Semana reactiva para China: G7 y Micron Raquel Isamara León de la Rosa es directora del Observatorio de la Política China

In Análisis, Política exterior by Director OPCh

Esta semana ha sido interesante para la manera en cómo China se ha posicionado en la escena internacional. Este periodo arrancó con la reunión en Hiroshima del G7, en donde los temas abordados parecieran un revés político para Beijing. La reunión de estos países tuvo algunos invitados, por un lado, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, y las representaciones de Corea del Sur e India.

 

El G7 integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, es un grupo heredado del contexto histórico y político del siglo pasado, en donde la marcada diferencia economicista del desarrollo entre el norte y el sur fue un aspecto clave para que este grupo liderara la agenda internacional desde una visión occidental. Es importante señalar que el proceso post-Guerra Fría llevó a una nueva dinámica, que es la que ha determinado la reconfiguración sistémica que hoy se experimenta, en donde los integrantes del G20 ya no solo se limitan a temas a partir de su consideración como países emergentes, sino que algunos de estos también se han posicionado en la alta política, haciendo el comentario de que si bien no al mismo nivel de Estados Unidos, también han desarrollado músculo militar representativo. La evolución de esto ha propiciado un multilateralismo desde dos visiones: por un lado, el presentado por el G7, idealista, eurocéntrico y de herencia colonial; y, por otro lado, el del G20, en donde la inserción de otros actores del Sur genera otro tipo de diálogo, y algunos de estos actores han aprovechado la misma normativa idealista-neoliberal, para proponer nuevas instituciones y mejorar su posicionamiento internacional. Por lo tanto, ante la complejidad de la búsqueda de liderazgo por parte de Estados Unidos y China, la política internacional y sus instituciones también se insertan en esta dinámica y el resultado es la reacción discursiva de actores.

 

Esta reunión del G7 es estratégica desde muchas perspectivas: histórica, geopolítica y geoeconómica. En este conjunto de países identificamos a participantes de varias organizaciones resultado de este multilateralismo como: OTAN, BAD, UE, QUAD y OCDE, por mencionar las más representativas. Si bien temas vinculados con los ODS se hicieron presentes, también es importante señalar otros ejes temáticos:

  • Ayuda a Ucrania
  • Crítica a Rusia respecto a la violación de la normativa internacional
  • Corea del Norte y sus ejercicios balísticos
  • El papel chino como actor clave para presionar a Rusia frente al contexto actual
  • La iniciativa para reducir la dependencia económica de China

 

Estos cuatro temas impactan en la manera en cómo China ha buscado posicionarse como un actor clave en la construcción de la paz en el sistema internacional, esto de la mano con la idea promovida desde Beijing como la “Comunidad de destino compartido para la humanidad”. En el tema Ucrania y Rusia, corresponde a quitar el reflector de la propuesta china sobre la construcción de paz, por lo que surgen las reacciones desde China con las declaraciones de que esto grupo debe “centrarse en abordar los diversos problemas que tienen en sus países, dejar de formar bandas para crear bloques exclusivos, dejar de contener y apalear a otros países” e incluso el llamado desde Beijing a Japón para que corrija “su comprensión de China, su independencia estratégica”. Todo esto conlleva un límite promovido desde China para que, desde la lógica de este país, no se interfiera en temas sensibles y que comprometen la idea de “una sola China”.

 

Por otro lado, el tema de reducir la vinculación-dependencia económica de los países del G7 respecto a China, es controversial, pues en el caso de quienes participaron de esta reunión, son economías que tienen una relación deficitaria con China. Es interesante la manera en cómo se invita a economías emergentes como Corea del Sur e India, que en ambos casos han sido promovidas por Estados Unidos y Japón como socios alternos para generar una relocalización de IED y manufactura que comúnmente absorbe China. En el caso surcoreano, limitantes factoriales y competitivos que impactan en los costos de producción hacen que la manufactura masificada que logra china en términos tecnológicos sea inalcanzable. Mientras que en el caso indio, el fracaso que significó la política de “Make in India” y el impacto de la pandemia son factores que no han permitido un verdadero asentamiento de una política económica y comercial con visión estratégica y que realmente impacte a China.

 

En un segundo tema, esta semana se presentó la controversia respecto a la empresa estadounidense Micron. Esta empresa productora de semiconductores en Idaho fue reportada a través de un informe por parte de la Administración del Ciberespacio de China, en donde señaló lo siguiente:

 

«La revisión encontró que los productos de Micron tienen serios riesgos de seguridad de red, lo que representa riesgos de seguridad significativos para la cadena de suministro de infraestructura de información crítica de China, lo que afecta la seguridad nacional de China»

 

Esta acción es importante, ya que emula, de cierto modo, la acción que hace años emprendió Estados Unidos a la empresa china Huawei. Esta declaración generó impacto en las acciones de la empresa en más del 5%. De acuerdo con el sitio Investopedia (2023), el top 5 de compañías productoras de semiconductores en el mundo son: TSCM de Taiwán, Intel Corp, Qualcomm, Broadcom y Micron de Estados Unidos. De igual forma, el mercado chino corresponde al 10% de las ventas de Micron.

 

El anuncio de la prohibición ha incrementado la tensión en la relación entre estas dos potencias. En este sentido, se han llevado a cabo una serie de peticiones por parte del gobierno de Washington, en donde se ha pedido al gobierno surcoreano que no se convierta en proveedor de las empresas chinas.

 

Esta decisión es un primer momento clave en otro de los temas de confrontación de liderazgo global, que es la tecnología. El tema de los semiconductores ya no es solamente un producto, sino un commodity clave para la industria global y que, además, su fabricación y proveeduría está insertada en medio de un choque de potencias, Estados Unidos y China, y un tema sensible, Taiwán.

 

Si bien, hoy no se puede especular respecto a si esto es un nuevo nivel dentro de la llamada guerra comercial, este evento deber ser seguido debido a los alcances que pueda llegar a tener.