4 de septiembre de 2023.- La República de China (Taiwán) hace un año más un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye su participación significativa en la 78ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se celebra a partir del 5 de septiembre en Nueva York, de la que Taiwán permanece excluido debido a la presión de China.
Como faro de la democracia en Asia y fuerza para el bien en el mundo, Taiwán destaca como un miembro de la comunidad internacional sobradamente capacitado para ayudar a superar los desafíos globales que ahora enfrenta el mundo, tales como la era pospandemia, la lucha contra el cambio climático, las interrupciones en la cadena de suministro y la invasión rusa de Ucrania.
Dado que las Naciones Unidas continúan siendo la mejor plataforma para el diálogo mundial, la participación significativa de Taiwán en el sistema de la ONU se hace hoy más necesaria que nunca, y su inclusión en la ONU demostraría la determinación de este organismo para unirse por la paz mundial en un momento crítico en el que está en riesgo el futuro del mundo.
Siendo la 21ª economía más grande del mundo y el mayor productor de semiconductores, Taiwán desempeña un papel clave en las cadenas de suministro mundiales. Y como defensor de la democracia, Taiwán trabaja para salvaguardar el statu quo en el Estrecho de Taiwán y el orden internacional basado en reglas.
Ahora más que nunca, la creciente intimidación retórica y militar de China, intensificada con las continuas maniobras e incursiones militares que realiza en torno a Taiwán, está poniendo en peligro la paz y la estabilidad regionales, con el consiguiente impacto en la seguridad y el bienestar del mundo. Por tal motivo, es imperativo recordar a la ONU que todas las personas, incluido el pueblo de Taiwán, merecen ser escuchadas y ser parte del esfuerzo colaborativo para abordar tales desafíos.
Negar la participación en la ONU de quienes tienen la capacidad de contribuir es una pérdida moral y material para el mundo. Resulta por ello necesario que la ONU considere a Taiwán como lo que es: un socio valioso y digno, preparado para cooperar y contribuir a la sociedad internacional.
Por todo ello, ahora es el momento de que la ONU dé la bienvenida a Taiwán y de que, haciendo justicia con los 23,5 millones de taiwaneses, le otorgue el sitio que merece dentro de esta organización internacional.