Visita del Presidente Rajoy a China

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Del 24 al 27 de Septiembre, el presidente Mariano Rajoy visitará China. Su gira empieza en Shanghai con un encuentro con empresarios chinos y españoles y continuará en Beijing, donde será recibido por Xi Jinping, Li Keqiang y Zhang Dejiang. Se reunirá con empresarios españoles en la capital y se firmarán alrededor de veintitantos documentos de tipo empresarial (ingeniería, banca, energías renovables y nuclear, industria…) y también relacionados con la sanidad y la innovación. En el cargo desde 2011, es la primera visita de Rajoy a China.

Preguntas:

1.      ¿Cómo evalúa el estado general de las relaciones hispano-chinas?

2.      ¿Por qué no acaban de incrementarse las relaciones económicas, comerciales y en el plano inversor?

3.      ¿Confía en que la visita del presidente Rajoy permitirá impulsar la relación bilateral y superar los desencuentros recientes?

Han colaborado en este Especial del OPCh: Luís Torras (socio de Reliance Partners, autor de «El despertar de China»); Zhou Minkang (Coordinator, Official Master EU-CHINA, Culture & Economy, UAB) y Augusto Soto (Director, Dialogue with China Project).

Gracias a todos por la colaboración.

RESPUESTAS de LUÍS TORRAS, socio de Reliance Partners, autor de «El despertar de China».

1.      ¿Cómo evalúa el estado general de las relaciones hispano-chinas?

El término que utilizaría es desiguales. Tengo una sensación creciente que desde hace demasiado que la relación Hispano-China vive de «rentas», por así decirlo. En parte, es debido a los tempos chinos que han alargado un ciclo de «relación privilegiada» por el buen hacer de Bregolat (entre otros) y la visión de González-Ordoñez en la gestión de las relaciones con China post-Tiannamen. 

 

Sin embargo, estos activos, este patrimonio, creo que ha esterilizado ciertas acciones con China y ha relajado la atención que quizás hubiese sido deseable tener con el gigante asiático. La visita de Rajoy la juzgo de vital importancia sobre todo para limar asperezas por el dislate de la imputación de Jiang Zemin por la Audiencia Nacional. Asunto no menor y que me da la sensación que ha molestado a China innecesariamente.

 

En el plano práctico, la incidencia material de estas visitas es ciertamente limitada en el corto plazo y, en mi opinión, solo tienen verdadero sentido si hay una continuidad en el tiempo. Para mí, Rajoy debería visitar China cada año (no reunirse siempre con Xi-Li, pero si con algún ministro destacado… y no para pedir nada en concreto, sino para mantener e invertir en el binomio proximidad/cordialidad que, en el largo plazo, tan buenos resultados da). Falta, en este sentido, visión largo plazo y de conjunto. 

 

2.      ¿Por qué no acaban de incrementarse las relaciones económicas, comerciales y en el plano inversor?

Ligado con lo anterior, y siendo muy sintético: (1a) por el relativamente menor tamaño de las empresas españolas y (1b) debido a que, en el pasado, estas compañías han estado principalmente ocupadas en invertir en el continente latinoamericano; (2) por una poca intensidad relativa (en relación, por ejemplo, a Alemania) con respecto a las relaciones bilaterales entre ambos países. Mi visión -y es más intuitiva que racional- es que el activo de relación «privilegiada» de «amistad» con China se debería de haber apalancado para establecer conductos formales y constantes de relación entre ambos países a todos los niveles (similar a la relación entre Estados Unidos-China). No a esa escala, evidentemente, pero si dar cierta sensación de «institucionalización» en las relaciones que, creo, es parte de la asignatura pendiente en la que quizás por parte de los diferentes Gobiernos de España no se ha invertido lo suficiente. 

 

Sobre todo, punto fundamental, si tenemos en cuenta que China es tenedora de 1/5 parte de nuestra deuda nacional (dato que sabemos por alguna declaración por que el Ministerio de Hacienda no facilita el desglose al detalle por país). 

 

Probablemente los puntos (1a y 1b) sean más relevantes a la hora de contestar la pregunta, me da la sensación, que no, probablemente, el segundo. 

 

3.      ¿Confía en que la visita del presidente Rajoy permitirá impulsar la relación bilateral y superar los desencuentros recientes?

Confío en que el Presidente Rajoy sabrá abordar la cuestión. Aunque dependerá de su inteligencia, trato personal, y habilidad diplomática personal el poder hacerlo. En cualquier caso, la clave está en la continuidad. España debería clarificar su estrategia con respecto a China, los objetivos que persigue y trazar una estrategia a largo plazo para conseguirlos. Hasta la fecha, la relación bilateral se ha establecido de forma muy reactiva y sin seguir una constante. En el futuro, el éxito de las relaciones con China pasa por dotarlas de cierta sistemática, a todos los niveles, y una mayor constancia y continuidad.

 

RESPUESTAS de ZHOU MINKANG, Coordinator, Official Master EU-CHINA, Culture & Economy, UAB

1.      ¿Cómo evalúa el estado general de las relaciones hispano-chinas?

