Resumen

La expansión económica de China durante las últimas 4 décadas ha transformado al país en una superpotencia emergente y ha ido de la mano de una erosión progresiva de la hegemonía global norteamericana. No obstante, el ascenso de China ha tenido como flanco débil la escasa capacidad de dicho país de proyectar influencia cultural a nivel internacional. En lo relativo a la capacidad de influenciar la cultura de sociedades extranjeras, denominada soft power en la teoría contemporánea de las relaciones internacionales, Occidente en general y los Estados Unidos en particular conservan una notoria hegemonía.

Esta asimetría de soft power ha conducido a una dinámica contradictoria: en numerosos países del Sur global la intensificación de los vínculos económicos con China parecería ir de la mano con la profundización de la influencia cultural norteamericana. Dicha dinámica, caracterizada en este artículo como convergencia dual, conlleva que, a medida que un conjunto de países converge económicamente con China, simultáneamente tendería a consolidarse la convergencia cultural de dichos países con los Estados Unidos.

En base al concepto propuesto de convergencia dual, este trabajo analiza las causas de dicho fenómeno y sus implicancias geopolíticas en el contexto de las tensiones sino-norteamericanas. Se discute, finalmente, la posibilidad de que una China emergente y más asertiva internacionalmente promueva hacia el exterior un modelo social alternativo a la occidentalización, conduciendo a un potencial escenario de modernidad disputada.

Palabras clave

China, Estados Unidos, Geopolítica, Hegemonía cultural, Soft power, Convergencia dual.

Esteban Poole Fuller es Docente del Departamento de Derecho del Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú e integrante del grupo de estudios sobre política china de dicha universidad.

(Texto completo en el PDF adjunto).