito por los medios occidentales. Más de 60 países enviaron misivas a la agencia de derechos humanos en condena al informe falso, acotó.
El portavoz declaró que casi 100 países, incluidos muchos musulmanes, también expresaron su apoyo a China y han alzado su voz de rechazo a que se utilice el tema para interferir en los asuntos internos de China: esta es la corriente principal de la comunidad internacional, por lo que el malicioso plan político de Estados unidos y sus socios para frenar a China está condenado al fracaso.