Está en la fase fría dada la incidencia judicial española de la orden de captura a los ex dirigentes chinos y la visita de Rajoy va a romper este hielo.

2.      ¿Por qué no acaban de incrementarse las relaciones económicas, comerciales y en el plano inversor?

España no considera a China uno de los principales mercados de inversión por muchos fracasos empresariales en China e ICEX en China no anima a empresas españolas a invertir en China y China tampoco mira a España como uno de los principales socios para la inversión china en la Península. España no entiende a China ni China entiende a España en muchos ámbitos y en muchos niveles.

3.      ¿Confía en que la visita del presidente Rajoy permitirá impulsar la relación bilateral y superar los desencuentros recientes?

La visita de Rajoy sirve para romper este hielo que ha enfriado las relaciones entre China y España. Hay un hecho que pocos quieren hablar ni reconocer: China no necesita España (en cierto sentido político y económico a nivel europeo e internacional), pero España sí que necesita a China por su mercado y su influencia en ONU, APEC, etc. Un desequilibrio desagradable, pero afecta a las relaciones bilaterales, por eso Rajoy visita a China complaciendo al gobierno y al partido gobernante de China.

RESPUESTAS de AUGUSTO SOTO, Director, Dialogue with China Project

1.      ¿Cómo evalúa el estado general de las relaciones hispano-chinas?

A nivel político las relaciones han sido excelentes hasta el conocido caso investigado desde la Audiencia Nacional en Madrid. Hay ciertamente posibilidades de que los vínculos políticos vuelvan a mejorar. Hay muy buenos y excelentes signos en la sintonía política, aunque no necesariamente le corresponden sólo a los partidos políticos y al Estado porque el Partido Comunista chino está visionando una relación de largo plazo que igualmente abarca a actores de las sociedades civiles respectivas.

En cualquier caso, pese a los vaivenes, los vínculos han avanzado muchísimo en lo que se refiere al conocimiento mutuo entre  sociedades (con la asimetría que cabe por las diferencias de tamaño). Hay cerca de 30.000 españoles que aprenden chino en España y la población china entre nosotros ya se acerca si no sobrepasa las 200.000 personas. Más aún, ha crecido el número  de estudiantes y profesionales españoles en China que buscan nuevas oportunidades en la actual coyuntura económica. Y también (y significativamente a escala española), la presencia de estudiantes chinos en nuestras universidades y escuelas de negocios se hace notar en nuestras aulas de impensable hace una década.

 2.      ¿Por qué no acaban de incrementarse las relaciones económicas, comerciales y en el plano inversor?

España sigue siendo poco conocida. No está entre los cinco países más nombrados de Europa en China y se le conoce en base a lugares comunes. Además, las noticias sobre la crisis económica en España que han llegado a China han aconsejado un acercamiento pausado o cauto (en cualquier caso estratégico) a potenciales actores económicos chinos.

Por otro lado, la maquinaria del Estado español conoce poco a China. Prácticamente nadie habla o lee chino o ha estudiado en China. En el servicio diplomático, con la excepción del tres veces embajador en Pekín, Eugenio Bregolat, apenas hay nadie que analice y comunique a partir de un China Desk, que no existe. Ni siquiera existe ya un Plan Asia Pacífico que coadyuve en la interacción económica, comercial e inversora.

 

En cualquier caso, algunas de las más importantes empresas chinas ya están entre nosotros. El mayor empresario chino, Wang Jianlin, creador del Grupo Wanda, tiene intereses en España. Su compra este año del Edificio España en Madrid fue un símbolo del potencial  chino entre nosotros y podría avanzar mucho más.

3.      ¿Confía en que la visita del presidente Rajoy permitirá impulsar la relación bilateral y superar los desencuentros recientes?

El presidente debiera estar completamente concentrado durante la visita, particularmente en el tiempo que pase en Beijing, cosa difícil de prever por la situación interna bien conocida de enfrentamiento con la Generalitat.

Que Rajoy vaya a China es un hecho positivo, y bien enfocada la visita (varias más han hecho a China distintos mandatarios europeos), puede y debe contribuir a superar los  desencuentros recientes. Aunque bien vistas las cosas desde una  perspectiva actual, los poderes de un Estado hoy por hoy viajan en aguas procelosas. 

La crisis por la acusación al ex presidente Jiang Zemin fue gatillada desde el poder judicial, es cierto, y es difícil, aunque no imposible ni mucho menos, de explicar en Beijing. Más difícil, sin embargo, es explicar la existencia de alguna emisión televisiva en el país que China calificaba hasta hace poco como el mejor amigo de China en Europa.

En efecto, que un canal de televisión como Telecinco haya llegado a ser conocido en los medios y en las redes sociales de China, hace pocos meses, por un programa claramente racista y popular originado en Madrid, es un hecho bochornoso. La emisión dañó  la imagen en China, y fue  de tal calibre que hizo que cualquier posible gestión diplomática o misión expiativa fuese irrelevante. Por lo menos durante largas semanas.

Se trata del  tema de las imágenes mutuas donde la acción de los Estados tiene un límite en la era digital.