(TAIWAN ELECCIONES 2024) KMT: ¿Puede repetirse la historia de 2000? Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la Política China

In Análisis, Taiwán by Xulio Ríos

En el año 2000, la primera victoria del soberanista Minjindang (PDP) se explicó por la división del voto nacionalista. En efecto, el nacionalista James Soong, que fundaría el escindido Partido el Pueblo Primero (PPP), decidió concurrir a aquellos comicios como candidato independiente. Su popularidad era alta, pero no tanta como para que buena parte de la base electoral del KMT abandonase al candidato nominado por el partido, el ex vicepresidente Lien Chan. Chen Shui-bian, del PDP, ganó entonces el primero de sus dos mandatos presidenciales con el 39,3 por ciento de los votos, mientras que Soong obtuvo el 36,8 por ciento y Lien recibió el 23,1 por ciento.

La “negra sombra” en esta ocasión es Terry Gou, el magnate fundador de FoxConn (Hon Hai Precision Industry Co). En 2019 no logró la nominación por parte del KMT. Entonces abandonó el KMT. Le permitieron regresar para contemporizar y participar en la competición interna con Hou Yu-yi. Quizá haya servido de bien poco.

Hou y otros líderes del KMT se esfuerzan por garantizar la unidad de todas las familias y clanes, enterrando el hacha de las desavenencias para alcanzar lo que definen como fin supremo: la derrota del PDP. Hay quienes incluso van más allá, sugiriendo una alianza electoral con el PPT (Partido Popular de Taiwán) de Ko Wen-je o, en su defecto, proponiendo fórmulas de cooperación en las parlamentarias que les garanticen la obtención de una mayoría suficiente en el Yuan legislativo.

Gou deshoja la margarita. Aunque ha habido desmentidos, no se puede descartar que pueda establecerse una alianza Ko-Gou. El magnate sigue prodigándose en declaraciones reiterando que su principal objetivo es acabar con el PDP. Sus desmentidos acerca de la postulación como candidato independiente han sido realizados con la boca pequeña. Por otra parte, algunas deserciones en el KMT de afines como Hsieh Tien-lin, presidente del Consejo del Condado de Changhua, deben preocupar en la formación nacionalista. Sin pelos en la lengua, Hsieh apoya una alianza Gou-Ko. Gou, además, dejó entrever que hará un anuncio importante en los próximos días aumentando el nerviosismo. ¿Habrá más casos de abandono del KMT?

Si Gou va por su cuenta difícilmente restará apoyos al PDP. Por el contrario, lo haría tanto al KMT como al PPT. La fecha tope para registrar candidaturas es el 17 de septiembre.

Cuando el KMT nominó a Hou You-yi, Gou, quien estaba también en la carrera, prometió públicamente ayudarle a ganar las elecciones. Ahora, quizá animado por lo mal que le va a Hou en las encuestas, parece retractarse. Para el KMT, reemplazar a Hou por Gou carece de sentido: las encuestas le dan peor proyección.

La posibilidad de que Gou se sume a la carrera promoviéndose como vicepresidente, ya sea en la candidatura de Hou o de Ko, es una posibilidad, aunque para muchos que le conocen señalan su orgullo como un impedimento. Ese carácter, al parecer, dificultaría el entendimiento con Ko, quien ya lo habría descartado. Si Gou y Ko se unen, el desastre del KMT a favor del TPP le auguraría un largo periodo en la oposición como tercera fuerza.

Todo este clima de confusión genera desafección en las facciones y políticos locales del KMT, quebrando la disciplina y la unidad, y podría alentar una ola de abandonos con efectos mortales para el KMT.

Si Hou, Gou y Ko permanecen divididos y luchando entre si, a Lai Ching-te, el candidato del PDP, solo le queda sentarse y disfrutar del espectáculo. Las encuestas le auguran un electorado fiel y una cómoda victoria. Como en 2000, el éxito estaría prácticamente garantizado. El papel de Gou en este sentido sería demoledor.

El 13 de Enero de 2024, Taiwán celebrará elecciones legislativas y presidenciales. El futuro político inmediato de la isla está en juego pero también la estabilidad y la paz en el Estrecho de Taiwán. Las tensiones estratégicas entre EEUU y China planean sobre unos comicios cuyo resultado podría acelerar la decantación del signo hegemónico del siglo XXI.