Los Juegos Olímpicos de Invierno 2022: ¿una repetición de Beijing 2008? Blanca Marabini San Martín, graduada en Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación por la Universidad Pontificia Comillas y líder de equipo en el European Student Think Tank.

In Análisis, Derechos humanos by Xulio Ríos

El 31 de julio de 2015 se anunció que Beijing había sido nombrada sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 2022. Las competiciones se celebrarán en el mes de febrero, coincidiendo con el año nuevo chino, y tendrán lugar no solo en el centro de Beijing, sino también en el distrito de Yanqing y en la ciudad de Zhanjiakou, situada en la provincia vecina de Hebei. Está previsto incluir en el programa una serie de eventos nuevos que harán de los Juegos Olímpicos de invierno de 2022 los más cercanos a la paridad de la historia. Beijing se convierte así en la primera ciudad del mundo en la que hayan tenido lugar Juegos Olímpicos tanto de verano como de invierno (Comité Olímpico Internacional, 2020a). No obstante, dada la experiencia de China con los Juegos Olímpicos de verano de 2008, se plantea la pregunta de si los Juegos de invierno de 2022 se desarrollarán realmente sin problemas o si deberán enfrentarse de nuevo a protestas motivadas por la política de minorías del Gobierno de Xi Jinping.

Los Juegos Olímpicos de 2008 favorecieron en diversas áreas la posición internacional del gigante asiático: el aumento de visibilidad del país dio pie a un incremento del turismo, y el Gobierno chino implementó un Plan de Desarrollo Sostenible de Beijing en aras de mejorar la situación medioambiental de la capital. Asimismo, el crecimiento económico también se benefició de las inversiones para las olimpiadas por parte de patrocinadores, proveedores y otros colaboradores (USCBC, 2008). No obstante, la otra cara de la moneda la componen las protestas de marzo de 2008 en contra del tratamiento recibido por la minoría tibetana por parte del Gobierno chino. Comenzaron como un llamamiento a favor de la liberación de unos monjes que habían sido detenidos por las autoridades y se intensificaron a lo largo de las semanas siguientes, lo que atrajo la atención de la comunidad internacional e incluso la simpatía de algunos colectivos hacia los tibetanos (Barnett, 2009; Smith, 2010). El eco de estas protestas se dejó sentir en diversos lugares del mundo y, en especial, en países donde residen grupos de mayor tamaño de la diáspora tibetana, como la India, Nepal, Australia, Estados Unidos, o diversos países europeos, donde se realizaron protestas, en su mayoría ante embajadas de la República Popular China, que variaban desde el lanzamiento de piedras a dicho edificio hasta intentos de izar la bandera tibetana en él (Hong y Zhouxiang, 2013). Gran parte de las protestas en su dimensión internacional giraban en torno a llamadas a que se cambiara la sede de los juegos olímpicos de 2008 debido al historial de China respecto a los derechos humanos en Tíbet, llegando incluso a interrumpirse la ceremonia de encendido de la antorcha olímpica en Grecia y su posterior recorrido hasta China en Londres, París, San Francisco, Canberra, Nueva Delhi o Bangkok, entre otros (Reuters, 2008).

En los últimos meses se han trazado paralelismos en los medios de comunicación entre la situación del Tíbet en 2008 y las situaciones actuales en Hong Kong y Xinjiang, en las que ya más de 160 agrupaciones nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos se han basado para pedir al Comité Olímpico Internacional que cambie la sede de los juegos de 2022 (Blennerhassett, 2020). Según CBS News (2020), un gran número de estos organismos se unió para presentar una carta a Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico, en la que realizaban esta misma petición, argumentando que China no solo no había logrado mejorar la situación de los derechos humanos dentro de sus fronteras desde 2008, sino que además habían «creado un sistema de vigilancia orwelliano en el Tíbet y encarcelado a más de un millón de uigures en Xinjiang». El Comité respondió indicando que la concesión de los juegos a una ciudad no implica que la institución esté de acuerdo con la estructura política, las circunstancias sociales o los estándares de derechos humanos del país en cuestión. Declararon asimismo que habían recibido garantías de que, en el contexto de los Juegos Olímpicos, se respetarían todos los principios incluidos en la Carta Olímpica, documento que codifica  las normas por las que se rige la celebración de estas competiciones. En él se incluyen los principios fundamentales del Olimpismo, entre los que destaca la obligación de mantener y salvaguardar la neutralidad política del Movimiento Olímpico. También se hace énfasis en la no discriminación y la actuación de forma independiente de intereses comerciales o políticos o consideraciones raciales o religiosas (Comité Olímpico Internacional, 2020b).

No son solo los grupos de derechos humanos los que están contemplando emprender acciones en contra de las Olimpiadas en Beijing, sino que varios países están barajando también la idea: Dominic Raab, secretario de Estado para las Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido declaró, poco después de que 39 países condenaran en las Naciones Unidas las acciones del Gobierno de Xi Jinping relativas a Xinjiang, Hong Kong y Taiwán, que no habían descartado un boicot del evento (Blennerhassett, 2020). Asimismo, en el Parlamento australiano ya se han elevado varias voces pidiendo a los atletas nacionales que lleven a cabo su propio boicot, y dos miembros del Senado han puesto en movimiento una iniciativa que buscaría asegurar que el Gobierno australiano y el Comité Olímpico nacional colaborarán para asegurarse de que el boicot se lleva a cabo (Citowicki, 2020). China ha restado importancia a estos llamamientos, calificándolos de politización de los Juegos y acusando a quienes respaldan la iniciativa de ir en contra del espíritu de la Carta Olímpica (Stayner, 2020). No obstante, los últimos meses han mostrado un aumento de los grupos, organizaciones e incluso organismos políticos posicionándose en contra de los Juegos Olímpicos en Beijing.

