La RPCh proyecta su ascenso a potencia económica, política y militar, lo cual pone en jaque la supremacía de Occidente y en especial a EEUU.Este ascenso está generando tensiones que pueden provocar conflictos de diferente intensidad, tanto en el interior de China, como en el exterior, teniendo en cuenta el asedio que EEUU ha orquestado en sus fronteras, intentando lastrar las acciones chinas y sobretodo los proyectos resultados de la alianza Ruso-China; considerada por Washington una gran amenaza.China debe asegurar sus fronteras y puntos estratégicos para garantizar su flujo comercial hacia Occidente, de gran relevancia para consolidar su Proyecto de la Ruta de la Seda tanto en su variante terrestre como marítima, incluidos sus aliados estratégicos como con sus socios comerciales. Es en este escenario donde el reclamo chino por el llamado Mar del Sur de China, en controversia con otras naciones como VietNam, Filipinas, y Malasia cobre vital significado: consolidar su poder comercial y asegurar su acceso al mar y a los hidrocarburos. En esta trama EEUU bajo el principio de “Defender la libre circulación de barcos y el comercio de la zona”, busca brechas para introducirse en el conflicto. Ello ha generado una creciente tensión en la zona donde ambas potencias han realizado un despliegue militar, haciéndolo un terreno frágil, en este asunto destacan la posición ambigua de los Organismos de Cooperación como ASEAN y APEC ante la proyección de la OCS y la intransigencia de las naciones en controversia ante China.
(El texto completo es accesible en el PDF adjunto. Esta ponencia se presentó a la X edición del Simposio Electrónico Internacional sobre Política China).