Varios hechos recientes parecen indicar cambios en la forma en que los chinos perciben a los extranjeros. El cúmulo de noticias negativas que implican a expatriados refleja un aumento de ciertas fricciones.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – La prosperidad económica de China durante las últimas décadas ha coincidido con un influjo de extranjeros que llegan al país atraídos por su cultura y sus abundantes oportunidades de negocio. Sin embargo, las relaciones entre locales y foráneos no siempre han ido como la seda.
Cierto grado de sentimiento “anti-extranjero” embuido en hechos históricos como la Rebelión de los Bóxers, a finales del siglo XIX, junto con la sospecha y estigma que suele aplicarse a todo forastero (algo que se da incluso entre los propios chinos) en el país, han contribuido a la a veces abrupta relación que los chinos mantienen con los extranjeros.
La tensión entre extranjeros y chinos ha crecido paulatinamente durante este año, empujada por una avalancha de noticias en los medios sobre expatriados implicados en acaloradas disputas con chinos y crímenes graves, incluyendo asalto sexual. Sin embargo, los expertos señalan que el conflicto es una consecuencia inevitable estrechamente vinculada al creciente número de extranjeros que se establecen en el país.
Cadena de escándalos
El más reciente foco de fricción apareció el martes, cuando cientos de africanos en la ciudad sureña de Guangzhou se concentraron frente a una comisaría de policía para protestar por la muerte, un día antes, de un hombre nigeriano que se encontraba bajo custodia policial. El embajador nigeriano en China visitó Guangzhou el martes para discutir sobre el asunto con las autoridades locales y ayudar a reducir las tensiones.
La semana pasada, un extranjero golpeó supuestamente a una joven china tras una fuerte disputa sobre el tráfico en Nanjing, provincia de Jiangsu. El ciudadano extranjero, cuya nacionalidad no se menciona en los reportajes de los medios, se convirtió en objetivo de la hostilidad de una considerable multitud de pasantes cuando les enseñó el dedo índice.
Sin embargo, quizá el incidente más infame ocurrido este año fuera el que implicó a un hombre británico detenido por acosar supuestamente a una mujer china en Pekín el 8 de mayo. Una grabación del incidente, que acabó con el británico golpeado por un hombre que pasaba por el lugar, circuló viralmente por las webs chinas de vídeos.
La coincidencia de los incidentes, justo antes de una campaña nacional para poner coto a los extranjeros que viven o trabajan ilegalmente en el país, ha llevado al límite a algunos expatriados que viven en China.
“Tales incidentes son inevitables, ya que hay miles de extranjeros que visitan China cada año”, dice Gabriel Corsetti, de 29 años, un investigador británico de la Academia de Ciencias Sociales de China, en declaraciones ayer a ‘Global Times’. “China cuenta con una historia relativamente corta de interacción con los extranjeros. Por el contrario, Europa tiene una larga historia de aceptación de inmigrantes extranjeros”, afirma Corsetti, quien lleva cuatro años viviendo en China.
La importancia del civismo
Ian Mercer, director de operaciones internacionales de la Institución de Ingeniería y Tecnología del Reino Unido, visitó China por primera vez hace 15 años. Si bien el país ha experimentado cambios rápidos desde entonces, Mercer indica que los chinos siguen tratándole igual de amistosamente hoy que cuando su primera visita.
“La gente debería comportarse bien, sin importar qué país estén visitando”, opina Mercer en ‘Global Times’. “Nunca he experimentado ninguno de estos incidentes negativos en los años que llevo viniendo a China. La gente aquí es muy amistosa conmigo”.
Datos del censo chino de 2010 muestran que en la China continental hay cerca de 600.000 residentes extranjeros. En 1980, cuando fue lanzada la reforma y apertura de China, el país alojaba a sólo 20.000.
Si bien el incremento del número de extranjeros ha traído mayores oportunidades de negocio y experiencia, los choques también han ido en aumento. Los legisladores chinos han revisado un borrador de ley sobre la administración de entrada y salida que está bajo discusión por parte de los legisladores del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional. La versión final podría ser publicada a final de junio.
La iniciativa busca reforzar la gestión de los expatriados mediante un mayor ajuste de las leyes referentes a su entrada, residencia y empleo legal. Además, Pekín, Shanghái, la región de Mongolia Interior y la provincia de Jilin han lanzado desde mayo campañas para identificar a los residentes extrajeros ilegales.
Ninguna noticia como las malas noticias
Liu Kang, director del Centro de Investigación de China de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, quien también imparte clase en la universidad shanghainesa de Fudán, considera que el ascenso de China como potencia mundial ha modificado la forma en que los ciudadanos chinos ven a los foráneos.
“El aumento de la población extranjera en China ha dado como resultado una complicación de su identidad. La confianza entre los chinos ha crecido en paralelo a la posición del país en el mundo y el respeto hacia los extranjeros, por lo tanto, se ha reducido”, afirma Liu.
Otro aspecto que podría explicar el menor respeto otorgado ahora a los extranjeros ha sido el creciente número de delitos por ellos cometidos en el país. En 2011, China condenó a más de 600 extranjeros por delitos y crímenes como tráfico de drogas y fraude. Algunos delitos fueron graves, ya que la policía china había actuado con negligencia a la hora de tratar a los extranjeros, según opinó Wu Xinming, profesor de asuntos policiales en la Universidad Popular de Seguridad Pública (UPSP), en una intervención en la cadena estatal CCTV.
“La policía es muy cauta a la hora de lidiar con crímenes cometidos por extrajeros debido a las consecuencias diplomáticas. Algunos agentes tienen que acudir a sus superiores para saber de qué forma gestionar la situación”, explica Wu.
Las noticias negativas sobre extranjeros siempre se convierten en titulares en los medios chinos debido a su estatus de foráneos, dice Chen Tianben, profesor asociado de la UPSP. “Los medios modelan la forma en que los chinos ven a los extranjeros”, explica en Global Times; “A medida que aumenta la interacción entre chinos y extranjeros, algunos conflictos son inevitables. Sin embargo, estos incidentes no ocurren de la noche a la mañana. Los chinos se están formando una comprensión más clara de los extranjeros y esa opinión está estrechamente relacionada con ellos”.
No obstante, las noticias positivas sobre ciudadanos extranjeros que actúan como buenos samaritanos en China aún abundan. Entre las historias que han surgido este año se encuentra la de un universitario estadounidense que compartió un menú de McDonald’s con una anciana sin hogar en Nanjing, un brasileño que fue golpeado tras intentar atrapar a un grupo de ladrones en Dongguan, provincia de Cantón, y otro extranjero que ayudó a guiar una ambulancia a través de un embotellamiento de tráfico en Chengdú, provincia de Sichuán. (Por Wen Ya –Global Times)