Este no sería el primer boicot olímpico: en 1980, los Estados Unidos lideraron un boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú como protesta contra la invasión de Afganistán, y en 1984, cuando los Juegos tuvieron lugar en Los Ángeles, la Unión Soviética les pagó con la misma moneda (D’Agati, 2013). La efectividad de aquellos boicots fue limitada, pero en este caso un boicot podría tener un efecto mucho mayor. Esto se debe a que los Juegos Olímpicos de invierno cuentan con un número menor de países participantes, muchos de los cuales son democracias liberales pertenecientes al mundo desarrollado, categoría cuyos miembros han expresado con gran insistencia sus preocupaciones por el historial de derechos humanos de China, además de incluir un elevado porcentaje de los Estados que tienden a dominar el medallero en los Juegos de invierno (Tiezzi, 2020). Si estos países optaran por boicotear los Juegos de Beijing y organizaran una versión alternativa como se hizo en 1980 en Filadelfia durante el boicot a los Juegos de Moscú o en varios países del bloque soviético como parte del boicot de 1984 (Ferguson, 2012), sería para muchos atletas más interesante conseguir una victoria en los juegos alternativos, dada la presencia allí de gran número de los atletas con mejores marcas en las diversas pruebas.

Todavía está por ver cómo se resolverá esta intersección del deporte y la geopolítica. China ha cambiado mucho desde 2008 y aún puede hacerlo más en los próximos años, como también lo podría hacer el contexto internacional. Aunque ahora mismo aún parece poco probable que las grandes potencias decidan embarcarse en un proceso de boicot de esta envergadura, aún tienen dos años más para pensar si quieren, al menos por esta vez, dejar de separar deportes y política en nombre de los derechos humanos.

 

Barnett, R. (2009). The Tibet Protests of Spring 2008. China Perspectives, 3, 6-23.

Blennerhassett, P. (2020). Will China face a massive boycott over the 2022 Beijing Winter Olympics? South China Mornign Post. Consultado el 22/111/2020 en https://www.scmp.com/video/comments/3109239/will-china-face-massive-boycott-over-2022-beijing-winter-olympics

CBS News. (2020). Human rights groups urge IOC to move the 2022 Winter Olympics out of China. Consultado el 22/11/2020 en https://www.cbsnews.com/news/china-olympics-human-rights-groups-urge-ioc-to-move-2022-winter-games-tibet-hong-kong-uighurs/

Citowicki, P. (2020). Australian Parliament to Debate a Beijing Olympics Boycott. The Diplomat. Consultado el 22/11/2020 en https://thediplomat.com/2020/10/australian-parliament-to-debate-a-beijing-olympics-boycott/

Comité Olímpico Internacional. (2020a). Beijing 2022. Consultado el 12/11/2020 en https://www.olympic.org/beijing-2022

Comité Olímpico Internacional. (2020b). Carta Olímpica. Consultado el 22/11/2020 en https://stillmed.olympic.org/media/Document%20Library/OlympicOrg/General/ES-Olympic-Charter.pdf

D’Agati, P. (2013). The Cold War and the 1984 Olympic Games. Nueva York: Palgrave Macmillan.

Ferguson, K. (2012). History lesson: If you don’t like the Olympics, just make your own. Southern California Public Radio. Consultado el 23/11/2020 en https://www.scpr.org/blogs/offramp/2012/07/30/9216/history-lesson-if-you-dont-olympics-just-make-your/

Hong, F. y Zhouxiang, L. (2013). The Politicisation of Sport in Modern China: Communist and Champions. New York: Routledge.

Reuters. (2008). Timeline: Olympic torch protests around the world. Consultado el 18/11/2020 en https://www.reuters.com/article/us-olympics-torch-disruptions-idUSSP17070920080428

Smith, W. W. (2010). Tibet’s Last Stand? The Tibetan Uprising of 2008 and China’s Response. Lanham: Rowman & Littlefield.

Stayner, T. (2020). China rejects push to strip Beijing of Winter Olympics over human rights concerns. SBS News. Consultado el 23/11/2020 en https://www.sbs.com.au/news/china-rejects-push-to-strip-beijing-of-winter-olympics-over-human-rights-concerns

Tiezzi, S. (2020). A Boycott of the 2022 Beijing Olympics Would Work. The Diplomat. Consultado el 23/11/2020 en https://thediplomat.com/2020/10/a-boycott-of-the-2022-beijing-olympics-would-work/

USCBC. (2008). The 2008 Olympics’ Impact on China. Consultado el 13/11/2020 en https://www.chinabusinessreview.com/the-2008-olympics-impact-on-china/#:~:text=The%20number%20of%20tourists%20in,bring%20to%20the%20host%20country.&text=The%20number%20of%20hotels%20in,has%20reduced%20hotel%20ownership%20restrictions.