Para los chinos, el evento más importante de 2022 será el XX Congreso Nacional del PCCh. Diferentes sectores políticos en el partido (maoístas, denguistas, liberales, etc.) discutirán asuntos importantes y elegirán el nuevo Comité Central que gobernará el timón del país en los próximos cinco años. Antes de la reunión nacional, las secciones del partido de cada provincia tienen que celebrar respectivamente las reuniones regionales para planear el rumbo del futuro. Los representantes elegidos participarán en el congreso nacional en otoño. Entre ellos, destaca la sección de Beijing. Siendo la capital de esta potencia asiática, Beijing juega un papel importante y ejemplar para toda la nación, por eso la 13a Conferencia Plenaria de la Sección de Beijing del PCCh celebrada el día 30 de junio contiene valiosas informaciones. Cuando toda China avanza con firmeza en la vía de apertura, Beijing, la capital del país, se está convirtiendo en una ciudad cada día más abierta e internacional.
En la perspectiva económica, la fuerza productiva consiste en múltiples elementos: tierra, máquinas, capital, etc… Pero entre ellos, el factor imprescindible y más dinámico es el personal (o sea, los recursos humanos). Atraer a los expertos extranjeros y formar a los trabajadores con las técnicas necesarias suele ser el primer paso que dan los países desfavorecidos para salir del atraso. Si damos una mirada retrospectiva a la historia, vemos los casos ejemplares de Alemania, de Japón y de los EE. UU., los cuales ahora son países desarrollados y avanzados. Sin embargo, en el siglo XIX, los alemanes eran sinónimo de campesinos y bárbaros mientras los países occidentes a los japoneses les llamaban ignorantes y primitivos. Pero lograron estos dos países la industrialización y modernización gracias a sus políticas de apertura. En ambos casos, la invitación de expertos extranjeros y la formación de intelectuales eran el núcleo de la estrategia. En el hemisferio Oeste, los alemanes hicieron todo lo posible para que los ingenieros y mecánicos salieran de Inglaterra bajo la vigilancia británica, mientras en el otro lado los japoneses invirtieron dinero en contratar expertos extranjeros y hacer reformas educativas. Al ritmo de los avances científicos, el recurso humano es cada día más importante en la competencia internacional.
Desde su creación, el PCCh en el poder presta mucha atención a las personas. Durante la Guerra Antijaponesa, el líder Mao Tse-tung señalaba la importancia de las fuerzas humanas en tiempos de guerra: ¨Perder tierra y conservar las personas, conservaremos ambos. Perder personas y conservar tierra, perderemos los dos.¨ Al entrar en el siglo XXI, China está recorriendo el mismo camino de desarrollo. Nunca ha sido de tanta importancia el valor humano para un gobierno que intenta salir de ¨la trampa del ingreso medio¨. En las conferencias sobre la formación de gente con especialidad, el presidente Xi Jinping pone énfasis en la necesidad de ¨construir el centro del talento y la alta colina de la innovación¨.
Guiado por el pensamiento de Xi, la alcaldía de Beijing intenta crear un ambiente más favorable para los trabajadores extranjeros. El primer paso es reducir los requisitos en cuanto al trabajador especializado (sobre todo en las tecnologías avanzadas, e.g. IA, 5G, Android, cadena de bloques, etc.). Beijing ha bajado el umbral del visado o del permiso de residencia para que entren con mayor facilidad. La capital ha menguado los trámites innecesarios mientras ha empleado funcionarios multilingües para proveer un servicio público de nivel internacional. No solo pueden entrar los expertos con facilidad, sino también vivir con mayor comodidad. La alcaldía quiere crear una sociedad abierta; de este modo, ha puesto en marcha la internacionalización de las escuelas beijinesas para solucionar los problemas de educación para las familias extranjeras. Al mismo tiempo, invierte en hospitales capaces de proveer atención médica de nivel internacional. Todas las fuerzas se dedican a proveer mayor comodidad para los trabajadores extranjeros.
El ambiente residencial es una condición sine qua non para disfrutar de mayor comodidad en la capital. A pesar de mejorar las necesidades básicas, la alcaldía ha logrado mejorar el ambiente laboral al mismo tiempo. Con la avanza de la Reforma y Apertura, los gobiernos locales están reformándose para devolver los poderes innecesarios a la sociedad o a las empresas, creando así ¨un gobierno pequeño pero sociedad grande¨. Como la economía de mercado requiere mayor fluidez y menos barricadas en empleo, el Ayuntamiento de Beijing está procurándoles espacios a las empresas y los institutos certificados para que tengan más libertad de emplear extranjeros. De este modo, ellos pueden contratar expertos extranjeros sin espera.
Al ritmo de atraer talentos extranjeros, la alcaldía de Beijing también busca maneras de formar personal laboral con visión mundial. En el pasado quinquenio se gestó un obvio aumento de gastos públicos para patrocinar proyectos de intercambio entre institutos de la capital y academias internacionales. El número de personas con nacionalidad extranjera empleadas en la enseñanza ha superado las 5.000 y sigue creciendo. En el sector de la educación, Beijing está realizando su internacionalización con pasos firmes. Teniendo en cuenta que el objetivo primario es convertir la potencia del sistema educativo en la fuerza motriz de la producción, el gobierno apoya sin vacilación las cooperaciones entre universidades locales y empresas internacionales con el objetivo de formar trabajadores competitivos en el mercado internacional.
En la conclusión de la conferencia, la sección del partido de Beijing mostró su resolución para lograr una internacionalización avanzada en los próximos cinco años. Aprendiendo del pasado y mirando hacia el futuro, Beijing está construyendo una metrópoli internacional de innovación. Mientras los gobiernos locales respectivamente ¨cruzan el río tanteando las piedras¨, el gobierno central de China aprende reformándose y de esta manera intenta crear un modelo de talentos con características chinas.