La investigación estudia la Ruta de la Seda Polar como marca distintiva de la política exterior de Xi Jinping. El capítulo argumenta que a pesar de que la República Popular de China no un país tradicionalmente Ártico, ha realizado acciones para involucrase en las principales dinámicas comerciales y geopolíticas de la región ártica. Como parte de la Iniciativa Franja y Ruta (IFR) –proyecto insignia de la política exterior de Xi–, la conceptualización de “Ruta de la Seda Polar” es, por un lado, la consolidación de una serie de pasos estratégicos que China ha realizado en relación al Ártico, y por otro lado es la manifestación de la intención del país asiático de convertirse en “potencia responsable” a partir de la representación de la IFR como un “bien público global”. Sin embargo, parece que el discurso de la “Ruta de la Seda Polar” no se empata con la realidad de las acciones chinas en el Ártico, especialmente porque China ha promovido la apertura de rutas comerciales en contra de las prioridades de otros países en la región, como la protección medioambiental. El capítulo tiene la intención de contribuir a las teorías sobre los bienes públicos globales en razón de que las acciones de China en el Ártico son buenos objetos de estudio que representan el dilema emergente de la provisión de dos bienes públicos que podrían considerarse como opuestos: protección medioambiental y estabilidad comercial, además de que lo anterior podría servir para comprender como China obtiene poder mundial por medio de la provisión de bienes públicos globales.
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