Lai Shin-yuan, diputada de la Unión Solidaria de Taiwán (UST) entre 2005 y 2008, será nombrada responsable del Consejo para los Asuntos de China Continental en el nuevo gabinete de Ma Ying-jeou, quien tomará posesión del cargo el próximo 20 de mayo. Militante de una formación claramente independentista, con fama de exigente en sus relaciones con China, su elección refleja a las claras la naturaleza básica del proyecto de Ma, diferenciando con plena nitidez las dos velocidades que desea imprimir a las relaciones de Taipei con Beijing, según se trate de asuntos económicos o políticos. Conviene tener presente que el citado Consejo es el encargado de formular las políticas básicas en relación al continente.
No obstante, la apuesta, arriesgada, puede encontrar obstáculos en dominios que van más allá de lo estrictamente político, teniendo en cuenta, por ejemplo, que Lai se ha manifestado en contra del levantamiento de las restricciones a las inversiones taiwanesas en China. Asimismo, podría afectar también al funcionamiento de la Fundación para los intercambios a través del Estrecho (SEF, por sus siglas en inglés), que dirigirá Chiang Pin-kung, quien milita en un ideario bastante alejado, si bien Lai ha manifestado su apego al llamado “consenso de 1992” y a las tres negativas formuladas por Ma: no independencia, no unificación, no uso de la fuerza militar. Algunos sectores del propio KMT han calificado esta elección de Ma de “sabotaje del ambiente de reconciliación entre las dos riberas”. Hombres de negocio establecidos en el continente la han calificado de desafortunada, si bien otras voces reconocen que, bien gestionado el nombramiento, podría ayudar a forzar más concesiones por parte del continente, en especial en lo relativo al espacio internacional de Taiwán que podría concretarse en gestos inmediatos en relación a la OMS, aunque su presidenta, Margaret Chan, ha rechazado una nueva petición de Chen Shui-bian que Ma podría reformular en términos de “Taipei chino”, expresión ya reconocida por otros organismos internacionales.
Además de abrir su gobierno a una mayor participación de mujeres, Ma, con este nombramiento, hace un guiño a la oposición, especialmente teniendo en cuenta que Tsai Ing-wen, a quien Lai se siente unida, podría ser elegida presidenta del PDP este mismo mes. Asimismo, con la opción de Lai, Ma refuerza una imagen más distanciada del entusiasmo que muestra, por ejemplo, Lien Chan, el presidente honorario del KMT, quien se encontró de nuevo con Hu Jintao a finales de abril con el visible propósito de acercar más la isla y el continente.
Un sondeo reciente realizado por el magazine Global Views Monthly ofrecía el siguiente perfil de las preferencias de la población taiwanesa: 8,4% a favor de la unificación; 20% a favor de la independencia; 45% a favor del statu quo. Con esa mayoría se identifica Ma y su corriente.