China celebra 50 años en el sistema ONU Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China

In Análisis, Política exterior by Xulio Ríos

Este 2021 es un año de conmemoraciones importantes en el calendario político chino, entre ellas, el 50 aniversario de su incorporación a Naciones Unidas. Fue en la noche del 25 al 26 de Octubre de 1971 y marcó un antes y un después en su presencia y proyección internacional, muy reforzadas a medida que se fue afianzando su progreso económico y comercial.

Con la resolución 2758, la Asamblea General admitía al gobierno de Beijing como representante legítimo de China y expulsaba de su seno a la República de China de Chiang Kai-shek. A instancias de Albania, fue aprobada por 76 votos a favor, 35 en contra y 17 abstenciones. Con anterioridad, se había rechazado una propuesta promovida por EEUU para exigir una mayoría de dos tercios para expulsar a Taipéi. La votación en este caso fue más ajustada: 59 en contra, 54 a favor y 15 abstenciones. No es extraño que en estas circunstancias, la delegación china celebrara la victoria con poco disimulo. Los representantes de la República China, a sabiendas del fracaso de la estrategia de EEUU, abandonaron la organización incluso antes de que se votara la resolución.

El acontecimiento marcó el reconocimiento de la legitimidad de la República Popular China proclamada en 1949 como actor protagonista de las relaciones internacionales, asentando además en el Consejo de Seguridad como una de las grandes potencias con poder de veto.

A pesar de su importancia, internamente, en aquella China sumida en la Revolución Cultural, dicho logro diplomático apenas fue mencionado brevemente en el Diario del Pueblo. Para China se trataba de un acto de justicia inevitable y representaba la reparación de una humillación más, de una deuda que otros habían contraído con ella. No había, por tanto, lugar a gratitud ni cosa parecida. Por otra parte, en aquel momento, la prioridad diplomática para el Partido Comunista no era la incorporación a la ONU sino la normalización de los vínculos con EEUU iniciado en julio del mismo año con el viaje secreto de Henry Kissinger.

Cabe recordar que el PCCh participó en la delegación china que conferenció en San Francisco en 1945 para fundar Naciones Unidas y fue la primera en firmar la carta. Dong Biwu, fue el representante del Partido Comunista en aquel evento. Tras la guerra civil, se dio el visto bueno a la Carta pero el hecho de que el gobierno refugiado en Taipéi se obstinara en representar a toda China con el apoyo de EEUU, frenó cualquier aproximación. Y China se desentendió durante años de este asunto.

La hipótesis de que en la ONU pudieran coexistir “dos Chinas” fue barajada en los años sesenta, especialmente a instancias de Canadá, pero nunca contó con el beneplácito de China que reclamaba entonces la disolución de la ONU mientras los guardias rojos exigían la formación de un organismo revolucionario de los estados oprimidos.

China se ha unido a casi todas las organizaciones internacionales intergubernamentales universales, ha firmado más de 600 convenciones internacionales y su estatus e influencia en las Naciones Unidas y la comunidad internacional han seguido aumentando. Beijing participa activamente en las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, participa en la promoción de soluciones políticas de los puntos críticos regionales y suma sus contribuciones al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

Reiteradamente, Taipéi plantea su retorno a Naciones Unidas, en especial a titulo de observador en algunas de las organizaciones del sistema, desde la OMS a la OACI, entre otras. Beijing siempre ha mostrado su oposición frontal, recuerda la usurpación de Taiwán como una infamia histórica y sin su apoyo esto no es posible. Solo durante el mandato de Ma Ying-jeou (2008-2016), en el marco de la “tercera cooperación” entre el PCCh y el Kuomintang y bajo la asunción común del principio de “una sola China” se abrió la espita a la participación, de nuevo bloqueada tras el triunfo del soberanismo en 2016.

Si en los años 60, más de 70 países reconocían a la República de China hoy no pasan de 15 frente a los 180 que reconocen a la República Popular. El socavamiento del apoyo diplomático a Taiwán se ha visto contenido por la aprobación en 2020 por parte de EEUU de la conocida como ley TAIPEI (Ley de Iniciativa de Protección y Mejora Internacional de los Aliados de Taiwán). Probablemente, será en Honduras donde recibirá su primera gran prueba de fuego si la candidata Xiomara Castro (esposa del ex presidente Zelaya) gana las elecciones previstas para el 28 de noviembre próximo. Una de sus promesas electorales es precisamente poner fin a esa alianza, vigente desde 1965.