El Kuomintang (KMT) ha completado el proceso de nominación de Hou Yu-ih como su candidato presidencial para los comicios del 13 de enero de 2024. En el congreso celebrado el pasado domingo 23, Hou definió dichas elecciones de Taiwán como un momento «crucial» en el que la población deberá optar “entre la regresión y el progreso, la guerra y la paz en el Estrecho de Taiwán y la mejora o el deterioro de las condiciones de vida de las personas”.
Al congreso asistieron la mayoría de los legisladores del KMT y los jefes de los gobiernos locales y, ante ellos, Hou revalidó su credo básico: “me opongo a la independencia y a “un país, dos sistemas””….
Le queda un duro y complejo medio año por delante pero, en lo inmediato, Hou debe hacer frente a tres retos principales.
En primer lugar, la consolidación de su candidatura, un desafío personal pero también para su partido. Las dudas no se han disipado del todo y la preocupación de que el partido pueda reemplazarlo en los próximos meses sigue pesando en su entorno. Los antecedentes en tal sentido son nefastos (el caótico relevo de Hung Hsiu-chu en 2016). Recuérdese que Hou fue nominado en base a las encuestas del partido y una decisión colectiva de los legisladores, alcaldes, comisionados del condado y candidatos políticos del KMT.
En segundo lugar, mantener y ampliar la unidad del KMT. Tampoco se han disipado del todo las especulaciones en torno a Terry Gou. Pese a ser descartado en la carrera, el fundador del grupo Foxconn, sigue actuando públicamente manifestándose en asuntos clave e instando a Taiwán a negociar con China continental sobre la base del principio de “una sola China”.
Terry Gou parece no haber tirado del todo la toalla y sigue considerándose, a todos los efectos, como un aspirante presidencial, apelando a “trascender la voluntad de un partido político”, y asegurando que “desempeñaría un papel que traería cambios” al país y “un nuevo estilo en la política y la campaña electoral presidencial”. El magnate sigue contando con importantes apoyos.
Para que el KMT pueda ganar las elecciones es esencial que se mantenga unido y con capacidad también para construir alianzas con otros partidos de la oposición.
En tercer lugar, subir en las encuestas. Las dudas que enfrenta su candidatura obedecen especialmente a que en ellas se refleja un insistente atraso en relación a sus otros dos oponentes: el vicepresidente Lai Ching-te del PDP y Ko Wen-je del Partido Popular de Taiwán (PPT). Trascender ese estatus aliviaría la preocupación en sus filas. Para ello, Hou debe elevar su perfil. Probablemente a ello responde su anuncio de una visita a Japón para fortalecer sus credenciales en política exterior.
En paralelo a las circunstancias internas que zozobran al KMT, la definición de la estrategia de campaña cobra especial relieve. Una vez más, el parte aguas será la paz a través del Estrecho de Taiwán, que todos dicen desear, aunque por vías bien diferentes.
Es de imaginar que Hou persistirá en la idea de que la paz es posible de operarse un cambio en el partido gobernante de la isla. El temor a que las tensiones actuales desemboquen en un conflicto mayor constituye un poderoso resorte que invitaría a los votantes al pragmatismo. En paralelo, Hou deberá hacer equilibrios al referirse al papel de EEUU en el contencioso, entre la desconfianza y el compromiso.
Por el contrario, cabe imaginar que el PDP incida en la condición de enemigo del otro lado del Estrecho, de la imposibilidad de un diálogo respetuoso, el apoyo de las grandes democracias e, incluso, en la posibilidad de ganar en un hipotético enfrentamiento abierto.
El KMT de Hou no puede ignorar el distanciamiento operado en la opinión pública taiwanesa a propósito del continente tras ocho años de gobierno del PDP y más de un lustro de deterioro significativo de las relaciones entre China y EEUU, con fuerte impacto en el Estrecho.
Entre los dos polos opuestos del mapa político, la tercera opción del PPT de Ko Wen-je, segundo en las encuestas, puede salir a flote.
El 13 de Enero de 2024, Taiwán celebrará elecciones legislativas y presidenciales. El futuro político inmediato de la isla está en juego pero también la estabilidad y la paz en el Estrecho de Taiwán. Las tensiones estratégicas entre EEUU y China planean sobre unos comicios cuyo resultado podría acelerar la decantación del signo hegemónico del siglo XXI.