Las políticas de contención de Estados Unidos a China Luis Alberto Arenas Vega es Ing. Electrónico (1970), U. Distrital, Bogotá. Magister en Ingeniería Eléctrica, U. de Chile.

In Estudios, Política exterior by Xulio Ríos

Ya a comienzos del siglo XXI, era unánime la certeza entre los estrategas conservadores que la única potencia que tendría capacidad de retar a los Estados Unidos, en los escenarios económico, tecnológico y militar, era China. Pero una pausa en este escenario de confusión ideológica ocurrió cuando se perpetró el ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York,  el 11 de septiembre de 2001, que creó las condiciones para improvisar la teoría del “Caos constructivo”, corto período a partir de 2002, cuyas consecuencias desastrosas aun soportan los pueblos del Medio Oriente. Washington aprovechó el ataque para concretar la construcción de un “Nuevo orden mundial” que desembocó en las guerras de Afganistán, de Irak, de Siria, la parte final y decisiva del conflicto de Yugoslavia y la invasión de Israel a Líbano. Como tales guerras se convirtieron en interminables o de efectos perversos, no se pudo dar forma al nuevo orden mundial.

Al continuar el fortalecimiento de China en todos los ámbitos, no quedaban ya otras alternativas que el pragmatismo y la contención.4 Así fue como surgió la “Teoría del primer enemigo”, puesta en práctica por la secretaria de Estado del segundo gobierno de George Bush, Condoleezza Rice, nombrada en 2005, presuntamente aprovechando las experiencias de la guerra fría con la Unión Soviética. Es la política que ha tenido continuidad y profundización hasta el presente, incluyendo la nueva administración Biden.

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